domingo, 13 de febrero de 2011

Teatro

Fugadas”. Hasta el 6 de marzo. Teatro Bellas Artes, de Madrid.
La actriz María Galiana (“Cuéntame”) protagoniza,, junto a Rosario Pardo la obra de teatro “Fugadas”. una comedia dirigida por Tamzin Townsend (“Seis clases de baile en seis semanas” o “El método Grönholm”), en la que la intérprete ha tenido que "volver a las tonterías del colegio" para el estreno absoluto de la obra en España. Esta obra, que, el año pasado obtuvo un gran éxito de crítica y público, vuelve al mismo teatro madrileño que la vio nacer, el Teatro Bellas Artes.
La obra es la historia de Marga y Carmen, encarnadas por Rosario Pardo y María Galiana respectivamente, y del "viaje entrañable y divertido" que ambas emprenden y que les llevará a forjar una gran amistad. Son dos mujeres muy peculiares que huyen de una forma de vida que no soportan; una anciana caradura y segura de sí misma recién escapada de un geriátrico en busca de la libertad que siempre ha tenido (Galiana) y un ama de casa aburrida de ser madre y esposa (Pardo). Sin embargo, no se trata de una “road movie”, sino un viaje "surrealista y ridículo" en el que las protagonistas forjan "una historia de amistad muy bonita que no es nada superficial", según la Directora.
Por otro lado, es una "obra de actrices" en la que Rosario Pardo y María Galiana conforman la totalidad del reparto y permanecen en escena durante la hora y media que dura la representación.
En el viaje que ambas emprenden, la música y la escenografía son dos elementos fundamentales para mantener la estética surrealista y el tono cómico durante toda la obra, en la que ambas actrices se introducen en un "juego escénico muy complejo", combinando la actuación con canciones y bailes.
"Es un juego de payasos; entre uno blanco y uno negro", ha explicado Pardo, en relación al contraste entre la bondad y la inocencia de su personaje y la seguridad y la experiencia que demuestra el personaje encarnado por María Galiana.
Para imprimir el ritmo "rápido" y la ambientación surrealista que caracteriza a la obra, Townsend ha apostado por la presencia de los elementos audiovisuales en la escenografía, combinando una gran pantalla que domina todo el escenario con elementos sencillos como arbustos, rejas, puentes o una vaca de cartón para contextualizar cada una de las escenas, consiguiendo una estética de cómic, muy divertida y muy naïf.
Para que nos hagamos una idea, y trasladándonos al mundo cinematográfico, por su estilo, yo la compararía con la película “El milagro de P. Tinto”, salvando, claro está, las distancias.

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