“El vampiro de la calle Claudio Coello”. Teatro
Afil. Hasta el 6 de agosto.
La aparente tranquilidad de una elegante pensión madrileña, sita en la
calle de Claudio Coello, se ve perturbada por el ataque de un vampiro a
una castañera del barrio. La intranquilidad de los huéspedes aumenta ante
las sospechas de la policía de que el presunto agresor pueda ser uno de
los habitantes de la casa. Comienza así la preocupación y recelo entre los
inquilinos de la vivienda. Todos desconfían de todos y nadie se siente a
salvo ante un nuevo ataque de quien ya es conocido como: "El vampiro de la calle de Claudio
Coello".
Nos encontramos con una
divertida obra de teatro, en donde la interpretación de los personajes es muy
buena, con una dificultad añadida unos diálogos rotundos y no hay una sola
palabra que sobre, siendo dinámicos y divertidos. El vestuario y la
ambientación nos lleva al Madrid de los años 30. La inclusión del pianista como
un personaje mas amenizando la acción, merece especial mención, dota a la obra
de una nota de color muy acertada. La puesta en escena es sencilla pero
efectiva, quizás le hubiera faltado un poco de más glamour, al mobiliario al
tratarse de una pensión del barrio de Salamanca. Libreto y actores forman un
todo en la difícil interpretación que raya con el teatro del absurdo.
En definitiva, una obra
recomendable para toda la familia donde sonrisa y carcajada acompañan de
principio a fin.
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