lunes, 30 de enero de 2023

Escudriñando a los medios 

La actriz Antonia San Juan protagoniza un divertido monólogo donde se pone en entredicho a los medios de comunicación: Entrevista con mi hija Mari. Se representa en el madrileño Teatro Pavón.


Entrevista con mi hija Mari
es una obra con dramaturgia y dirección de Antonia San Juan y protagonizada por la propia actriz junto a Yeyo Bayeyo. Un divertido monólogo donde se pone en entredicho a los medios de comunicación, así como a la sociedad machista actual.

A través del uso de la comedia y con reminiscencias cabareteras, Antonia San Juan realiza una fuerte crítica hacia el patriarcado y el machismo instaurado como algo natural y aceptado socialmente. Mediante giros y ocurrencias inteligentes cercanas al público, aderezado con una gran capacidad interpretativa, la actriz lanza una crítica a la desigualdad que reina en la sociedad actual, recreando la intra-historia de una mujer que, como muchas otras, viven el infierno tras la intimidad del hogar.


La obra emplea un formato de un programa testimonial donde el personaje se sienta en un plató para contar sus experiencias. Mientras tanto, el presentador del programa escucha el testimonio de la invitada que narra sus problemas personales y viene a buscar su minuto de gloria. Además, el entrevistador aportará datos y opiniones de personas allegadas a la invitada, mientras la somete a un elevado nivel de estrés. 

Una comedia para no perderse, pues la San Juan siempre es ácida y extra crítica contra los patrones socialmente establecidos.

La podemos ver, hasta el 18 de marzo, en el madrileño Teatro Pavón.

La comedia lírica de Strauss

El director de escena alemán Christof Loy estrena una nueva versión de esta comedia lírica creada por Richard Strauss Arabella, una comedia lírica muy apetecible.


Tras Rusalka y Capriccio, el director de escena alemán Christof Loy regresa al Teatro Real para estrenar una nueva versión de la comedia lírica Arabella, compuesta por Richard Strauss, con libreto de Hugo von Hofmannsthal.

Loy está acompañado en el plano musical por la regiduría del también germano David Afkham y la función cuenta con la coreografía de Thomas Wilhelm y la participación del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real. El montaje se estrenó en 1933, en el Sächsisches Staatstheater, de Dresde (Alemania), y en España, se vio por primera vez en 1962, en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, con Montserrat Caballé en el papel protagonista.

Su historia narra cómo el arruinado conde Waldner se ha establecido en Viena con la esperanza de que su hija mayor, Arabella, se case con un hombre rico y salve a la familia de la pobreza. Mientras tanto, su hermana pequeña, Zdenka, ha sido criada como un chico, ya que no pueden permitirse mantener a dos señoritas conforme a su posición social.


Tres aristócratas austríacos intentan cortejar a la bella Arabella, pero esta los rechaza. Desesperado, el conde Waldner pierde sus últimas monedas jugando a las cartas. El Carnaval vienés está llegando a su fin y el hotel donde los Waldner se alojan amenaza con expulsarlos, por lo que Arabella se ha dado hasta la medianoche para elegir a su prometido... Sin embargo, esto no hará más que generar un lío amoroso repleto de malentendidos, decepciones y confusiones

La podemos disfrutar en el madrileño Teatro Real, los días 31 de enero, 3,6,9 y 12 de febrero.

domingo, 29 de enero de 2023

Una de las grandes tragedias de Shakespeare

La directora francesa Sandrine Anglade dirige una adaptación de la tragedia de William Shakespeare La tempestad. La podemos ver en (Naves del Español-Matadero Madrid.


La directora francesa Sandrine Anglade dirige una adaptación de la tragedia de William Shakespeare, 
La tempestad. Es, en realidad, una función operística representada en francés con subtítulos en castellano.

El montaje cuenta con la participación de los actores-cantantes y los instrumentistas Marceau Deschamps-Segura, Damien Houssier, Alexandre Lachaux, Laurent Montel, Pierre-François Doireau, Serge Nicolaï, Marie Oppert, Nina Petit, Sarah-Jane Sauvegrain, Léna Dangréaux y Benoît Segui. Todos ellos desarrollan con pasión este texto filosófico enmarcado dentro de un decorado hecho con poleas y velos que componen paisajes misteriosos y poéticos en movimiento.

La tempestad es una obra clásica, creada sobre 1610, que indaga en temáticas como el perdón, la familia o la guerra, a través de un micro-universo plagado de música, magia y fantasía. Asimismo, es una combinación del mejor teatro clásico y actual.

La obra la obra es una reflexión sobre la naturaleza del Hombre y donde se escenifica una crítica hacia los excesos y las mentiras con el fin de generar una lucha contra el oscurantismo que venza los demonios personales.


Su argumento se centra en Próspero, el legítimo duque de Milán, quien ha sido expulsado de su título por su hermano Antonio. Durante un viaje, su barco naufraga y acaba en una isla acompañado por su hija Miranda. Allí, comienza a dedicarse al estudio de la magia y contacta con diversos espíritus con afán de llevar a cabo su venganza.

Es una de las obras más complejas de Shakespeare y esto ya es mucho decir…

La podemos ver, hasta el 29 de enero, en el madrileño espacio escénico Naves del Español-Matadero Madrid.


lunes, 23 de enero de 2023

Un tratado sobre el concepto de amistad

El conocido dramaturgo Juan Mayorga, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022, presenta una cómica reflexión sobre la amistad, a través de la obra precisamente titulada Amistad. La podemos ver en el espacio madrileño Naves del Español-Matadero Madrid. 


El prestigioso dramaturgo Juan Mayorga, galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022, propone una nueva comedia que en esta ocasión delibera sobre la amistad y precisamente titulada de la misma forma, Amistad. Está dirigida por José Luis García-Pérez.

El montaje está protagonizado por muy populares los actores teatrales y, en general, mediáticos Ginés García Millán, José Luis García-Pérez y Daniel Albadalejo, quienes se meten en la piel de tres amigos desde la infancia. Se han juntado para charlar y terminan jugando al que puede que sea el último juego de sus vidas, pues se trata de una actividad peligrosa que va a poner su propia amistad en liza...

Mayorga radiografía la esencia humana, con la timidez y la mentira a la cabeza, mediante la necesidad de utilizar un juego para encarar la verdad. Así, se brinda una reflexión acerca de la vida, los recuerdos, el amor, la masculinidad, el paso del tiempo y, por supuesto, los vínculos personales. Y todo ello cargado de humor y consideraciones morales.


Nacido en Madrid, en 1965, Juan Mayorga es un dramaturgo y regidor miembro fundador de la Academia de las Artes Escénicas de España. Actualmente dirige la Cátedra de Artes Escénicas​ de la Universidad Carlos III de Madrid y ha trabajado para el Centro Dramático Nacional y la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Cuenta con varios galardones en su haber: el Premio Nacional de Teatro 2007, el Premio Nacional de Literatura Dramática 2013, el Premio Nacional de las Letras Teresa de Ávila 2016 y tres Premios Max al mejor autor en 2006, 2008 y 2009, así como dos Premios Max a la mejor adaptación en 2008 y 2013. Además, en 2018 fue elegido miembro de la Real Academia Española para el sillón M. Recientemente ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2022. 

La podemos ver, del 25 de enero, al 5 de marzo, en la madrileña Naves del Español-Matadero Madrid.

jueves, 19 de enero de 2023

Acida crítica de la aristocracia moderna

Decadencia es una versión de la ácida crítica a la aristocracia del dramaturgo Steven Berkoff. La podemos disfrutar en el madrileño Teatro de La Abadía.


Los conocidos actores Pedro Casablanc y Maru Valdivieso representan, en el madrileño Teatro de La Abadía, una versión de la reconocida comedia negra Decadencia, de Steven Berkoff.

Se trata de una ácida crítica a las clases pudientes que el famoso actor inglés escribió en la década de 1980 de un Reino Unido en el que gobernaba Margaret Thatcher. Una caricatura social donde ambos intérpretes se meten en la piel de cinco personajes: dos parejas de la aristocracia y un vividor que intenta sacar el máximo rédito de la vida.

La obra expone cómo Steve, un burgués de clase alta, vive un romance con Helen, una excéntrica y sensual nueva rica. Sin embargo, Steve está casado con Sybil, quien contrata a Les, un detective privado, para que investigue la infidelidad de su marido. Pero todo se complica aún más cuando Sybil y Les comienzan una relación amorosa.


La función ha sido adaptada por Benjamín Prado y está dirigida por el propio Pedro Casablanc. Es una creación de Producciones Off y de Vania Producciones y cuenta con Laura Ortega y Nacho Redondo como ayudantes de dirección, la escenografía de Sebastià Brosa y Silvia De Marta, y el vestuario de Antonio Belart.

La podemos ver, hasta el 5 de febrero, en el madrileño Teatro de La Abadía.

 

Las nuevas tecnologías en el teatro

El dramaturgo Oriol Puig Grau dirige la obra Karoke Elusia, que supone la culminación del proyecto internacional de creación escénica Extended Universe. La podemos ver en el madrileño teatro público nacional Teatro María Guerrero.


El madrileño Teatro María Guerrero ofrece una obra escrita y dirigida por el dramaturgo Oriol Puig Grau, Karaoke Elusia. Un montaje que supone la culminación del proyecto internacional de creación escénica Extended Universe, cuyo objetivo  es promover el uso de nuevas tecnologías en la creación teatral y la implicación de jóvenes en la práctica escénica.

La obra pone en escena a los personajes de Anita, Sam y Cristian que alquilan la sala privada de un karaoke para celebrar su graduación de instituto. A lo largo de la noche interpretan canciones y recrean todo lo que ha pasado este último año, un curso que ha sido muy difícil para los tres. Hace unos meses Sam intentó suicidarse, lo que causa un gran revuelo de acoso escolar por redes sociales que no fueron capaces de parar ni padres ni profesores.


Nacido en 1992, en Barcelona, Oriol Puig Grau combina su carrera como creador con la de actor. En su carrera ha dirigido y coescrito el largometraje El sitio de Otto, estrenado en BCN Film Fest (Barcelona) y Cinespaña (Toulouse) y como actor, ha trabajado en series de televisión como Velvet (Antena 3), La Verdad (Telecinco) o Drama (Playz) y películas como Julia Ist (Lastor Media).

 

La podemos ver, del 20 de enero, al 12 de febrero, en el madrileño Teatro María Guerrero.

miércoles, 18 de enero de 2023

 

Joan Matabosh, director artístico del Teatro Real

“La singularidad de la ópera consiste en una complejidad formal”

 

Joan Matabosh, director artístico del Teatro Real, comenta, en esta entrevista exclusiva de FAN FAN, el día a día de su trabajo, cómo cuesta poner en marcha una ópera. También opina sobre los montajes clásicos versus los modernos y habla del presente y futuro del ballet.


Joan Matabosh, el director artístico del Teatro Real, empezó su formación estudiando Sociología, en la Universidad Complutense, de Madrid, donde acabó licenciándose. También realizó los estudios de Música, en el Conservatorio Superior de Música del Liceo, de Barcelona, y Ciencias de la Información, en la Universidad Autónoma de Barcelona.

En el mundo lírico, comenzó a trabajar como crítico de ópera, música, teatro y danza, en diversas publicaciones nacionales e internacionales.

En 1993, fue nombrado director artístico adjunto del Gran Teatro del Liceo, para pasar a ser el director artístico, tres años después. Renovó la programación de dicho teatro, promocionando a los grandes grupos catalanes, como La Fura dels Baus y a grandes directores, como Calixto Bieito.

En 2013, renunció a su cargo en el Liceo para ocupar el mismo cargo en el Teatro Real, de Madrid, substituyendo al anterior director artístico, el conocido Gerard Mortier.

 


FAN FAN.-
La programación 2022-23 está repleta de grandes producciones operísticas, como La sonámbula, Dido y Eneas o Turandot. ¿Cuesta mucho dinero poner en marcha producciones de este calibre..?

JOAN MATABOSH.- La ópera es un espectáculo caro. Hace falta una orquesta, un coro, un equipo de solistas y de técnicos, una dramaturgia, etc. Todos estos elementos juntos, compartiendo un escenario y un proyecto. Esto quiere decir muchos artistas, muchos técnicos y una organización implacable del trabajo que garantice, al mismo tiempo, que se pueda desarrollar un proceso creativo. No serviría de nada que la planificación simplemente garantizara que el trabajo se pudiera llevar a cabo. Lo más importante es que se organice de tal modo que se garantice que los ensayos sean un proceso genuinamente creativo. Un proceso cuyo final es una obra artística, que es lo que es la ópera. La singularidad de la ópera consiste en un complejidad formal y, por lo tanto, en su inmensa complejidad potencial de sentido. Tenemos la literatura del texto dramático (el libreto); el tejido musical que construye la orquesta y el coro; las voces de los cantantes; las formas, colores y sombras de la escenografía, el vestuario, la iluminación y el vídeo; los cuerpos y la gestualidad de los personajes; y a veces la danza. Y lo más importante de todo no es que sean muchos los ingredientes, sino que ese canto, esa dramaturgia, esa orquesta, forme una estructura de sentido. Por eso una buena definición de lo que es la ópera es, me parece, “la más compleja confluencia de todas las artes al servicio de la expresión”. 

Los montajes modernos

F.F.-Algunos dicen que los montajes modernos solo sirven para ahorrar dinero y que, al mismo tiempo, se excusan diciendo que es la tendencia escénica actual. ¿Qué opina usted al respecto..?

J.M.- Supongo que son opiniones muy poco informadas. ¿Desde cuándo un montaje moderno ahorra dinero respecto a un montaje clásico? ¿Alguien se cree esta absurdidad? ¿En base a qué? Cada espectáculo tiene su propia lógica, en el momento de establecer un proceso de producción, y esta lógica puede ser muy diferente en dos proyectos dramatúrgicos diversos. Pero esto no tiene nada que ver con que la dramaturgia sea más o menos moderna. Muchas veces, los espectáculos en los que aparentemente no hay casi nada en escena son los más caros porque esto implica un nivel de sofisticación en la iluminación, en la dirección de actores y en los detalles de los acabados mucho más costoso que llenar el escenario de elementos corpóreos o de muebles. 

F.F.-¿Qué le apetece más, sinceramente, producir ópera clásica o moderna?

J. M.-Lo que considero innegociable es producir ópera a un nivel máximo de calidad. Estoy abierto a múltiples opciones en lo interpretativo, lo dramatúrgico y lo vocal; y estoy dispuesto a dar por buenos modelos de gestión antagónicos siempre y cuando puedan garantizar unos indiscutibles estándares de calidad. De hecho, cuando se puede garantizar la calidad del producto, es muy sano que haya aproximaciones interpretativas divergentes ante una obra. Y, faltaría más, es legítimo que algunas de estas interpretaciones gusten más que otras. Pero si no hay calidad, no hay nada que sea justificable. Al final, el gran reto de un gran coliseo es que, más allá de guste más o menos un espectáculo, lo que se ofrezca sea de la calidad máxima. Esto es lo que hace el Teatro Real, pero no es algo que puedas dar por logrado definitivamente. Este es el reto de cada día. El tipo de dramaturgia es instrumental, y puede ser más o menos clásica según la estética del equipo artístico al que se haya confiado el proyecto. Lo relevante no es la estética de la puesta en escena sino su capacidad de expresar el sentido de la obra. Cuan relativo es, desde esta perspectiva, que la dramaturgia sea fiel a las acotaciones del original o las recree. Lo único que realmente importa es que exprese su sentido y, para ello, una representación literal puede ser potenciadora o letal para expresarlo exactamente igual que una dramaturgia rompedora puede enterrar bajo su ingenio el sentido o revelarlo. Lo importante es que el espectador ha de entender aquello que se expresa y revivirlo en la propuesta escénica y musical. Lo que está claro es que la pasividad lo impide. 


La ópera contemporánea

F.F.-¿Por qué la ópera contemporánea no se prodiga lo suficiente en los escenarios, como piensan algunos?

J.M.-Los teatros tienen que hacer el esfuerzo de normalizar la presencia de la creación contemporánea en sus programaciones. Este es uno de los objetivos principales de cualquier programación responsable. Una de las responsabilidades de un teatro es contribuir a la evolución del gusto del público. Y eso es lo que pretenden las temporadas del Teatro Real, y mi objetivo principal. Mi foco está puesto en defender la ópera como una extraordinaria forma de arte, es decir, se trata de contemplar fuera de nosotros nuestra experiencia común. Tiene sentido volver a plantear un texto o una partitura del pasado porque la obra expresa algo que nos afecta. Expresa lo que somos y lo que sentimos. Y lo hace, además, con una nueva complejidad que nos permite no solo recordarlo sino sobre todo redescubrirlo. Esto es lo extraordinario del placer artístico, y por esto la experiencia del arte puede contribuir a que seamos mejores ciudadanos, más sensibles al entorno, más empáticos, más abiertos, más receptivos.  Por eso, necesitamos teatros, museos, librerías, cines y plataformas audiovisuales

F.F.-¿Piensa que hay menos ópera moderna porque entre los nuevos públicos la ópera no es popular?

J.M.- Es un falso debate. Todo lo que actualmente nos parece “clásico” hace un tiempo fue tachado de “moderno”, y muchas veces rechazado e incluso considerado inaceptable porque rompía con los cánones estéticos de su tiempo. Como decía Richard Taruskin “la contracultura de hoy será la ortodoxia de mañana”. 

Atraer a nuevos públicos

F.F.-¿Qué hace el Teatro Real para atraer a nuevos públicos..?

J.M.- La política de atracción de jóvenes está dando unos frutos magníficos. En todas las funciones hay un cupo que llamamos “Butaca Joven” a tarifas preferentes de 20 Euros para menores de 26 años; y de 30 Euros para menores de 36 años. Y además están las entradas de “Último minuto”: a 20 Euros para menores de 26 años en cualquier zona del teatro; y a 34 Euros para menores de 36 años igualmente en cualquier zona del teatro. A partir de las 14.00 h del día de la función pueden comprar las entradas de “Último minuto” los Amigos Jóvenes; y a partir de las 16.00 h del día de la función pueden comprar entradas de “Último Minuto” todos los jóvenes, sean o no Amigos del Teatro Real. Yo recomiendo a todos los jóvenes que lo prueben y, si les agrada la experiencia, que se hagan Amigos Jóvenes. Las ventajas son extraordinarias, y no solo por el acceso preferente a butacas a precios de “gintónic”. Los teatros tienen que hacer el esfuerzo de abrirse, y de favorecer que capas amplias de la población accedan a la música, a la ópera y al teatro. Esa es una de sus responsabilidades. Hay que diseñar políticas de precios que permitan el acceso entre los más jóvenes; y fomentar un programa educativo y pedagógico como el Real Junior, que es un ejemplo admirable. 

F.F.-¿ Da la impresión de que el ballet y la danza, en general, están cobrando fuerza en el Teatro Real ¿Es así? ¿Por qué..?

J.M.-En Madrid, la programación de danza es espectacular, pero se encuentra repartida entre varias instituciones como los Teatros del Canal, el Teatro de la Zarzuela, el Centro Cultural Conde Duque y, también, el Teatro Real. La aportación del Teatro Real es programar a grandes compañías de danza cuyas producciones no pueden acceder a otros escenarios de Madrid. Pero lo que no vamos a hacer es entrar a competir con lo que otras instituciones de Madrid están haciendo ya de una forma modélica. En definitiva, la danza forma parte de la programación del Teatro Real y está muy consolidada su presencia y su demanda. Pero el Teatro Real es solo una de las instituciones que programan danza en Madrid. Y es estupendo que así sea. 


El ballet, ¿elitista?

F.F.- ¿Cree que el ballet es tan elitista como la ópera en este país..?

J.M.- La etiqueta de elitismo está actualmente muy lejos de reflejar la realidad, en ópera y en danza, pero es evidente que romper estos lugares comunes debe ser uno de los retos fundamentales de una institución como el Teatro Real. Un teatro que en pocos años ha multiplicado sus abonados y su público, que se ha abierto a audiencias mucho más diversificadas, que tiene políticas espectaculares para jóvenes, no debe pasar por elitista porque se trata de una “etiqueta” trasnochada, sin apenas que ver con la realidad. Eso sí: el teatro debe hacer todo lo que esté en su mano para luchar contra estas “etiquetas” y todos los esfuerzos que haga serán siempre insuficientes. Hay que ser lo más ambiciosos que podamos en lograr que el acceso a la Cultura sea universal. Y la ópera, que es la más compleja confluencia de todas las artes al servicio de la expresión, debe hacer un esfuerzo suplementario para lograr ser accesible a todos. En cuanto a la danza, se puede afirmar lo mismo. Debemos hacer el esfuerzo de reducir al máximo posible el precio de las entradas, pero siempre me ha parecido incomprensible que consideremos elitista una entrada de ópera que cuesta menos de la mitad que una entrada de fútbol. 

Los compositores favoritos

F.F.-¿Cuáles son sus compositores de ópera favoritos..? ¿Por qué..?

J.M.- No es relevante el gusto del programador en el momento de confeccionar la programación de una temporada. Supongo que es inevitable que algo influya, pero hay variables mucho más importantes que son las que deben imponerse. Al margen de lo que a mí me guste, hay títulos y compositores que deben reivindicarse porque son asignaturas pendientes relevantes de la institución, y aportaciones culturales fundamentales al panorama cultural de Madrid. Suelo entusiasmarme por lo que se avecina. Por ejemplo, “La nariz” de Shostakovich está basada en el cuento homónimo de Nikolai Gogol, sobre un pequeño funcionario, el Mayor Kovalov, que un día se despierta, se mira en el espejo y se encuentra con que le ha desaparecido la nariz. Encima, tras buscar desesperadamente su propia nariz por las calles de Leningrado (San Petersburgo en el texto de Gogol) descubre, tras encontrarla, que su nariz ha adquirido mucha más relevancia social que él mismo: es Consejera de Estado, que es el cargo al que aspira llegar algún día tras ascender pacientemente por la escala funcionarial peldaño a peldaño a lo largo de toda su vida. La obra es una sátira feroz y corrosiva de la nueva administración soviética surgida de la Revolución. Pero la obra invita también a una lectura psicológica. “La nariz” parece también una versión grotesca del romántico doppelgänger”, el aterrador “alter ego” que confronta al ego con sus propios miedos y deficiencias. Es como una fantasía sexual pre-Freudiana. La importancia de esta excrecencia del cuerpo normalmente ignorada se revela solo como trascendental cuando el apéndice se ha perdido. Con el añadido humillante de que envía señales inequívocas sobre la dudosa virilidad del propietario del apéndice extraviado. Una ópera singular, extraordinaria, que va a subir por primera vez al escenario del Teatro Real.