domingo, 17 de febrero de 2013

Crítica de Teatro-Drama



La amante inglesa. Matadero Madrid. Hasta el 10 de marzo.
 
Esta es la historia de un crimen real llevada al teatro. En diciembre de 1949 una mujer mata a su marido en la región del Essonne; años después su historia se transforma en una obra teatral representada, por vez primera, en París en 1967. Ahora, Natalia Menéndez la rescata para llevarla de nuevo a las tablas.
En un barrio conocido como La montaña adoquinada vivía el matrimonio Rabilloux. Una noche, la mujer mató a su marido mientras leía el periódico con un martillo empleado para cortar leña. Durante los días siguientes, la ella despedazó el cadáver y escondió los trozos en los trenes de mercancía que pasaban cerca de la región.
Esta historia fue contada en una crónica por el periodista Jean-Marc Théolleyre y más tarde, fue la escritora Marguerite Duras quien la recogió en una obra de teatro transformándola con personajes distintos. A día de hoy Gloria Muñoz, Jose Sancho y Jose Luis Torrijo (intercambiando papel con José Pedro Carrión) son los protagonistas de esta macabra historia.
Peropor sí misma, una historia puede ser plana, si el escritor que la retoma no le coge el toro por los cuernos. Y, en este caso, Duras le ha cogido por buenas astas porque, aparte de darnos todos los detalles de este horror real, también ha indagado en la psicología de los personajes para hacerlos literariamente interesantes. Así, por ejemplo, y siguiendo la novela, durante buena parte de la obra, a los espectadores se nos hace dudar de si el marido ha sido realmente el asesino. Sobre el personaje de ella, hay una profunda e interesante reflexión sobre los límites de la locura.
Pero, al fin y al cabo, la obra habla de una historia de amor fallida –la de ella con su anterior amante- y de una relación acabada –la del matrimonio protagonista y de como todo esto, hace que el desamor, como consecuencia, sea la causa de la locura. Porque nadie ha nacido para poder vivir sin amor…
Este montaje, puesto en pie por la directora y actriz Natalia Menéndez (hija del desaparecido estupendo actor de segunda mitad del siglo pasado Juanjo Menéndez) es un buen montaje. Primeramente, porque la adaptación de la novela es interesante, en forma de dos entrevistas policíacas, mediante las cuales se descubren todos los elementos de su argumento. En segundo lugar, porque la dirección de actores es llevada a cabo con suma maestría (se nota que quien los dirige también es otro actor). 
Como tercer punto, la interpretación de Gloria Muñoz (quien da vida a la esposa asesina) es sobresaliente: llena de matices, con esa voz tan identificable y maravillosamente modulada que ella tiene. Y de  José Pedro Carrión, poco podemos decir que no se haya dicho, aunque personalmente, nunca haya sido plato de mi devoción porque personalmente, pienso que recita demasiado.
Y, en cuarto lugar, porque la puesta en escena es sobria, bella y elegante.

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