domingo, 20 de enero de 2019

Opera


Das  Rheingold”. Teatro Real, de Madrid. Hasta el primero de febrero.
Con Das Rheingold, se marca el inicio de El anillo del nibelungo, la colosal tetralogía de Richard Wagner y la segunda que el Teatro Real lleva a su escenario desde su reinauguración en 1997. Pablo Heras-Casado, principal director invitado del Real, dirige un reparto con renombrados cantantes wagnerianos como Greer Grimsley, Sarah Connolly Samuel Youn en una desoladora producción de Robert Carsen. El director de escena canadiense sitúa el prólogo del Anillo en la crudeza de nuestro contaminado mundo actual, donde se despliegan los personajes del conflicto cósmico retratado en la tetralogía, que veremos completa a lo largo de las próximas temporadas. 
Con “Das Rheingold”, se marca el inicio de El anillo del nibelungo, la colosal tetralogía de Richard Wagner y la segunda que el Teatro Real lleva a su escenario desde su reinauguración en 1997. Pablo Heras-Casado, principal director invitado del Real, dirige un reparto con renombrados cantantes wagnerianos como Greer Grimsley, Sarah Connolly y Samuel Youn en una desoladora producción de Robert Carsen. El director de escena canadiense sitúa el prólogo del Anillo en la crudeza de nuestro contaminado mundo actual, donde se despliegan los personajes del conflicto cósmico retratado en la tetralogía, que veremos completa a lo largo de las próximas temporadas. 
Escrita bajo los estrictos preceptos del Oper und Drama que el mismo Richard Wagner estableció, “Das Rheingold” –la primera de las cuatro óperas que componen la tetralogía de “El anillo del nibelungo”– se antoja mucho más un drama actual que una fábula remota. El compositor ya supo intuir la incompatibilidad entre las leyes de la naturaleza y las de los seres humanos, y anticipó las consecuencias que ello acarrearía.

La producción que ahora presenta el Teatro Real nos sitúa ante un mundo en estado de sitio, irreversiblemente contaminado, devastado por la avaricia de poder del hombre que, tratando de controlar su entorno, ha acabado abocado a su propia destrucción. Es un mundo de gentes cegadas y grises cuya existencia parece carecer de dirección o significado alguno. El Rin, además de albergar el oro que se robará para fabricar el anillo mágico (y maldito), pasa a ser una cloaca donde acaban los desechos de una civilización fallida. Das Rheingold constituye la perfecta antesala para conocer las dinámicas y conflictos que rodean a los personajes de la tetralogía, y cuyas trayectorias descubriremos en las próximas temporadas con el estreno de los otros tres títulos.
Una ópera con unos estupendos cantantes “wagnerrianos”; una dirección escénica muy teatral (como procede con Wagner): una dirección musical notable; pero una escenografía moderna no apta para todos los públicos, donde el feísmo es el leit motiv.

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