Un gran afán de superación

El Teatro Valle-Inclán ofrece Hellen Mellere, ¿la mujer maravilla?, una obra escrita y dirigida por Xron y basa en una idea original de Chusa Pérez, quien también forma parte del reparto. Un proyecto que nace al descubrir los textos y el pensamiento político de Helen Keller, colocada fuera de la normatividad al quedar sorda y ciega e imposibilitada para hablar. La obra, representada en lengua de signos y en gallego y castellano, con sobre-títulos en castellano, se podrá ver, en el Teatro Valle Inclán, hasta el 7 de abril.

La vida de Helen Keller, una mujer norteamericana nacida en 1880, ha sido fijada en la memoria colectiva como un ejemplo de superación. A los diecinueve meses de vida, se quedó sorda, ciega e imposibilitada para hablar por una enfermedad. Sin embargo, eso no impidió que, en 1904, se convirtiese en una celebridad mundial, al ser la primera persona sordo-ciega en obtener un título universitario.

A comienzos del siglo veinte, mantuvo un posicionamiento crítico y radical contra las políticas intervencionistas de los EE.UU. y el capitalismo armamentista, que quizás puedan resultar útiles para cuestionar un presente impactado por una nueva guerra en Europa entre visiones imperialistas del mundo.

Pero la mayoría de sus escritos han acabado siendo rescatados como simples aforismos motivacionales. Por eso, la compañía teatral Chévere cree que es necesario iluminar y volver a poner sobre el escenario su compromiso con la igualdad y la justicia social, sus ideas heterodoxas y volver hacer resonar sus palabras en la actualidad.

Se trata de un proyecto sobre la rebeldía y la disidencia y contra el silencio. Sobre mujeres rebeldes y disidentes que rompieron su silencio. El pensamiento radical de Helen Keller y la dimensión crítica de su vida son también un ejemplo de rebeldía frente al denominado milagro americano. También es un trabajo sobre el lenguaje, que quiere cuestionar la in-comunicación entre personas oyentes y no oyentes, entre personas normales y personas diferentes. Porque, quizás, el principal impedimento de Helen Keller no fue la pérdida de la vista y el oído, sino pertenecer a una sociedad diseñada para quien puede ver y oír, en la que lo marginal, lo anómalo, lo disidente, tiene poca cabida.

En definitiva, una obra crítica con los convencionalismos sociales, tan necesaria hoy día, como en su época. El Hombre siempre tropieza con la misma piedra dos veces. Es el único animal con dicha característica...De modo que no somos tan inteligentes como nos creemos. Más bien, al contrario...

La podemos ver, hasta el 7 de abril, en el Teatro Valle-Inclán.

https://www.youtube.com/watch?v=BCs7Wu7qOfk