Un hombre y una mujer solitarios, al final del verano, en la costa de Yalta, disfrutan de un emocionante flirteo que con el tiempo se convertirá en amor apasionado, y lo hacen dirigiendo al público sus más íntimas percepciones sobre lo que les sucede, mientras le convierten en cómplice de sus juegos. Las atmósferas en la obra son más reales que los incidentes y sus personajes comparten con el público un sentimiento creciente de incertidumbre sobre lo que es real o irreal, sobre lo que experimentaron o simplemente desearon intensamente.
Esta maravillosa obra explora aspectos del amor que penetran en el corazón y tocan el alma por el camino de la imaginación, un amor que se enfrenta a las convenciones, a la rutina, a lo vulgar y mundano.
“El juego de Yalta” está basada en “La señora del perrito”, uno de los últimos cuentos de A. Chejov, escrito cuando su salud era muy mala y sabía que sus días estaban contados. También es un texto de Brian Friel en sus ya cumplidos setenta años, por lo que es un trabajo de dos artistas maduros cuya fragilidad humana es innegable. Quizá, por eso, los personajes de esta obra transmiten esa sensación, personajes frágiles y fugaces que buscan dejar en el otro una huella perenne.
Brian Friel, autor irlandés nacido en 1929, es uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes de la escena mundial. Preocupado por la innovación del teatro de texto, explora constantemente sobre el fondo y la forma, pero evitando caer en los tópicos de lo “experimental”. Sin abandonar nunca el rol central de contador de historias, los recursos estilísticos de sus obras le han llevado en ocasiones a encontrar nuevas formas de expresión del personaje, que a menudo demanda una vida fuera del escenario. Su método puede cambiar en cada obra, pero el punto de partida siempre está enraizado en una realidad naturalista. Sus obras están sólidamente basadas en la evidencia del texto y en el poder de las imágenes.
Es autor de un sinfín de éxitos en todo el mundo, como “Filadelfia”, “Here I come”, “Lovers, además de las tres obras que esta sala ha estrenado de él: la que nos ocula, “Molly Sweenwey y “Bailando en Lughnasa”.