Nuevo montaje de la zarzuela Los Gavilanes

El famoso director Antonio Fauró (La tempestad, Maruxa o Policías y ladrones) dirige la zarzuela Los Gavilanes, de Jacinto Guerrero, en tres actos escrita por José Ramos Martín y con música de Jacinto Guerrero.

La acción de la zarzuela Los Gavilanes, de Jacinto Guerrero, se sitúa en una aldea de la costa de la Provenza, en 1845. Allí, aparece Juan, un indiano que ha hecho fortuna en Perú. Todos le creían muerto, pero Juan regresa a su localidad natal con los bolsillos llenos de dinero. Nada más instalarse dispensa a su hermano, su cuñada y sus sobrinas joyas y regalos caros.

Al enterarse, el alcalde Clariván se acerca a Juan para que le pague las obras que necesita el municipio, obviando que antiguamente fueron rivales. Juan también descubre que su gran amor, Adriana, ahora es viuda, pobre y tiene una hija llamada Rosaura.

Juan paga todas las deudas de la familia de Adriana y anuncia que quiere casarse con Rosaura, lo que provoca un escándalo en el pueblo y empiezan a llamarle el gavilán, pues se mofan de que ha cazado una paloma. Pero Rosaura está enamorada de un joven de su edad y planean fugarse.

Ficha artística:

§ Dirección - Antonio Fauró

§ Dirección musical - Jordi Bernàcer

§ Dirección de escena - Mario Gas

§ Escenografía - Ezio Frigerio

§ Vestuario - Franca Squarciapino

§ Iluminación - Vinicio Cheli

§ Movimiento escénico - Carlos Martos

§ Orquesta - Orquesta de la Comunidad de Madrid

§ Coro - Coro del Teatro de La Zarzuela

§ Música - Jacinto Guerrero

§ Libreto - José Ramos Martín

Reparto:

§ Juan - Juan Jesús Rodríguez (8, 10, 13, 15, 17, 20, 22 y 24) / Javier Franco (9, 14, 16, 21 y 23)

§ Adriana - María José Montiel (8, 10, 13, 15, 17, 20, 22 y 24) / Sandra Ferrández (9, 14, 16, 21 y 23)

§ Rosaura - Marina Monzó (8, 10, 13, 15, 17, 20, 22 y 24) / Leonor Bonilla (9, 14, 16, 21 y 23)

§ Gustavo - Ismael Jordi (8, 10, 13, 15, 17, 20, 22 y 24) / Alejandro Del Cerro (9, 14, 16, 21 y 23)

§ Clariván - Lander Iglesias

§ Trinquet - Esteve Ferrer

§ Leontina - Ana Goya

§ Renata - Trinidad Iglesias

§ Camilo - Enrique Baquerizo

§ Nita - Mar Esteve

§ Emma - Raquel Del Pino

 

La podemos ver en el madrileño Teatro de La Zarzuela, hasta el próximo 24 de octubre.

 

Voltaire, analizado en las tablas

Tras su trabajo conjunto en La tortuga de Darwin, el dramaturgo Juan Mayorga y el director Ernesto Caballero (Santiago - Cuba- y cierra España) de vuelven a unir sus fuerzas para estrenar una pieza dramática sobre la tolerancia basada en las reflexiones del filósofo francés Voltaire, del mismo nombre que éste.

La obra Voltaire se estructura a partir de tres textos de Teatro para minutos de Mayorga y su intención es trazar puentes entre el pensamiento y el teatro. Para ello han elegido al controvertido François-Marie Arouet (París, 1694 - Ibídem, 1778), más conocido como Voltaire, uno de los principales símbolos de la Ilustración que defendió la tolerancia por encima de todo y combatió el fanatismo, al tiempo que propugnaba la razón humana y la ciencia frente al folclore y la religión.

A través de sus manuscritos se construye un tríptico que plantea tres encuentros conflictivos entre diversos personajes que se ven empujados a tomar decisiones que les hacen cruzar la delgada línea que separa la tolerancia y lo intolerable. Además, la representación se desarrolla bajo una mínima escenografía que otorga todo el poder artístico a las palabras y los actores: Tábata Cerezo, Alberto Fonseca, Karina Garantivá y Pablo Quijano.

El montaje está producido por Teatro Urgente, una iniciativa del Teatro Quique San Francisco que tiene como objetivo aunar la filosofía y el raciocinio con las artes escénicas. Esta es su tercera función después de En el lugar del otro y Hannah Arendt en tiempos de oscuridad.

La podemos ver en el madrileño Teatro Quique San Francisco hasta el 7 de noviembre.

Los Pazos de Ulloa, ahora en teatro

La principal obra de la escritora española Emilia Pardo Bazán, de mediados del siglo XIX y principios del XX, fue Los Pazos de Ulloa. Ahora, la prestigiosa directora escénica Helena Pimenta (El banquete, La dama duende o Donde hay agravios no hay celos) dirige una adaptación de dicha novela.

Publicada en 1886, Los Pazos de Ulloa es una de las obras más importantes de finales del siglo XIX y, dentro del realismo literario español, es el libro que mejor ejemplifica la corriente naturalista de Émile Zola.

Su argumento presenta al capellán Julián Álvarez, quién es nombrado encargado de la administración de la villa del marqués de Ulloa, en una zona rural de Galicia. Cuando llega se encuentra una casa en ruinas y un marqués, Don Pedro, casi analfabeto. Además, pasa la mayor parte del tiempo de cacería con personas de mala influencia y quien controla los negocios es su mayordomo Primitivo.

Julián pronto descubre que Don Pedro tiene un hijo ilegítimo con Sabel, hija de Primitivo. Por ello, exhorta al marqués a marcharse durante un tiempo del lugar y encontrar una mujer con la que casarse. A partir de ahí se muestra la realidad social de la tierra, donde el caciquismo, la violencia, la nula educación y la crueldad imperan a sus anchas.

Hija de una noble familia gallega, Emilia Pardo Bazán publicó su primer trabajo en 1876 con Estudio crítico de las obras del padre Feijoo. Se considera a Bazán como la introductora del Naturalismo literario en España. Y es que La cuestión palpitante es uno de los principales cimientos de este género en el país.

Emilia fue la primera mujer catedrática de universidad de España y la primera mujer socia del Ateneo de Madrid y de la SGAE. También fue una abanderada del feminismo y defendió la igualdad entre hombres y mujeres. Así, en sus obras incorporó ideas acerca de la modernización de la sociedad española y el acceso de la mujer a las oportunidades y derechos que ostentaban los hombres.

Por otra parte, en 1881, inició una correspondencia epistolar con Benito Pérez Galdós, que terminaría en una relación amorosa.

La podemos ver del 8 de octubre, del 8 de octubre, al 11 de noviembre, en el Teatro Fernán Gómez, de Madrid.

Vuelve la gomina a Madrid

El director David Serrano, autor de Los hijos o Port Arthur, y los productores de Billy Elliot, el musical desarrollan una nueva versión del famoso musical de Hollywood Grease. Con unas partituras de sobra conocidas y unas espectaculares coreografías, este musical se ha convertido en uno de los iconos de la cultura pop del siglo XX y ahora, lo podemos ver, de nuevo, en Madrid, en un montaje diferente al de hace años…

 

El musical Grease cuenta con un amplio elenco de artistas que han participado en musicales muy populares, como Sonrisas y Lágrimas, Cabaret o Billy Elliot, además de en numerosos programas de televisión y obras teatrales. La nueva superproducción 50º aniversario está dirigida escénicamente por David Serrano y musicalmente por Joan Miquel Pérez. La versión y adaptación de las canciones corresponden a Alejandro Serrano y David Serrano.

Ambientada en 1959, el argumento muestra al espectador las aventuras que viven un grupo de estudiantes del Rydell High School, cuyas vidas se mueven entre amores, carreras de coches y rock and roll.

Se trata de la historia de amor entre el rebelde Danny Zuko y la inocente Sandy Olsson, quienes se conocen un verano, pero al término del mismo se despiden creyendo que no volverán a verse nunca más, pues Sandy regresa con su familia a Australia.

Sin embargo, la familia de Sandy cambia de opinión y decide quedarse en Estados Unidos, matriculando a Sandy en el instituto donde también estudia su amiga Frenchy, miembro de una pandilla femenina llamada Las Damas Rosas. Lo que Sandy no sabe es que ahí también está inscrito Danny, que es colíder de los T-Birds.

La película, protagonizada por John Travolta y Olivia Newton-John obtuvo una nominación a los Oscar de 1978 en la categoría de Mejor canción por Hopelessly Devoted to You y las candidaturas a los Globos de Oro de 1978 a la Mejor película, Mejor actor, Mejor actriz y Mejor canción original.

En las primeras escenas, pensamos que los actores-cantantes-bailarines no dan la talla respecto de sus personajes. Creemos que son demasiado jóvenes o…yo me estoy haciendo demasiado viejo, comparativamente hablando. Sin embargo, poco a poco, el musical va tomando cuerpo, ellos se van soltando y engrandeciendo y acabamos entusiasmados por su profesionalidad y buen hacer. Una única pega: el actor que interpreta a Danny Zuko, Quique González, se queda un pelín corto, sobre todo en lo que al físico se refiere. Sin embargo, Isabel Pera (Rizzo), está que se sale y nos recuerda a aquella Marta Ribera que, hace años, interpretó al mismo personaje en la otra producción española de este mismo título.

Lo podemos ver en el madrileño Nuevo Teatro Alcalá, toda la temporada.

 

El eterno retorno de Edipo

 

El director Paco Bezerra (Dentro de la tierra, Fedra o Lulú) propone el drama  Edipo (a través de las llamas), dirigido por Luis Luque (Marat Sade, Todas las noches de un día o Las criadas) que versiona mediante el teatro clásico y la danza moderna esta gran epopeya legendaria.

Este montaje moderno de Edipo (a través de las llamas) cuenta con la representación de los actores Jonás Alonso, Mina El Hammani, Álvaro De Juan, Jiaying Li, Alejandro Linares, Andrés Picazo, Julia Rubio y Alejo Sauras, así como la colaboración coreográfica de Sharon Fridman y la composición de la música original de Mariano Marín. Todos ellos generan una pieza que ahonda en el valor del ser humano, el heroísmo antiguo y el sacrificio de los grandes personajes de la historia.

Este relato narra cómo Edipo, el hijo de los reyes de Tebas, es abandonado siendo un bebé en el monte debido a las predicciones del oráculo, que afirmaba que de adulto mataría a su padre y se casaría con su madre.

Allí, un pastor lo encuentra y lo lleva a la corte de Pólibo, monarca de Corinto. Cuando crece consulta al Oráculo de Delfos y este le indica que se aleje de su patria. Edipo inicia una odisea tratando de escapar de su destino.

Edipo parte camino a Tebas, donde la Esfinge, un terrible monstruo, guarda el acceso a la ciudad retando a todo viajero que pasa a descifrar un enigma bajo pena de muerte si no acierta su solución. Edipo termina enfrentándose a la Esfinge y resuelve su acertijo.

La producción que nos ocupa es muy contemporánea en su puesta en escena, pero mantiene el sabor clásico del texto original lo cual es de agradecer. Los actores están que se salen, a pesar de su juventud, y la dirección es acertada.

En definitiva, un texto imprescindible para conocer la naturaleza humana y un montaje notable para no perderse.

La podemos ver, hasta el 31 de octubre, en el Teatro Español, de Madrid.

 

Una comedia picantona

“Oh, mamy!

Tres amigas deciden abrir una pastelería, pero la cosa no acaba de funcionar y una de ellas propone ampliar el negocio ofreciendo a las clientas masajes con final feliz en la trastienda del local… un poco como la historia del musical Sweeney Todd -que hace años, pudimos ver en el Teatro Albéniz, con Vicky Peña, pero con un resultado nada truculento… Como os podéis imaginar, la comedia con los malentendidos a ritmo de vodevil moderno, ¡está bien servida!

Pero además de una comedia de enredos y situaciones divertidas, “Oh! Mamy” nos presenta un mundo de mujeres y de hombres en busca de la identidad personal, de la felicidad y del placer.

La obra tiene tintes de alta comedia americana de los años 40 y 50 del siglo pasado, pero con un estilo muy español de comedia alocada, un poco a lo Almodóvar o Woody Allen.

Es divertida. Está bien dirigida y los actores se salen.

Totalmente recomendable para pasar un rato agradable con un humor pícaro.

La podemos ver, durante toda la temporada, en el Teatro Amaya.

El Hombre con Europa

El actor, director y dramaturgo belga Cédric Eeckhout presenta The Quest, una investigación teatral tragicómica en inglés con sobretítulos en castellano que indaga en las uniones ideales.

The Quest es una mezcolanza entre un monólogo de stand-up comedy, una comedia absurda y un drama existencial que analiza las similitudes entre las relaciones humanas y la Unión Europea. Se trata de una historia que tiene como protagonista al propio Cédric, un hombre de cuarenta años que busca el amor eterno, al tiempo que señala las semejanzas de su destino con las perceptivas políticas y económicas del viejo continente.

Este personaje está marcado por la separación de su madre valona y su padre flamenco cuando era pequeño. Es un hecho que también acarrea analogías políticas ya que su propio país se encuentra en una ruptura entre el sur francés y el norte flamenco.

Por otro lado, la obra, incluye estas concepciones y reflexiones dentro del contexto de la Unión Europea cuyos cimientos se resquebrajan ante la amenaza del auge de los nacionalismos. Así, vestido como un antiguo caballero y acompañado por su madre y su gato Jesús, viaja a Holanda, Suecia, Hungría, Flandes o Valonia para hablar con políticos, artistas y ciudadanos de a pie sobre la importancia de la familia y lo que supone la Unión Europea.

Con ello se delibera acerca del futuro de Europa, los efectos ambiguos del neoliberalismo y cómo se consiguen las relaciones y uniones sanas y equilibradas.

Cédric Eeckhout es un intérprete galardonado con el Premio de la Unión de Artistas Belgas 2001. También fue nominado al Premio Belga de Teatro 2005 como mejor actor masculino por La gaviota de Antón Chéjov y ha trabajado en el cine en películas tan importantes, como Gauguin, Le petit Nicolas o Ça rend heureux.

La podemos ver, en el madrileño Teatro Valle-Inclán, del 10, al 19 de septiembre.