“Santo”. Hasta el 3 de abril. Teatro Español, de Madrid.
La vuelta de la actriz Aitana Sánchez-Gijón siempre supone una celebración para nuestros escenarios. El dramaturgo y director Ernesto Caballero la dirige, en esta ocasión, en “Santo”, un "tour de force" de la actriz que encarna a tres personajes muy diferentes y que ahonda en el tema de la santidad, desde la óptica de tres dramaturgos contemporáneos: el propio Caballero, Ignacio García May e Ignacio del Moral.
Este interesante montaje pone en escena un texto de cada uno de ellos: “Oratorio para Edith Stein”, “Los coleccionistas” y “Mientras Dios duerme”, respectivamente, escritos para la ocasión. La génesis de este proyecto, según ha explicado el propio Caballero, partió del cuestionamiento acerca de si es cierto que los malos son más interesantes en la ficción que los buenos.
Para el dramaturgo y director de la compañía Teatro El Cruce, responsable de esta producción, ha sido "un trabajo de investigación, de autoconocimiento". Caballero confiesa su pasión por "aprender" de sus contemporáneos, como en este caso García May y Del Moral. "Ofrecen enfoques muy distintos y no hacen teatro de evasión. Además plantean pautas estilísticas muy diferentes y todo eso hace que el proceso haya sido muy rico", ha explicado.
Por su parte, Ignacio del Moral quería hablar de los santos contemporáneos, de su entrega anónima en esos lugares remotos en los que no parece haber dios; a Ernesto Caballero le atraía una figura que concentra en sí misma la idea de búsqueda como ninguna otra: Edith Stein, más conocida como Santa Teresa Benedicta de la Cruz, la patrona de Europa, una mujer judía, que se convierte al catolicismo y que muere en un campo de concentración; mientras que las obsesiones de Ignacio García May por el mundo de las reliquias y por una realidad repleta de misterios que se escapan a la observación cotidiana, inspiraron su relato, en el momento de darle forma.
Nos encontramos frente a tres obras totalmente distintas pero que tienen un elemento común que las da unidad.
La actriz encarna a tres mujeres. Dos de ellas son monjas y se llaman Teresa. Ambas tienen un compromiso con la bondad, algo muy denostado hoy en día, según la propia actriz. La primera, la protagonista de la obra de Del Moral, es terrenal y no se ocupa mucho de los temas doctrinales, señala.
Por otro lado, a medida que avanzan las tres obras, van surgiendo temas morales, como si es ético matar para salvar inocentes
Por su parte, la obra de García May cambia radicalmente hacia una mujer aventurera, contrabandista y asesina. Ella representa lo mágico a través de la religión.
Por último, el personaje femenino de la obra de Ernesto Caballero es el más simbólico y presenta un componente onírico y de pesadilla. Es el que más conecta con lo trascendente.
En definitiva, estamos frente a un proyecto sumamente interesante, realizado “ad hoc” para la ocasión, con tres de los mejores autores teatrales contemporáneos y una actriz a la que hemos visto evolucionar desde su juventud, hasta su actual joven madurez siempre en la piel de personajes que nos hacen pensar, que tienen un trasfondo y que procuran siempre alejarse de la superficialidad. Ella, que en apariencia es el prototipo de “estrella”, procura implicarse en proyectos que la hacen crecer como actriz y como persona.
No dejemos de ver esta obra. Seguro que nos dejará huella…
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