“Toc, Toc”. Teatro Príncipe-Gran Vía. Hasta fin de temporada.
¿Qué puede hacer un grupo de maniáticos juntos en la sala de espera de la consulta de un psicólogo? ¿Cómo impedir el aparentemente inevitable conflicto entre ellos? ¿Se curarán por sí mismos, durante el largo tiempo de espera? ¿Por qué nunca aparece el psicólogo..?
Estas y otras preguntas son respondidas en esta desternillante comedia del inenarrable director y actor Esteve Ferrer (“Fugadas”, “Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré”), cuyo sello inconfundible queda bien plasmado en este texto. El tipo de humor blanco e inteligente, la dirección de actores y su propia interpretación (guste o no guste) siempre han tenido el beneplácito de un público que lo que prácticamente busca es divertirse y olvidarse de sus problemas cotidianos. Y en este cometido Ferrer es un maestro.
No obstante, hay que reconocer que existen en esta obra escenas y situaciones un tanto tontorronas pero, en su conjunto, se merece un notable alto, sobre todo, porque no da tregua y siempre mantiene el ritmo de la acción. Y mantener el ritmo, sea en teatro, cine o televisión, es harto complicado y se consigue en contadas ocasiones.
Bravo por los actores, todos merecedores de un sobresaliente, y también felicidades a la puesta en escena, sencilla pero, al mismo tiempo, efectiva y como estamos en crisis y la cultura es el sector más perjudicado en estos casos, no queda otra que realizar escenografías minimalistas e inteligentes para que las obras no resulten montajes cutres o pretenciosos con pocos medios.
En fin, que, después de haberla visto, comprendemos por qué “Toc, Toc” ha llegado, en la cartelera madrileña, a su tercera temporada…
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