jueves, 24 de marzo de 2022

Los entresijos del poder

Antonio Simón (Yo, Feuerbach Nápoles Millonaria) dirige una adaptación de la tragicomedia de Harold Pinter El cuidador, protagonizada por Joaquín Climent, Álex Barahona y Juan Díaz, que trata sobre las relaciones personales, la comunicación, el poder y la corrupción.


Estructurado en tres actos, este montaje de la obra El cuidador, del dramaturgo norteamericano Harold Pinter fue el sexto de sus principales libretos para teatro y televisión, aunque se convirtió en el primer éxito comercial de Pinter, Premio Nobel de Literatura en 2005. Estrenado en 1960, en el Arts Theatre Club del West End de Londres (Reino Unido), su popularidad hizo que tres años después fuese llevado al cine, siendo dirigido por Clive Donner y protagonizado por Alan Bates, Donald Pleasence y Robert Shaw.

En esta ocasión, la función está interpretada por Joaquín Climent, Álex Barahona y Juan Díaz, quienes narran cómo Aston invita a Davies, un vagabundo, a su apartamento tras rescatarlo de una pelea en un bar. Pronto, Davies muestra su verdadero carácter, revelándose como una persona oportunista, racista y egoísta.


Mick, el hermano menor de Aston y propietario de la casa, se queja por la presencia de Davies y para zanjar el asunto le propone ser el portero de la finca. Sin embargo, no tarda mucho en arrepentirse, cuando Davies trata de convencerle para conspirar contra Aston.

Una obra esencial para entender las ansias de poder del ser humano y un texto fundamental para comprender a este importante dramaturgo del siglo XX, que siempre puso el dedo en la llaga.

La podemos ver en el Teatro Bellas Artes, hasta el 24 de abril.

 

miércoles, 23 de marzo de 2022

Bailando a la belleza de lo caótico

El Ballet National de Marseille representa (La) Horde, un espectáculo de danza contemporánea y música electrónica que reflexiona sobre la belleza del caos.


La función de (La) Horde, del Ballet Nacional de Marsella, está concebida mediante el trabajo conjunto del DJ y compositor francés Rone y el colectivo coreográfico (LA)HORDE. La obra cuenta con la interpretación de una veintena de bailarines y explora los movimientos clandestinos que impulsan a la población sentimientos que van desde la ira hasta el amor. Así, los pasos de danza y los ritmos dance se unen para plasmar el estado de las generaciones actuales, las cuales buscan un sentido de la vida y un futuro mejor, ya sea a través de la celebración o el combate.

El argumento de este ballet contemporáneo narra cómo en una cantera de mármol varias máquinas cortan y pulen la roca. Mientras, los escultores trabajaban con el mármol para liberar al hombre que se haya dentro de la piedra. Una alegoría que indaga en la necesidad de los protagonistas de escapar de la inmovilidad, quienes escudriñan el desastre inminente a la vez que vislumbran la posibilidad misma de su hermosura.


Erwan Castex, alías Rone, es un músico y DJ galo con siete álbumes de estudio y varios remixes que se ha convertido en un productor de performances teatrales y un experto en la música techno más cinemática y experimental. Recientemente, en 2021, ganó el premio Cesar a la Mejor Música de Película por Night Ride, su primera banda sonora cinematográfica.

Por otro lado, (LA)HORDE es una compañía fundada en 2013 por Marine Brutti, Jonathan Debrouwer y Arthur Harel, quienes cuestionan los códigos artísticos actuales, especialmente aquellos del arte moderno en vivo y las artes escénicas. Desde 2019, se encuentra al frente del Ballet National de Marseille, y ha creado, durante este tiempo, piezas coreográficas, películas, videoinstalaciones y performances.

Lo podemos  ver en los madrileños Teatros del Canal, los días 24 y 25 del presente.

 

Necesito amar…pero no puedo

El dramaturgo argentino Claudio Tolcachir presenta Tercer cuerpo, la tercera parte de la trilogía compuesta por las obras La omisión de la familia Colemán y El viento en un violín. Un montaje estrenado en Buenos Aires, en 2008, y en el Festival de Otoño de Madrid, en 2009, que, ahora, regresa a las tablas con un reparto renovado que se compone de Natalia Verbeke, Carmen Ruiz, Carlos Blanco, Nuria Herrero y Gerardo Otero. 


El montaje titulado Tercer Cuerpo (la historia de un intento absurdo) pone en escena una historia que se desarrolla en una oficina destartalada, la casa de una pareja, un bar y un consultorio médico. Distintos escenarios que se van alternando en un mismo espacio, enlazando la vida de cinco personajes a los que les une la soledad, la incomprensión y la necesidad de amar.

Cinco vidas con distintos deseos de amar, cinco personas incapaces. Mientras tanto, se vive, se trabaja, se intenta con el miedo a no ser y a la incapacidad. Es la historia de un intento absurdo, de querer vivir cada día, a pesar de todo.


A partir de la ruptura del espacio escénico, este montaje se presenta como una propuesta apoyada en las actuaciones. El eje espacio-tiempo entendido como unidad convencional, se rompe dando paso a una homologación de distintas situaciones que conviven en un mismo espacio, un espacio que es uno y muchos a la vez. La puesta en escena, la escenografía y la iluminación acompañan esta obra donde el acento se pone en los personajes y los vínculos que mediante ellos se desarrollan, desatan, explotan.

En definitiva, un texto profundo, existencialista y tan real como la vida misma…

La podemos ver en el madrileño Teatro Infanta Isabel, desde el próximo día 24, hasta el primero de mayo.

 

lunes, 21 de marzo de 2022

Una opereta de Albéniz

Antonio Fauró (Los gavilanesLa tempestad o Maruxa) recupera la opereta The Magic Opal, de Isaac Albéniz, con libreto de Arthur Law. Que, en breve, se podrá disfrutar en el madrileño Teatro de la Zarzuela.


The Magic Opal
es la primera obra compuesta para Inglaterra por Isaac Albéniz, quien la diseñó en 1892, partiendo de las óperas cómicas de Gilbert y Sullivan. Un recital que fue representado por primera vez en España en 2010, 117 años después de su estreno en Londres.

Esta versión es una producción del Teatro de la Zarzuela y ha sido traducida por Javier Ibarz y Pachi Turmo. Además, la dirección escénica depende de Paco Azorín (Nápoles MillonariaTosca o Siempreviva) y la musical de Guillermo García Calvo (Las CalatravasFarinelli o Circe). El montaje cuenta con la participación de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, el Coro del Teatro de la Zarzuela e importantes solistas como Ruth Iniesta, Luis Cansino y Santiago Ballerini.


Su historia adentra al público en un enredo amoroso protagonizado por unos piratas que hallan en Grecia un anillo con poderes mágicos. Y es que quien lo toca se enamora inmediatamente de la persona que lo lleva.

Las funciones son accesibles al disponer de audiodescripción Visita táctil (Touch Tour).

Ficha artística:

§ Música - Isaac Albéniz

§ Libreto - Arthur Law

§ Traducción - Javier Ibarz y Pachi Turmo

§ Dirección - Antonio Fauró

§ Dirección musical - Guillermo García Calvo

§ Dirección de escena y escenografía - Paco Azorín

§ Vestuario - Juan Sebastián Domínguez

§ Iluminación - Pedro Yagüe

§ Diseño de audiovisuales - Pedro Chamizo

§ Movimiento escénico - Carlos Martos

§ Orquesta - Orquesta de la Comunidad de Madrid

§ Coro - Coro del Teatro de la Zarzuela

§ Producción - Teatro de la Zarzuela

La podemos ver, del 1, al 10 de abril, en el madrileño Teatro de la Zarzuela

Una joya de Purcell

El próximo 27 de marzo, El teatro Real, de Madrid, ofrecerá, por vez primera, la obra de Henry Purcell (1659-1695) Rey Arturo, semi ópera inglesa que contará con la presencia de la formación belga Vox Luminis, bajo la dirección artística y musical de Lionel Meunier, en la versión dramatúrgica de Isaline Claeys en colaboración con Simon Robson, con la participación del actor José Luis Martínez.


La rareza musical Rey Arturo, del compositor barroco Henry Purcell, poco frecuente en los escenarios, perteneciente al género dramático-musical, nos cuenta la pugna entre Arturo –rey cristiano de los britones– y Oswald –rey pagano de los sajones– por hacerse con la mano de la princesa Emmeline y, con ella, del reino de Inglaterra. La historia emana de la leyenda y en ella se citan personajes literarios, deidades griegas y mitología germánica, construyendo un relato que, por su extensión y la relación entre las partes cantadas y las habladas, dificulta enormemente su representación escénica.

 

La partitura contiene, sin embargo, bellos y conmovedores momentos en los que las voces solistas apenas toman protagonismo –este recae sobre la declamación de los actores- dando a las partes corales, o de conjunto, una presencia muy cercana a las composiciones de carácter religioso. La evocadora parte musical de Purcell refuerza o resalta el contenido dramático del texto de John Dryden, estableciendo una fructífera relación entre ambos.


En el Teatro Real se presenta la versión dramatúrgica creada por Isaline Claeys, en colaboración con  Simon Robson, estrenada en el Théatre Hardelot de Condette, Francia. Los textos hablados se han traducido al castellano y serán declamados por el actor José Luis Martínez en el papel de narrador. La parte musical estará interpretada por la formación Vox Luminis, dirigida por el bajo Lionel Meunier, especializada en el repertorio inglés, italiano y alemán del siglo XVII y principios del XVIII, reconocida en el panorama internacional por su sonido único y su capacidad de dar vida tanto a reconocidas obras maestras, como a joyas raras de la composición de los mencionados periodos.

  

Vox Luminis, con residencia en el Concertgebouw de Brujas, ha sido galardonada con el Gramophone Awards (2012), el Diapason d'Or (2015), el BBC Music Magazine Choral Award (2018) y varios Preis der Deutschen Schalplattenkritik, por citar algunos.

 

viernes, 18 de marzo de 2022

Reflexión sobre las críticas hacia los retrasados mentales

Iñaki Rikarte dirige Supernormales, un texto de Esther F. Carrodeguas que reflexiona, mediante el humor negro sobre los prejuicios alrededor de las personas con diversidad funcional. Una obra que se puede ver del 16 de marzo al 24 de abril, de martes a domingos, en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán.


Supernormales,
del dramaturgo Iñaki Iriarte, fue escrita en el marco del programa de Residencias Dramáticas del Centro Dramático Nacional durante la temporada 2020-2021 y Carrodeguas busca indagar en la concepción de la sexualidad de estas personas, la cual ha sido históricamente negada.

También vislumbra las dificultades para eliminar las barreras existentes para la entrada, comprensión o disfrute de su deseo sexual, así como su estatus dentro de una sociedad neoliberal, patriarcal y 100% capacitista, donde no pueden producir al ritmo que viene impuesto.


Nacida en Rianxo (La Coruña) en 1979, Esther F. Carrodeguas es una actriz, directora, perfomer y escritora. Está graduada en Dirección y Dramaturgia por la ESAD (Escuela Superior de Arte Dramático) de Galicia y es licenciada en Periodismo entre Santiago de Compostela y Turín (Italia). Fue la directora de la compañía gallega Teatro Airiños, pero tras el Premio Abrente para textos teatrales 2015 decidió crear la plataforma profesional ButacaZero junto con Xavier Castiñeira, quien suele asumir la dirección de sus proyectos comunes.

Mientras, Iñaki Rikarte es un licenciado por la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) en Interpretación Textual que ha trabajado como actor en más de diez producciones del Centro Dramático Nacional y de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Nacido en Vitoria en 1981, ha dirigido una docena de espectáculos para distintas agrupaciones como: El desdén con el desdén de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, Andre y Dorine de Kulunka Teatro, Pulgarcito de Teatro Paraíso o Ildebrando Biribó de El gato negro.

La podemos ver en el madrileño Teatro Valle-Inclán, hasta el 24 de abril.

 Un Prokófiev profundo y simbolista

Entre los días 22 de marzo y 5 de abril, el Teatro Real ofrecerá 10 funciones de El ángel de fuego del compositor ucraniano Sergéi Prokófiev, en una producción con dirección de escena de Calixto Bieito, estrenada en 2017, con gran éxito, en la Ópera de Zúrich y dirección musical de Gustavo Gimeno.


El ángel de fuego
, del compositor ucraniano Sergéi Prokófiev (1891-1953), de primera mitad del siglo pasado, es la sexta de las diez óperas compuestas por él; dejaría inacabadas otras cuatro. La originalidad, irreverencia y libertad expresiva de títulos anteriores, como El jugador o El amor de las tres naranjas, habían forjado ya su destreza en la escritura operística que, con El ángel de fuego, recibiría un nuevo impulso.

 

La obra, con libreto del compositor basado en la novela homónima del escritor simbolista ruso Valeri Briúsov (1873-1924), tuvo una larga y accidentada gestación (de 1919 a 1927) y un camino no menos difícil después de concluida la partitura.


Su trama satánica, grotesca y delirante relata, a lo largo de siete escenas (en cinco actos), el camino truculento de Renata, poseída por espíritus malignos desde la aparición sobrenatural, en su infancia, de Madiel, el ángel de fuego, hasta su trágico final.

 

Libreto

 

El libreto, que une la alquimia, la brujería, la cabalística, el exorcismo o la inquisición vigentes en la Alemania oscurantista pre-luterana, originó una partitura con un lenguaje de tintes expresionistas, que se aleja de la herencia nacionalista, privilegiando los tonos sombríos y la incorporación de pasajes disonantes, melodías vocales ásperas y declamaciones arraigadas a la prosodia del ruso. La orquestación salvaje, vibrante, contrastante, ‘obsesiva’, lírica y sobrenatural, mantiene una tensión dramática casi cinematográfica. (Prokófiev sería un grandísimo compositor de bandas sonoras, sobre todo en sus geniales colaboraciones con Serguéi Eisenstein, de Alejandro Nevsky a Iván el Terrible).

 Complicados comienzos

La ópera, en cuyo libreto ambiguo y desconcertante subyacen la violencia sexual, trastornos psíquicos, prácticas macabras, perversidad, fervor religioso, etc.,  provocó el rechazo de varios teatros, hasta su estreno en 1954, ya después del fallecimiento de Prokófiev, en una versión de concierto, traducida al francés, en el Théâtre des Champs-Elysées. Al año siguiente, en 1955, la ópera finalmente se escenificó, bajo la dirección de Giorgio Strehler, y llegó, en italiano, a la Fenice de Venecia. Su presentación en la versión original en ruso tiene lugar, discretamente, en Perm, en 1987. En Rusia, donde la ópera estuvo prohibida durante todo el período soviético, El ángel de fuego subió finalmente al escenario del Teatro Kirov de San Petersburgo en el marco de las conmemoraciones del centenario de Prokófiev, en 1991.


Por su parte, la producción concebida por el dramaturgo y escenógrafo español Calixto Bieito, con dramaturgia de Beate Breidenbach, rehúye el esoterismo del libreto, arquetipo del simbolismo ruso, y profundiza en el drama real de la protagonista. En su mente enajenada y herida, se suceden las escenas de la ópera como destellos de la memoria, recreadas en las habitaciones dispuestas en una estructura giratoria diseñada por la escenógrafa Rebecca Ringst que, con la iluminación de Franck Evin y los vídeos angustiantes de Sarah Derendinger, se transforma en una verdadera casa de los horrores. Solo una bicicleta, símbolo de la libertad, fragilidad y fuga de Renata, recuerda la inocencia perdida de su infancia.

En cuanto a la dirección musical, ésta correrá a cargo de Gustavo Gimeno, director valenciano de reconocido prestigio nacional e internacional, que debutará en el foso del Real, al frente de un doble reparto encabezado por las sopranos Ausrine Stundyte y Elena Popovskaya (Renata), los barítonos Leigh Melrose y Dimitris Tiliakos (Ruprecht), los tenores Dmitry Golovnin y Vsevolod Grivnov (Agrippa von Nettesheim / Mefistófeles), las mezzosopranos Agnieszka Rehlis y Olesya Petrova (La Madre Superiora / Vidente), los bajos Mika Kares y Pavel Daniluk (El Inquisidor), que actuarán junto al Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real.

 

El Real con Prokokiév

 

Desde la reapertura del Teatro Real, en 1997, se han presentado en su escenario tres óperas de Sergéi Prokófiev:  Guerra y Paz, en 2001, en una producción del Teatro Mariinsky, con dirección musical de  Valery Gergiev y dirección de escena de Andréi Konchalovski; El amor de las tres naranjas, en 2006, en una coproducción del Teatro Real con el Festival de Aix-en-Provence, con dirección musical de Tugan Sokhiev y escénica de Philippe Calvario; y, en ese mismo año, Semyon Kotko, con la Orquesta y Coro del Teatro Mariinsky, bajo la dirección de Valery Gergiev.

 

En definitiva, fue una ópera incomprendida en su tiempo, cuyos tenebrosos senderos simbolistas conducen a lo más hondo, indecible y oscuro del alma humana.