“La avería”, dirigida por la conocida y sobresaliente actriz Blanca Portillo, invita al espectador a realizar un viaje ácido a través de la pérdida de la humanidad, la ley y la justicia, donde se analiza cómo el mundo exige ganadores y arrincona a los perdedores. La obra está basada en un cuento del escritor suizo Friedrich Dürrenmatt (escritor dramático que, como Berltol Brecht, exploró las posibilidades del teatro épico) e interpretada por un sobresaliente plantel de primeras figuras: Emma Suárez, Fernando Soto, Daniel Grao, José Luis García-Pérez, José Luis Torrijo y Asier Etxeandía. Esta trama ataca a los cinco sentidos y atrapa al espectador en una trampa, al igual que le sucede su protagonista, según la Directora.
Argumento: Alfredo Traps es un representante de una firma de textiles que decide aceptar la hospitalidad de un anciano, cuya casa solitaria se encuentra en mitad de la nada. Esa noche, celebrará una cena con un grupo de amigos de su misma edad, lo que no atrae al joven invitado. Sin embargo, los comensales le invitan a participar en un inquietante juego y el protagonista acepta.
La diferencia entre la ley y la justicia, la falta de humanidad y la pérdida de valores son los temas que subyacen a esta historia, en la que este grupo de octogenarios y nonagenarios -todos ellos juristas retirados- jugarán a ejercer sus antiguas profesiones.
El protagonista, por su parte, representa a un sujeto que cumple los trazos que la sociedad le manda. "El ser humano nace con fecha de caducidad y encima, nosotros nos ponemos un montón de límites. Todos sabemos que vamos a morir, pero, además, piensas que lo que no has hecho a los 40 ya no lo puedes hacer, y que cuando llegas a los 65 ya no vales para nada", ha explicado Blanca Portillo.
Valores morales tan importantes como la sinceridad, la amistad, los afectos o la honestidad son puestos en juego para hacernos reflexionar a los espectadores sobre cuáles son las prioridades de nuestra existencia.
Como bien vemos, nos encontramos frente al tradicionalmente denominado “teatro de ideas”, que, en absoluto, tiene por qué ser aburrido…Es una función sumamente interesante y desde aquí, le deseamos a la inigualable Blanca Portillo muchos éxitos como directora, carrera que parece que quiere aunar junto con la de intérprete.
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