lunes, 23 de diciembre de 2013

Crítica de Musical



“Campanadas de boda”. Nuevo Teatro Alcalá. Hasta la primavera que viene.
 
La Cubana vuelve a los escenarios y lo hace con una "parodia de la gran parodia", como sus responsables lo han definido. Este fantástico vodevil refleja todas y cada una de las situaciones que tienen lugar en los enlaces matrimoniales, un buen ejemplo, según ellos, de teatro cotidiano.
 La compañía catalana (famosa desde tiempos inmemoriales, cuando a todos nos sorprendió con el musical “Cómeme el coco, negro”) sube al escenario a una familia de Barcelona de clase media-alta que se prepara para casar a su querida hija. Durante toda la obra van apareciendo los personajes característicos de estas celebraciones para hacer un retrato irónico de los llamados bodorrios. Independientemente de la época, el dinero, las creencias religiosas y el sexo de los contrayentes, hay cosas que nunca cambian.
Una vez más, Jordi Millán dirige a esta espléndida compañía, con muchas tablas en el mundo del musical y del teatro cómico, heredera del mejor teatro barcelonés de varietés de los años sesenta y setenta en un show (nunca mejor dicho) ácido en su crítica social, sobresaliente en su producción y dirección y muy, muy divertido y para todos los públicos.
La verdad es que contra las crisis –de cualquier tipo-, un buen e inteligente espectáculo es el mejor revulsivo.

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