“El concierto de San Ovidio”. Teatro María Guerrero. Hasta el 20 de
mayo.
El director Mario Gas recupera este drama de Antonio Buero Vallejo
escrito 1962 y articulado en tres actos que reflexiona sobre la condición de la
ceguera y la lucha de clases.
En el
París de 1771, en el Hospital de los Quince Veintes, Valindín consigue que la
monja que regenta la institución acceda a que seis mendigos ciegos que allí
acogen puedan tocar instrumentos musicales en la inminente fiesta de San
Ovidio.
Sin
embargo, Valindín no es el protector ni el valedor de estas personas. En
realidad, se trata un estafador que pretende sacar rendimiento económico de la
situación ridiculizando a los ciegos y cobrando por ello.
Al final, Valindín propone a los ciegos tocar en otra feria,
pero, ellos se niegan. Finalmente Valindín muere asesinado a manos de David.
Estamos frente a una obra de carácter social; un montaje que
el inefable Mario Gas dirige con maestría –como todo lo que toca. Todos los
actores, sin excepción, está magistrales. La escenografía es muy original y, en
definitiva, ninguno de los tres actos de la obra tiene desperdicio.
Uno de los mejores montajes teatrales de la escena madrileña
actual.
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