“Candide”. Teatros del Canal. Días 11, 14, 16 y 18 de marzo.
Paco Mir versiona y dirige el espectáculo “Candide” del compositor de mediados del siglo pasado Leonard Bernstein, una opereta en español que adapta la sátira de Voltaire.
Este fue el tercer musical que el compositor, pianista y director de orquesta estadounidense estrenó en el Martin Beck Theater de Broadway, en 1956. Anteriormente, había dado a conocer “On the Town” (“Un domingo en Nueva York', tal como se llamó la versión cinematográfica de esta pieza de 1944 que contó con Frank Sinatra y Gene Kelly) y “Wonderful Town' (1952). Tras estas obras, vendría, en 1957, su mayor éxito teatral, 'West Side Story'.
La obra se basaba en una adaptación de la sátira dieciochesca (1759) de Voltaire, trasladada a nuestros días por Lilian Hellman. A diferencia de las precedentes obras de Bernstein, ésta no fue un éxito comercial.
Ahora, Mir ha adaptado este espectáculo, por primera vez en España en versión operística, que cuenta con Manuel Coves como director musical y la interpretación de la Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. El reparto está encabezado por Antoni Comas (Candide); Jesús Castejón (Pangloss y Voltaire actor) y María Rey-Joly (Cunegunda). Completan el elenco Eva Diago (Vieja dama); Juanma Cifuentes (Vanderdendur y Gobernador); César San Martín (Barón, Inquisidor y Judío); Xavier Ribera-Vall (Pangloss y Voltaire cantante); Axier Sánchez (Maximiliam); y Anna Mateo (Paquette).
Como es habitual en otros trabajos de Paco Mir, los guiños a la actualidad también están en éste, pero bien integrados- según él- ya que forman parte de la historia, son bromitas que me salen sin darme cuenta.
El joven protagonista de la función, Candide, practica un optimismo ciego guiado por su tutor, el Doctor Pangloss, que le asegura que todo es para bien en el mejor de los mundos posibles. Llevando a su novia, Cunegunda, de la mano, y al referido Doctor Pangloss, Candide viaja a Lisboa, París, Buenos Aires y hasta al mítico El Dorado, descubriendo a su paso la maldad, la bajeza, la envidia, el sufrimiento y hasta el crimen.
Por su parte, la orquesta se enfrenta a una partitura de gran virtuosismo y tiene uno de los pasajes más conocidos en su Obertura. Este montaje ha optado por traducir tanto los textos hablados como los cantados, tarea que ha sido, según Mir, una de las más complejas de la producción.
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