“Ding Dong”. Terraza del Teatro Galileo.
Hasta el primero de septiembre.
El director Gabriel Olivares lidera una adaptación de la famosa comedia
homónima de enredo del dramaturgo galo Georges Feydeau. Un clásico del
vodevil francés que puede disfrutarse en una velada con cena al aire libre.
Creada
en 1896 y estrenada en España en 1975, esta obra comienza con Pontagnac
siguiendo a una bella mujer que ve por la calle. Cuando llega a su casa,
Pontagnac descubre que es Lucienne, la mujer de su amigo Vatelin.
Pero,
por otro lado, también observa cómo Lucienne es cortejada por Rédillon. La
muchacha les confirma que solo escogerá a uno de ambos si descubre que su
marido la engaña con otra. Así, los dos hombres hacen todo lo posible para que
Lucienne crea que su esposo le es infiel. Y la llegada de Maggy, una joven
inglesa, les será de gran ayuda.
La
primera parte de la obra es notablemente más divertida que la segunda porque
rebosa de originalidad y de savoir faire.
Los actores están que se salen y los personajes ideados por el escritor son
originales y hablan de una forma muy graciosa. Pero cuando se pretende rizar el
rizo, la cosa cambia y la obra cansa. Es lo que ocurre con la segunda parte.
Porque es muy fácil liar a todos con todos y montar un guirigay. Lo complicado
es crear un final lógico y acorde con el hilo argumental y situaciones previas
del texto.
No
obstante, en general, nos divirtió la
recomendamos como un chapuzón teatral veraniego.
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