¡Viva lo maricón!
Una adaptación del libro autobiográfico de Édouard Louis dirigida
por José Luis Arellano García. La podemos ver en el Teatro La Abadía,
hasta el próximo día 6. Su título: Para acabar con Eddy Bellegueule.
José Luis Arellano García (Fuego, Las horas vacías o Fortunata y Benito) dirige la adaptación de Pamela Carter sobre la novela autobiográfica de Édouard Louis. Es una función con luces estroboscópicas. El título: Para acabar con Eddy Bellengueule.
El
montaje se basa en la propia
infancia de Édouard y su evolución en la persona que es y que siempre quiso ser
a pesar del maltrato que tuvo que soportar. Así, el público conoce a Édouard
Louis y Eddy Bellegueule. En realidad, ambos personajes son el mismo
individuo y el relato teatral está narrado por Édouard, al tiempo que Eddy va
recordando y rememorando todas aquellas experiencias de humillaciones, homofobia,
alcoholismo y racismo.
Y es que Eddy Bellegueule nació
en Francia, en 1992, en el seno de una familia de clase baja y mentalidad muy
tradicional. Eddy le cogía prestada la ropa a su hermana y desfilaba con ella
por la habitación. Su padre no veía bien ese comportamiento y tras varias
palizas, insultos y castigos decidió que el fútbol le curtiría y le haría
un hombre. Pero Eddy se resistió a jugar a fútbol con sus hermanos y primos,
pues él lo que quería era hacer ballet, como su hermana.
Por otro lado, tampoco tuvo la simpatía de sus compañeros de colegio, quienes le acosaron durante años. El tiempo pasó y Eddy se cansó de ser el blanco de las burlas y los golpes. Decidió escapar y enfrentarse a todos. Se cambió el nombre por Édouard Louis y escribió un libro detallando sus vivencias, un volumen que cuando solo contaba con 21 años se transformó en un best seller y ganó el Premio Pierre Guénin contra la Homofobia. Ha sido traducido a 20 idiomas y en su país natal Édouard es considerado como una de sus mayores promesas literarias.
Este
maravilloso y valiente montaje es una reposición cuyo estreno vimos, en este
mismo teatro, hace no mucho tiempo. El resultado es una actuación magistral,
dirigida sobresalientemente. En cuanto a los decorados y el attrezzo, muy
acordes con el texto.
En
definitiva, una obra hoy más necesaria que hace años, dado que la homofobia
parece volver a estar de moda, en algunos casos (alucinante) alentada por
directores de medios de comunicación, siendo éstos las verdaderas hienas de
nuestra sociedad. Darían pena por ser como son, si no tuvieran esos cargos de
responsabilidad pública… Y en ocasiones, son ellos mismos gays
autorreprimidos…Esto es lo peor. ¡Viva lo maricón1, igual a ¡Viva la
libertad! ¡Abajo la represión! y ¡Abajo la hipocresía!
La podemos disfrutar en el madrileño Teatro La
Abadía, hasta el próximo día 6 del presente.