“Das
Rheingold”. Teatro Real, de Madrid. Hasta el primero de febrero.
Con Das
Rheingold, se marca el inicio de El anillo del nibelungo, la colosal tetralogía
de Richard Wagner y
la segunda que el Teatro
Real lleva a su escenario desde su reinauguración en
1997. Pablo Heras-Casado,
principal director invitado del Real, dirige un reparto con renombrados
cantantes wagnerianos como Greer
Grimsley, Sarah Connolly y Samuel Youn en
una desoladora producción de Robert
Carsen. El director de escena canadiense sitúa el prólogo
del Anillo en la
crudeza de nuestro contaminado mundo actual, donde se despliegan los personajes
del conflicto cósmico retratado en la tetralogía, que veremos completa a lo
largo de las próximas temporadas.
Con “Das Rheingold”, se marca el inicio de El anillo del nibelungo,
la colosal tetralogía de Richard
Wagner y la segunda que el Teatro Real lleva a su escenario desde su
reinauguración en 1997. Pablo
Heras-Casado, principal director invitado del Real, dirige un
reparto con renombrados cantantes wagnerianos como Greer Grimsley, Sarah Connolly y
Samuel Youn
en una desoladora producción de Robert
Carsen. El director de escena canadiense sitúa el prólogo del Anillo en la crudeza de
nuestro contaminado mundo actual, donde se despliegan los personajes del
conflicto cósmico retratado en la tetralogía, que veremos completa a lo largo
de las próximas temporadas.
Escrita bajo los estrictos preceptos del Oper und Drama que el
mismo Richard
Wagner
estableció, “Das Rheingold”
–la primera de las cuatro óperas que componen la tetralogía de “El anillo
del nibelungo”– se antoja mucho más un drama actual que una fábula
remota. El compositor ya supo intuir la incompatibilidad entre las leyes de la
naturaleza y las de los seres humanos, y anticipó las consecuencias que ello
acarrearía.
La producción que ahora presenta el
Teatro
Real nos
sitúa ante un mundo en estado de sitio, irreversiblemente contaminado,
devastado por la avaricia de poder del hombre que, tratando de controlar su
entorno, ha acabado abocado a su propia destrucción. Es un mundo de gentes
cegadas y grises cuya existencia parece carecer de dirección o significado
alguno. El Rin, además de albergar el oro que se robará para fabricar el anillo
mágico (y maldito), pasa a ser una cloaca donde acaban los desechos de una
civilización fallida.
Das
Rheingold constituye la perfecta antesala para conocer las dinámicas
y conflictos que rodean a los personajes de la tetralogía, y cuyas trayectorias
descubriremos en las próximas temporadas con el estreno de los otros tres
títulos.
Una ópera con unos estupendos cantantes “wagnerrianos”;
una dirección escénica muy teatral (como procede con Wagner): una dirección
musical notable; pero una escenografía moderna no apta para todos los públicos,
donde el feísmo es el leit motiv.