“Buena gente”. Teatro Rialto. Toda la
temporada.
Nominada en los Premio Tony como
mejor obra de 2011 y escrita por el Premio Pulitzer David Lindsay-Abaire, “Buena gente” es una de las representaciones
más aclamadas por crítica y público de los últimos años en Broadway. Un montaje
que David Serrano adapta para el público español y que tiene como protagonista
a Verónica Forqué.
La actriz madrileña se
pone en la piel de Margarita, una mujer de casi sesenta años que debe cuidar a
su hija discapacitada de cuarenta. Sus únicos ratos de ocio son las quedadas
que organiza con las amigas para ir al bingo. Algo que ahora debe suprimir
porque acaba de ser despedida de su trabajo. Con su edad y la terrible
situación laboral que existe no sabe cómo va a pagar las facturas. Sin embargo,
un buen día se reencuentra con Raúl, su novio de la adolescencia, quien se ha
convertido en un prestigioso y adinerado médico. Y es en ese momento cuando
Margarita piensa que tal vez él pueda echarle una mano.
La obra comienza como un
auténtico vodevil almodovariano con tres actrices “marujeando” todo lo que
pueden. Pero, poco a poco, va tomando un cuerpo diferente en un tono más
dramático y profundo, que es lo que le da su verdadero valor. El final, aunque
previsible, cierra el círculo argumental de una forma maestra, cuando ya todos
pensábamos que al autor se le había olvidado un detalle. Y pese a tener cierta
moralina (muy bien escrita, eso sí), entra bien porque está bien dirigida y
mejor interpretada, especialmente, por las actrices (La Forqué, en una de sus
pocas interpretaciones en las que no hace de ella misma, menos mal; Susi
Sánchez, una de nuestras mejores actrices teatrales, o Pilar Castro, que está
que se sale).
En resumidas cuentas,
“Buena gente” es una buena obra que nadie debería perderse.