“Gaviotas subterráneas”. Teatro Español. Del
13 de septiembre, al 28 de octubre.
Estamos ante una obra llena de humor ácido, en donde Nino
-empleado de una empresa de seguros- convence a Mario -músico y amigo de la
infancia- para que le ayude a conseguir los 80 millones de su seguro de
vida.
El dramaturgo, poeta, pintor, reconocido y galardonado
internacionalmente, profundo, prolífico, innovador y vigorosamente actual, es
el dramaturgo de la obra.
La compañía la ha elegido para ponerla sobre las tablas por
su complejidad teatral, no exenta de un humor ácido, que nos ha permitido
indagar en las pasiones y en los resquicios más interiores del ser humano.
Desafío que hemos asumido con ambición, con pasión, con rigor y el propósito de
sacudir nuestra conciencia y la de los espectadores.
En el mercado de la vida, la inmoralidad cotiza alto.
¿Por qué no traficar también con la muerte? Trampear, corromper, alardear de
astucia para conquistar la sima que procura el dinero -sinónimo de felicidad-
en esta hoguera de las vanidades. ¿Engañar al hermano o al amigo, es lícito si
coronamos con éxito la patraña?. Juguemos al hipócrita, pero mintamos bien. Los
grandes actores, ya no existen sólo en el escenario; están en la calle, en el
trabajo, en la familia. Nos estamos envileciendo sin vergüenza, sin temor al
castigo, sin respeto a la justicia. Que otros practiquen las virtudes, el
astuto medra en ellas.