lunes, 3 de febrero de 2014

Crítica de Teatro- Tragicomedia



“Kathie y el hipopótamo”. Naves del Español. Hasta finales de febrero.
Esta es una nueva obra dramática de Mario Vargas Llosa. Hace años, también escribió otra en la que él mismo actuó con Ana Belén, ahora también protagonista de este texto
Después del éxito de “La Chunga”, Natalia Grueso continúa con su proyecto de llevar a escena la obra dramática de Vargas Llosa. En esta ocasión le toca el turno a esta obra dirigida por Magüi Mira y protagonizada por Ana Belén.
Kathie es una mujer de la alta sociedad de Lima y ha realizado un viaje recientemente por Asia y África. Cuando Kathie se decide a contar la historia de este viaje contrata a un profesor universitario para que sea él quien escriba un libro al respecto. Este es el argumento de una obra que reflexiona sobre el origen de los relatos y sobre cómo la fantasía nos permite contar historias que no han ocurrido en la realidad.
Mario Vargas Llosa ha declarado al respecto: “Cuando escribí la pieza ni siquiera sabía qué tema profundo eran las relaciones entre la vida y la ficción, alquimia que me fascina porque lo entiendo menos cuanto más lo práctico.”
Hay que decir que esta producción ha sido hecha ha medida de nuestra conocida actriz-cantante. De hecho, no solo actúa, sino que también canta y en francés, con su hijo al piano.
La obra, que habla de la desazón existencial de una burguesa que lo tiene todo pero a quien le falta el amor, es demasiado larga y, en ocasiones, enrevesada. Pero tiene momentos brillantes, como cuando la protagonista declama al alimón con su profesor-amante o cuando está en el desván devanándose los sesos por esa vida que quiso y que, por miedo, nunca se ha atrevido a tener en el plano amoroso.
Ana Belén es una buena actriz, si está bien dirigida. Aquí, se luce porque el texto ha sido escrito para ella y se nota que es un producto de marketing. Gran fallo porque este hecho limita su capacidad dramática.
Respecto al resto de intérpretes, están bien, incluso, mejor que la estrella y para hablar de la puesta en escena, minimalista, al estilo de lo que tanto se lleva ahora en las producciones teatrales para ahorrar costes aunque hay que reconocer que, en este caso, es efectiva.
En definitiva, una obra para los amantes de la actriz-cantante y para los seguidores impenitentes de Vargas Llosa. Poco más…

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