Un tranvía llamado Tennesse Williams
Tras
arruinarse y perder la casa familiar, Blanche DuBois regresa a Nueva
Orleans viéndose obligada a vivir en la casa de su hermana Stella,
que está casada con el inquietante macho Stanley Kowalski. La pasión
que surge entre ambos desemboca en una tragedia que evidencia la
diferencia entre realidad y delirio. Este es el resumen de Un
tranvía llamado deseo, la obra estrella de ahora, en el Teatro
Español.
Un
tranvía llamado deseo,
del dramaturgo estadounidense de segunda mirad del siglo pasado, es
una gran obra que aborda el choque entre la ilusión y el realismo y
define el teatro de los años 40 norteamericanos, convirtiéndose
en un clásico para las generaciones siguientes. Un viaje por Nueva
Orleans a través de un tranvía con dos paradas -Pasión y Muerte-
entre las que los protagonistas deben decidir; dos estaciones
que definen el trágico e inevitable destino al que se dirigen. Esta
es una de las cumbres de la dramaturgia norteamericana, un texto
redondo e incuestionable sin el que es imposible entender el teatro
del siglo XX. El tranvía resulta, hoy, tan rica y poderosa -según
si director escénico, David Serrano, como cuando se estrenó hace ya
más de setenta y cinco años, y es que muy pocas obras han aguantado
tan bien el paso del tiempo y aún menos obras están tan presentes,
obviamente debido en gran parte a su adaptación cinematográfica, en
la memoria de los espectadores de todo el mundo.
Tennessee Williams, quizás, el más autobiográfico de los dramaturgos estadounidenses, afirmaba que cada una de sus funciones daba cuenta “del estado de mi mundo interior en el momento en la que fue escrita”. Esto es especialmente claro en el Tranvía, donde plasmó, con una tremenda honestidad, su compleja relación con el amor y el deseo. Sus personajes reflejan, además, muchos aspectos de su fascinante personalidad y la de la gente que lo rodeaba. “Habría que dejar siempre en un personaje dramático un campo que no se comprenda. Siempre tendría que haber en los personajes humanos una región misteriosa”, decía Williams, y desde luego que aquí lo consiguió. Mi prioridad como director siempre ha sido ponerme al servicio de la historia y de los actores, y teniendo en las manos una obra maestra como el tranvía aún lo será más.
La podemos ver, hasta el 27 de este mes, en el Teatro Español.
https://www.youtube.com/watch?v=C3BxOgPMu7A
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