martes, 23 de octubre de 2012

Teatro-Drama




“Tres años”. Teatro Guindalera. Todo octubre.

El proyecto Tres años parte en primer lugar de la lectura de la novela de A. Chejov Tri Goda y de una gran veneración hacia los textos del autor ruso, cuentos, novelas, obras dramáticas, cartas, reflexiones, etc.,  y además parte del deseo ya antiguo de indagar en su obra desde un divertido análisis práctico, con un grupo de actores que trabajen de forma afín a la nuestra en Guindalera. También surge de una serie de reflexiones personales nacidas de dicha lectura sobre la tópica “felicidad” y la pretensión de alcanzarla (mientras despreciamos lo que generosamente nos da la vida), y la siempre enaltecida pasión amorosa, un sentimiento egoísta, capaz de las acciones más maravillosas pero también de las más terribles. Y por último Tres Años parte de la necesidad de conectar con las vidas de la generación de mis padres (¡siempre la memoria!) y el deseo de contar anécdotas, reales o inventadas, de aquellos años azarosos anteriores a la Guerra Civil Española, simples elucubraciones que posiblemente parten de un dato real o inventado. Todo esto unido en una coctelera dio nacimiento a una primera adaptación libre de la novela corta de Chejov. Sobre esta primera versión comenzaron los ejercicios con los actores, lecturas e improvisaciones que se fueron enriqueciendo con aportaciones extraídas de toda la obra del autor ruso, pero teniendo en cuenta las diferentes personalidades de los interpretes que incidieron en la caracterización de los personajes definitivos, no exactos a los de la novela, y sobre todo nuestro cuidado por mantenernos fieles al espíritu de la obra de Chejov. Ya con la versión definitiva comenzaron los ensayos para su puesta en escena, teniendo muy presente las enormes limitaciones de producción que como de costumbre solemos tener.” (Juan Pastor, director del montaje.)
Cinco personajes de la España de los años treinta viajan a nuestros días y nos cuentan lo que les sucedió durante tres años en su búsqueda de la felicidad a través del amor y sus múltiples formas de manifestarse. Y mientras nos “representan” ese pasado ya vivido, a veces de forma absurda y grotesca, se preguntan y nos apremian a preguntarnos: ¿es posible que el amor nos ayude a tocar aunque sea de refilón el cielo de la felicidad? ¿Qué nos impide que esto suceda? Y lo hace con un punto de vista tierno y amable.


No hay comentarios: