“Falstaff”. Hasta el primero de mayo. Teatro Valle- Inclán, de Madrid.
La amistad y la traición son los temas centrales de la obra teatral “Falstaff”, que, bajo la dirección de Andrés Lima (fundador de la conocida y rompedora compañía Animalario), se acaba de estrenar en el Teatro Valle-Inclán, de la capital. Esta obra "radical", según la ha calificado el propio Lima, cuenta con adaptación de Marc Rosich y une en una sola función las dos partes de “Enrique IV”, de Shakespeare e incluye. Además. algunos fragmentos de “Ricardo II” y “Enrique V”. Todo ello, sobre la base de la "guerra continua", explica su Director, para quien, por otro lado, Falstaff es el "personaje más grande" con el que se ha encontrado y que "trasciende" al autor inglés. Ahondando en el personaje central de la obra, Para Andrés Lima, Falstaff es "un personaje genial, con un sentido brutal de la comedia y que demuestra sus ganas de vivir. Ante él, se extiende un mundo de intriga política y de ambición. Creo que es una forma de vida y una apuesta del propio Shakespeare", apunta. En su opinión, esta función destaca por el gran trabajo actoral", que la convierte en un espectáculo muy coral. Para el conocido y reputado actor teatral Pedro Casablanc, que se mete en la piel de Falstaff este personaje "tiene mucho de Sancho Panza y ameniza la guerra civil que vive Inglaterra". Asimismo, el intérprete destaca su "mirada ácida y jocosa de una sociedad que se viene abajo" y el "juego de ideas y palabras permanente". "A todo le saca el aspecto filosófico, pero dentro del juego", apostilla. Por su parte, la gran actriz Carmen Machi (“Aida”, “La tortuga de Darwin”), que interpreta los papeles del Arzobispo y de Doña Rauda, ha señalado que esta circunstancia es "como jugar a dos funciones a la vez".
Escenografía
Por otro lado, la puesta en escena de este colosal montaje (más por su tema e intérpretes, que por la propia escenografía) es un espacio muy desnudo que remite a la manera más sencilla de hacer teatro, según su Director. Otro de los actores relevantes es el joven pero ya prolífico Raúl Arévalo, al que, recientemente, pudimos disfrutar interpretando un rico papel en “Beaumarchais”. Arévalo se va conformando, poco a poco, en un gran intérprete de nuestra escena, habiendo provenido del mundo televisivo. La crítica ha sido notablemente positiva con el resultado de este trabajo de meses. En cualquier caso, Shakespeare siempre es bien acogido entre nosotros porque es un autor complejo –si no el más de todos los de su época, el Siglo de Oro- al que hay que trabajar a conciencia plena y con el que ni directores ni actores pueden tomarse demasiadas licencias.
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