viernes, 10 de mayo de 2013

Crítica de Teatro



“Los iluminados”. Teatro Español. Hasta el 12 de mayo.

Pese a haberse escrito en 2008, el argumento de esta obra es precursor de la situación social que tendría lugar poco después; en ella se narra el comienzo de la larga caída que se está sufriendo en la actualidad a través de las peripecias de cuatro activistas políticos.
Velarde, Amor, Amanecer y David viven y regentan el restaurante vegano Los iluminados. Esta familia tiene una idea particular de utopía que le hará vivir atada a un edificio que se derrumba con cuatro lastres residiendo en su interior: ellos mismos.
Este texto del dramaturgo británico Derek Ahonen muestra la desintegración de un sistema y una forma de vida personalizando la situación en unos idealistas que luchan contra el liberalismo salvaje. El resultado es una sátira social del momento presente, un ataque al idealismo y un retrato de la realidad delirante y distorsionada en la que estamos inmersos.
El texto es muy bueno porque cuenta perfectamente cómo algunos grupos de jóvenes idealistas, amparándose en las ideologías buenistas, se aprovechan de su situación económica burguesa para “no pegar ni palo”. Pero no todo son críticas a esta forma marginal de vida: también la deja bien, cuando alaba el amor libre y sin prejuicios, cuando, a través de ellos, realiza una crítica feroz del sistema. Y en este caso, el sistema es el casero del local donde viven los cuatro “iluminados”, que aparentemente yendo de colega estupendo, en el fondo se esconde un ser solitario y corrupto (les presta el local para desgravar impuestos).
Hay que decir que tanto la interpretación, como la dirección de este montaje son absolutamente fantásticas. Los actores están que se salen; desde el primer momento, recrean el ambiente a la perfección, por lo que nos introducen en él y nos hacen partícipes de sus historias. También lo es la traducción del texto, fresca, clara, moderna.
En cuanto a la escenografía, es perfectamente acorde con el texto: no chirría ningún elemento.
Lo único que nos decepcionó fue el final: un final falso y metido con calzador. Realmente, una pena porque, como decimos, todo el resto, una maravilla.

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