“La pechuga de la sardina”. Teatro
Valle-Inclán. Hasta el 15 de abril.
El Centro Dramático Nacional
(CDN) recupera una de las obras más relevantes de Lauro Olmo, uno de los
dramaturgos más representativos del Realismo Social. “La pechuga
de la sardina” se estrenó en 1963 y su principal
personaje es su atmósfera asfixiante, dominada por la miseria material y
moral.
El drama refleja de
manera descarnada la vida de pobreza, opresión y resignación sufrida durante la
dictadura franquista. La acción se desarrolla en una pensión habitada por
inquilinos de vida desdichada, principalmente las mujeres. El montaje producido
por el CDN cuenta con la dirección escénica de Manuel Canseco.
La obra, ambientada en
la España de la década de los años cincuenta, recrea, mediante una original
escenografía, la vida de una pensión de mujeres con sus penas y alegrías.
Destacan las interpretaciones de Jesús Cisneros, haciendo del chulapo matón
castizo; María Galarrón, en el papel de la dueña de la pensión con una
interpretación honda y sentida, y Amparo Pamplona, dando vida a la vieja
amargada que no es lo que quiso ser por miedo.
En cuanto a la dirección
de actores, estamos ante una mano ajustada y flexible a la vez porque se nota
que el Director da a su equipo flexibilidad para la creación, al tiempo que
marca las pautas necesarias.
En definitiva, un
montaje inolvidable y que, en especial, a nuestros mayores, les recordará sus
años jóvenes de una época que, esperemos, no volverá…
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