“Cenicienta”.
Teatros del Canal. Hasta el próximo día 30.
El Ballet
Nacional de Cuba representa una función con la única música que Johann Strauss
compuso para un ballet. Una obra basada en el popular cuento de Charles
Perrault que viene revisada por el coreógrafo cubano Pedro Consuegra y fue
estrenada en La Habana el 9 de marzo de 1996.
Su
historia se posiciona en el Gran Ducado de Luxenstein, en Europa Central. El
Gran Duque Ottokar organiza un baile de máscaras en los salones del palacio. La
viuda Léontyne ha conseguido invitaciones con el propósito de presentar en la
alta sociedad a sus dos hijas: Yvette y Fanchon, en busca de pretendientes
acaudalados.
A
parte de ellas también se encuentra la “oveja negra” de la familia, Greta,
apodada la Cenicienta, quien es hija de un primer matrimonio del difunto esposo
de Léontyne. La muchacha vive relegada para cocinar y limpiar la casa y no
tiene derecho a nada.
Con
la ayuda de Rava, el Hada de la Justicia, Cenicienta puede escaparse de la casa
y acudir al festejo para conocer a Gustav, el príncipe heredero, quien se enamora
de ella nada más verla. Pero debido al encantamiento, Cenicienta debe volver
rápido a su hogar, perdiendo por el camino una zapatilla de cristal.
Creada
en 1948, el Ballet Nacional de Cuba es una de las compañías de danza más
prestigiosas del mundo. Actualmente, la primera bailarina Viengsay Valdés es la
subdirectora artística de la formación, mientras que Alicia Alonso es la
directora general. Entre sus grandes producciones se encuentran montajes como El cascanueces, Giselle, El lago de los cisnes o La bella durmiente.
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