“Sé de un
lugar”. Sala Cuarta Pared. Hasta el 21 de septiembre.
Con cientos
de funciones en sólo tres años “Sé de un
lugar”, de la compañía Prisamata, regresa a Cuarta Pared, donde cosechó el
éxito de la crítica y el público.
Protagonizan esta obra dos jóvenes adultos lúcidos que se sienten profundamente
decepcionados por el mundo que les rodea, y en consecuencia por ellos mismos.
Ante este dolor, los dos toman decisiones antagónicas: Simón, ante la
incapacidad de dominar el mundo de fuera decide crearse un refugio interior;
Bérénice, en cambio, busca respuestas tan lejos como le sea
posible.
Se
trata de una obra que nos rememora al antiguamente llamado “cinema verité”, donde los actores
interpretaban a sus personajes sin que se les notara que estaban actuando, como
si fueran personas de la calle. Por eso, este montaje nos ha gustado, y mucho,
porque sus actores transmiten verdad por todos sus poros y profesionalidad por los
cuatro costados.
En cuanto al
texto, al principio, es un tanto confuso porque no transmite adonde desea ir y
un texto tiene que explicar, desde el primer momento, sus pretensiones. Pero,
poquito a poco, las diferentes situaciones nos van metiendo de lleno en ese
universo caótico y frustrado de los protagonistas y acabamos por entender, al
cabo de unos veinte minutos de obra, quiénes son, cuál es su lugar en el mundo
y qué anhelos tienen.
Por eso, “Sé de un lugar” es de lo mejor que he
visto últimamente, tanto en teatro mal llamado “alternativo”, como en espectáculos comerciales.
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