sábado, 12 de enero de 2013

Crítica de Ilusionismo




“No vengas solo”. Teatro Amaya. Hasta el 15 de enero.
 
El mentalista Anthony Blake está con su nuevo espectáculo, “No vengas solo”, en el Teatro Amaya, de la capital. En principio, como Blake tiene muchas tablas, nos envuelve en ese ambiente agobiante y de misterio y terror y pensamos que va a ser algo especial y excitante. El ilusionista (o mentalista, como a él le gusta que se le conozca) es un actor con muchos años de experiencia profesional a sus espaldas. Básicamente, lo que hace es crear una especie de argumento sobre el mundo del dolor y el misterio y sobre él, mostrar sus números de ¿magia?, más bien, trucos muy simples, que cualquiera con dos dedos de frente, podrá descubrir pensando poco.
La decepción llega con el primer truco: inserta una aguja en la piel del brazo de uno de los miembros del público, haciéndonos creer que es cierto y que todo el poder sobre el dolor proviene de la mente.
A lo largo del show, más parafernalia, envoltorio argumental, “charlatanería” y algún que otro truco más o menos semi-impactante pero nunca notables.
Se nos antoja, pues, un espectáculo un tanto vulgar, barato (en lo económico) y nunca a la altura de nuestras expectativas, tratándose de Blake.
Anthony da muy bien el pego en televisión, donde este tipo de montajes funcionan perfectamente. Pero en directo, o invierte más dinero e interés en el espectáculo o se pegará un buen batacazo profesional porque el público no es tonto…

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