jueves, 16 de octubre de 2025

Un cabaret pretendidamente rompedor

El Cabaret de los Hombres Perdidos es una obra creada por Christian Simeón y Patrick Laviosa y dirigida por Israel Reyes. Reúne a un equipo artístico que pretende abordar este musical desde una visión pegada a la actualidad y al presente distópico que rodea a la sociedad actual. Lo marginal y lo artístico se entremezclan en su argumento, que nos retrotrae a los años ochenta, tanto por su estilo, como temática.



El Cabaret de los Hombres Perdidos nos ofrece un espectáculo brillante y canalla. Una obra para reflexionar que no da ni un instante de tregua. Un musical de culto y transgresor que se representó por primera vez en el París.

Su argumento cuenta cómo este local de cabaret está a punto de cerrar. El ruido de una carrera alerta a los personajes que se hallan en el cabaret. Un muchacho es perseguido, alcanzado, golpeado. Aun así, logra escabullirse y entrar en el cabaret. Todavía no sabe que esa persecución le ha llevado a una nueva forma de vivir.

Dentro le están esperando el Destino, un tatuador y Lullaby, que le curarán las heridas y escenificarán cómo puede ser su futuro. El muchacho quiere ser cantante, pero la oferta que recibe es diferente. Este es el punto de partida de El cabaret de los hombres perdidos.



El protagonista, un chico árabe que emigra a una ciudad de occidente para buscarse la vida, recala en un local canalla,donde el cine porno es uno de sus protagonistas. Se convierte en una estrella del porno, pero la vida es traicionera y lo que parecía que iba yendo bien, acaba como el rosario de la Aurora...Soledad, sexo gai a borbotones y mucho humor y buena música de jazz con canciones divertidas son la base de este musical de pequeño formato.

Creada por Christian Simeón y Patrick Laviosa y dirigida por Israel Reyes, esta coproducción entre Canarias, Valencia y Madrid reúne a un equipo artístico que pretende abordar este musical desde una visión pegada a la actualidad y al presente distópico que rodea a la sociedad actual.

Hay que decir que el argumento es un poco enrevesado; que hay demasiadas alusiones al porno (para mi gusto, no justificadas, sino provocadoras para que el público se remueva en su butaca); que, por otro lado, los actores están muy bien y que la dirección artística saca lo mejor de ellos. ¡Ah, y una orquesta de jazz de cámara fantástica!.



En definitiva, una producción musical no perfecta, pero divertida aunque nada nuevo bajo el sol. Al menos, un nuevo cabaret en los escenarios madrileños, tan carentes de este género. Y no sé por qué...

Lo podemos ver, toda la temporada, en el renovado Teatro Maravillas.

https://www.youtube.com/watch?v=zA17ZeEhdhA





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