viernes, 1 de noviembre de 2013

Crítica de Teatro- Comedia



“Los coños de la Bernarda”. Todos los viernes de noviembre. Sala TÚ.

La única posibilidad de salir de ella (Bernarda) es con los pies por delante. Mientras tanto, las internas deberán atender los requerimientos de los machos del pueblo y los deseos de Bernarda.
Una monja terapeuta y coreógrafa piensa que aquello no es una casa como Dios manda, así que…
Esta es una comedia alocada con varios números musicales, también muy divertidos, que esta sala alternativa del barrio de Malasaña pone en escena las noches de los viernes para los crápulas que quieren divertirse antes de tomar las correspondientes copas del fin de semana.
Haciendo un paralelismo remoto con “La casa de Bernarda Alba”, el texto habla de un prostíbulo donde trabajan varias chicas que han sido condenadas por asesinato y que, aquí, cumplen sus penas, bajo vigilancia y órdenes de Bernarda, una mujer de armas tomar.
Una monja ayuda a Bernarda en sus tareas de dar placer a los hombres del pueblo, a través de estas especiales reclusas. Dicha ayuda se materializa en forma de crear las coreografías de las internas para deleite de los clientes del putiferio…Pero resulta que la monja también quiere mostrar sus encantos porque necesita dar rienda suelta a sus instintos como sea…
La obra es divertida, si la tomamos desde un punto de vista surrealista porque el texto no tiene demasiado sentido, desde un razonamiento lógico. Es decir, es puro divertimento loco, cuyo resultado es una dirección e interpretación de actores pasable y poco más. Aprovechando el contexto, el autor podría haber ejercido algún tipo de crítica más evidente para darle un tono más cabaretero al espectáculo –que, en el fondo, es lo que pretende ser, un cabaret-, pero se queda a medias y entre dos aguas.

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