“Arizona”. Teatro
María Guerrero. Del 14 de mayo, al 16 de junio.
Estamos
ante un texto de Juan Carlos Rubio (“Esta noche, no estoy para nadie”) que
reflexiona sobre las fronteras, la migración, la estupidez humana y los límites
de su manipulación, además de ser un tragicómico retrato del alma de dos seres
humanos perdidos en el desierto de la vida.
Con
un sencillo argumento, dos gringos que van a la frontera estadounidense con
México, en el estado de Arizona, que van a defender su patria de los posibles
intrusos y a “reflexionar sobre las
fronteras”, el autor inventa un mundo de vacíos, de incomunicación entre
países y entre seres humanos, un friso del absurdo que inventamos cada día con
las aduanas intelectuales.
España
y México son dos países que comparten la idea de la frontera en su propio
territorio, de maneras diferentes, ya que para España la frontera está al sur y
es un foco de entrada de migración desde África, mientras que México vive los
dos dramas, en el norte y en el sur, el de los que llegan y el de los que se
van, ambos desoladores, y la suma de ambos ha sido una fuente más de
inestabilidad, de lucha por el poder y de mafia en su territorio.
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