“Subprime”. Teatro Fernán
Gómez. Todo marzo.
Estamos
frente a una estupenda obra acerca de los entresijos de la economía y política
de hoy. La compañía Subprime Teatro lleva a escena este texto de Fernando
Ramírez Baeza en el que se plantea un dilema: qué ocurriría si la nación viese
a sus dirigentes haciendo algo íntimo pero que no fuera ilegal ni inmoral.
La historia se sitúa en el
Paseo de la Castellana en un clima de profunda recesión económica. El empleado
de una gasolinera perteneciente a la empresa petrolífera más importante del
país es el personaje que abre la obra. Está subiendo por el ascensor de la sede
central de la compañía y lleva en sus manos un vídeo muy comprometido...
Esta grabación muestra al
Presidente del Gobierno en una situación muy particular... El empleado deberá
entregárselo al Director Financiero de la compañía, que le espera en la última
planta, pero siente vértigo sólo de pensarlo... A través de esta situación, la
obra dibuja un retrato de los entresijos políticos y económicos de la sociedad.
El texto es vertiginosamente
bueno: tan real como la vida misma. El dibujo de los personajes, también porque
tanto los diálogos, como su radiografía psicológica son impecables. Lo mismo
podemos decir de prácticamente todos los actores: Chete Lera (genial, haciendo
de Vicepresidente del Gobierno), Federico Aguado, Daniel Huarte y el resto del
elenco. En cuanto al protagonista, el conocido Pep Munné (el Presidente de la
compañía petrolífera), está bien pero le falla la proyección de la voz porque,
en muchas ocasiones, no se le entiende. Además, sobreactúa demasiado y es una
pena porque su personaje es el de los que más chicha tiene.
En una escenografía
única en la que ninguno de los elementos sobra y con la que no echamos de menos
ningún cambio de escenario, con las pantallas audiovisuales como eficaz
complemento, los actores se mueven como peces en el agua, gracias a una notable
dirección de Ricardo Campello
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