viernes, 22 de abril de 2011

Teatro

“Creo en Elvis”. Sala Cuarta Pared. Hasta el 15 de mayo.
La gente cree en cosas pero, ¿en qué cree? ¿qué mitos necesitamos construir para hacer nuestra vida más interesante? Con estas preguntas el dramaturgo y director argentino Mariano Rochman se lanza al vacío para poner en pie este montaje donde el humor, la ironía y un juego continuo entre el doble sentido del lenguaje y la ciencia ficción sustentan la historia.
 La industria decide clonar a Elvis Presley para obtener un mayor rendimiento de esta poderosa figura, pero el ser humano tiene un límite. Cuatro Elvis clonados tendrán que encontrar al verdadero Elvis, el único que no soporta la farsa, el único que decide escapar de esta mentira comercial y marketinera.
Una idea inteligente, un montaje resuelto, una dirección certera y una interpretación impecable.

jueves, 21 de abril de 2011

Teatro

“Mi alma en otra parte”. Teatro Valle Inclán. Hasta el 8 de mayo.
Esta obra aborda temas escabrosos, como la pedofilia, y otros que afectan profundamente al ser humano, como los secretos y la compasión. Al mismo tiempo, somete al espectador a una tormenta emocional. La imagen de un anciano rodeado de perros enfermos y moribundos, caminando hacia el ocaso, a través de un olivar, inspiró al autor, José Manuel Mora, a escribir este texto. Además, la presión política que, en su día, caía sobre aquel hombre (que no era otro que su propio padre), aportó el germen de esta historia, cuyo tema es mantener la tierra para poder sentirse más digno y, al mismo tiempo, conservarla como si fuese un viejo amor.
El argumento se desarrolla a partir de una historia de amor entre una joven y un señor. A partir de ahí, el autor indaga en las historias y las heridas dentro de una familia, donde hay secretos entre padres e hijos.
Todo ello, con la pretensión de que a los espectadores se les remueva algo en su interior, de que no salgan de la obra igual que entraron… De todos modos, el texto intenta huir de la moralina, al tiempo que pone el dedo en la llaga, destapando un tema en el que la sociedad siempre se muestra muy hipócrita.
El actor protagonista es Fele Martínez (“Flor de otoño”, “Sueños de un seductor”) para quien este trabajo ha supuesto una investigación en los diferentes tonos existentes entre lo blanco y lo negro: nada es bueno ni malo en su totalidad. Como la vida misma…

Teatro

“La omisión de la familia Coleman”. Matadero/Naves del Español. Hasta el 24 de abril.
Claudio Tolchair (actor, director y dramaturgo argentino) es el nuevo genio del teatro actual. Así, lo corrobora la crítica y el público, quienes, en los últimos años, lo han ensalzado hasta el podio más alto. Ahora, los madrileños tenemos la suerte de disfrutar de su último montaje, “La omisión de la familia Coleman”, con el que ha visitado la friolera de ¡treinta países!, a través de su compañía independiente, Timbre 4.
La pieza –que, hace años, ya tuvimos ocasión de ver en la capital, en un montaje absolutamente maravilloso- cuenta la historia de una familia que vive al límite de una disolución evidente pero, al mismo tiempo, secreta; este punto es lo que la hace tan intrigante porque sus miembros conviven en una casa que los encierra y en la que crean espacios personales, dentro de los espacios compartidos, cada vez, más difíciles de conciliar. En este sentido, se nos antoja de un cierto modo a la gran película de Buñuel “El ángel exterminador”, donde los protagonistas se ven abocados a un encierro en una iglesia, que en el fondo, es un encierro psicológico.
En este caso, el texto no es metafórico, como en la película, sino realista, escrito por el mismo Tolchair, con detalles que relatan las características de la familia, la acumulación de objetos y la superposición de estilos, que sirven para retratar esa convivencia imposible de la que se sienten tan presos.
En definitiva, un drama extensible a la vida de todos nosotros, que, de una forma u otra, teniendo en cuenta alguna etapa de nuestras vidas, nos podremos ver reflejados en los personajes y sus dolorosas situaciones.

Teatro

“Casa de muñecas”. Teatro Fernán Gomez. Hasta el primero de mayo.
El genial dramaturgo sueco de finales del siglo XIX, Henrik Ibsen, escribió su obra más universal, “Casa de muñecas”, como un “thriller” psicológico. El escándalo que provocó el escritor con esta obra, en 1879, aún, hoy día, continúa vigente. En ella, se describe la vida de Nora, una mujer deseosa de escapar de su “idílico” matrimonio para encontrar su propio camino. De este modo es como el autor reflexiona acerca de la independencia, las convenciones sociales y la necesidad de rebelarse contra ellas.
La obra recuerda mucho a otra del mismo autor, también protagonizada por una mujer fuera de su tiempo, “Hedda Gabler”, que también se rebela contra todo lo establecido, social y personalmente en su vida privada y que, en última instancia, plantea un dilema moral, como en este caso. En ambas obras, las protagonistas descubren que viven en una mentira y hacen lo que sea por romper con esa situación.
Por otro lado, “Casa de muñecas” se enmarca en un ambiente propio de un cuento de terror, donde imperan la inquietud y la amenaza de ese mundo artificial en que mora la protagonista, interpretada notablemente por una cada vez más madura Silvia Marsó. El caso es que Ibsen dotó de un proceso interior a este maravilloso personaje, que, finalmente, se convierte en una especie de abismo porque se percata de su papel en la sociedad, frente a su marido y, en definitiva, frente a su entorno; finalmente, revienta y lo tira todo por la borda.
Una obra imprescindible del teatro moderno y que tiene mucho que aportar en la sociedad de nuestros días, tan convencional y arcaica en muchos aspectos, aún…

Crítica de Teatro

“Juicio a humanos”. Teatro Galileo. Hasta el 15 de mayo.
“Juicio a humanos” es una comedia destinada a toda la familia (a partir de los diez años) en la que cuatro actrices interpretan nada más y nada menos que a ¡treinta! personajes, mediante la utilización de diferentes disciplinas teatrales y, al mismo tiempo, lanzando un mensaje que aboga por la defensa del Medio Ambiente, la paz, la tolerancia religiosa, la sensibilidad hacia el bienestar de todas las criaturas de la Tierra, por el pensamiento crítico y por la educación moral de los más jóvenes.
El argumento se basa en el hecho de que el Tribunal Supremo de la Tierra lleva a cabo un juicio sumarísimo y sin precedentes contra la especie humana por una serie de acusaciones, como el exterminio de la especie animal. Tomando como acusado a un espectador del público, los protagonistas (diferentes animales) interrogarán a una gran variedad de testigos, quienes aportan testimonios y pruebas a favor y en contra de los humanos.
Esta es una adaptación de la novela “Juicio a los humanos”, de J. Antonio Jáuregui y Eduardo Jáuregui. La obra tiene un marcado carácter instructivo y didáctico y es ideal para representarla ante grupos de escolares de hasta dieciocho años de edad, por ejemplo, aunque su mensaje se hace tan necesario entre los adultos…
Las cuatro actrices realizan un ejercicio sobresaliente de interpretación y danza y no podríamos decantarnos por ninguna de ellas en particular porque todas están estupendas.
En cuanto a la escenografía, es altamente sugerente. A la puesta en escena le falta, quizás, más ambientación sonora. Y en su conjunto, la obra se hace un pelín larga, pues se nos antoja que se presentan demasiados testigos aunque, bien es cierto, que ninguno de ellos se repite con relación al resto: cada uno presenta un argumento diferente al otro, bien en contra, bien a favor del encausado.
“Juicio…” es, por lo tanto, un montaje delicioso, diferente al resto de teatro que estamos acostumbrados a ver, y con una sensibilidad especial, por lo que, desde aquí, felicitamos a su director, José Piris, por haber sabido captar tan bien la esencia de la novela para transmitírnosla en un lenguaje claro, conciso y, sobre todo, muy entretenido.

domingo, 27 de marzo de 2011

Teatro

Woyzeck”. Hasta el 22 de mayo. Teatro María Guerrero.

El director del Centro Dramático Nacional (CDN), Gerardo Vera, se enfrenta por tercera vez en su dilatada carrera a la contundente y original obra “Woyzeck” (que en el cine, interpretó con el mayor expresionismo Klaus Kinski), de Georg Büchner, en una producción protagonizada por el versátil actor Javier Gutiérrez y que ha sido concebida como una investigación del alma humana. Esta es una versión del dramaturgo Juan Mayorga y se trata de una tragedia existencial en toda regla; según su Director, “la primera tragedia contemporánea”, ha declarado.
Para Juan Mayorga, la obra de Büchner es "uno de las pocos textos modernos que puede medirse con las grandes tragedias griegas". El autor pone en escena a un paria, un hombre dañado en su conciencia y en su lenguaje y consigue que el conflicto esté en el corazón mismo del espectador", ha apuntado.
La obra llega tanto a los espectadores porque habla de lo más profundo del ser humano y de la continua búsqueda de la belleza que todos y cada uno de nosotros perseguimos.
La obra presenta un crimen que hoy denominaríamos de violencia de género. Pero el texto no se posiciona a favor o en contra de ningún personaje, sino que deja lugar a la controversia, a que sea el público quien saque sus propias conclusiones.
Algunos, como el propio protagonista de este montaje, Javier Gutiérrez, han comparado a Woyzeck con Hamlet o el Rey Lear, de Shakespeare en el sentido de la intensidad que éste tiene.
Otro de los protagonistas es el gran actor Helio Pedregal, para quien la obra muestra un asesinato que pretende ser bello, algo, en principio, contradictorio, pero que aquí, se pone en solfa.
Una obra completa, un elenco de primera, un montaje desnudo de artificios de ningún tipo y un resultado a prueba de bombas.
En definitiva, uno de los montajes teatrales más interesantes de la primavera.

Teatro

“La avería”. Hasta el 18 de abril. Naves del Español-Matadero.
“La avería”, dirigida por la conocida y sobresaliente actriz Blanca Portillo, invita al espectador a realizar un viaje ácido a través de la pérdida de la humanidad, la ley y la justicia, donde se analiza cómo el mundo exige ganadores y arrincona a los perdedores. La obra está basada en un cuento del escritor suizo Friedrich Dürrenmatt (escritor dramático que, como Berltol Brecht, exploró las posibilidades del teatro épico) e interpretada por un sobresaliente plantel de primeras figuras:   Emma Suárez, Fernando Soto, Daniel Grao, José Luis García-Pérez, José Luis Torrijo y Asier Etxeandía. Esta trama ataca a los cinco sentidos y atrapa al espectador en una trampa, al igual que le sucede su protagonista, según la Directora.
  Argumento: Alfredo Traps es un representante de una firma de textiles que decide aceptar la hospitalidad de un anciano, cuya casa solitaria se encuentra en mitad de la nada. Esa noche, celebrará una cena con un grupo de amigos de su misma edad, lo que no atrae al joven invitado. Sin embargo, los comensales le invitan a participar en un inquietante juego y el protagonista acepta.
La diferencia entre la ley y la justicia, la falta de humanidad y la pérdida de valores son los temas que subyacen a esta historia, en la que este grupo de octogenarios y nonagenarios -todos ellos juristas retirados- jugarán a ejercer sus antiguas profesiones.
El protagonista, por su parte, representa a un sujeto que cumple los trazos que la sociedad le manda. "El ser humano nace con fecha de caducidad y encima, nosotros nos ponemos un montón de límites. Todos sabemos que vamos a morir, pero, además, piensas que lo que no has hecho a los 40 ya no lo puedes hacer, y que cuando llegas a los 65 ya no vales para nada", ha explicado Blanca Portillo.
Valores morales tan importantes como la sinceridad, la amistad, los afectos o la honestidad son puestos en juego para hacernos reflexionar a los espectadores sobre cuáles son las prioridades de nuestra existencia.
Como bien vemos, nos encontramos frente al tradicionalmente denominado “teatro de ideas”, que, en absoluto, tiene por qué ser aburrido…Es una función sumamente interesante y desde aquí, le deseamos a la inigualable Blanca Portillo muchos éxitos como directora, carrera que parece que quiere aunar junto con la de intérprete.