miércoles, 28 de septiembre de 2016

Teatro-Drama

“Una mujer en la ventana”. Teatro Español. Del 22 de septiembre, al 23 de octubre.
La compañía Uroc Teatro representa Una mujer en la ventana, de Franz Xaver Kroëtz. Un monólogo interpretado por la actriz Petra Martínez que describe la soledad y la crueldad social contemporánea. Trata de la soledad, de cómo una mujer que ha ido coleccionando recuerdos y afectos durante toda su vida tiene que abandonarlos de un día para otro.

En 1970, una octogenaria vive las últimas horas en su casa, ya que tanto el Ayuntamiento como su hijo han decidido trasladarla a una residencia de ancianos. Mientras ordena sus pertenecías, habla con el público y su periquito recordando el pasado e imaginando cómo se presenta su futuro. Una producción de formato corto con un argumento desgarrador pero que en ningún momento pierde el pulso por mantener la esperanza y afrontar los momentos difíciles con un coraje.

Musical

Una corona para Claudia”. Teatro Alfil. Viernes.
“Una corona para Claudia” es un musical escrito y dirigido por Iker Azkoitia que cuenta con 17 canciones creadas por Ricky Fan que se interpretan en directo. Con ellas se ofrece una reflexión sobre la honestidad y la lucha por la consecución de los sueños.

Tres amigos seriéfilos y más pendientes de las redes sociales que de sus propias vidas conocen a un trotamundos y a una florista fan de Juego de Tronos en una acampada. Dos noches de apagón les brinda la oportunidad de recapacitar sobre el destino y las consecuencias de sus actos. Algo que les lleva a replantarse sus metas y tomar la conciencia de alcanzar la madurez y pelear por aquello que desean.

Esta obra que ha sido galardonada con los premios al Mejor Montaje, Libreto y Actriz en el último certamen de Arte4.

Teatro-Comedia

“Taxi”. Teatro La Latina. Toda la temporada.
“Taxi” es la comedia más exitosa del dramaturgo inglés Ray Cooney, una obra que se representó ininterrumpidamente durante doce años en el West End de Londres y que ahora Josema Yuste traslada a las tablas españolas.

Esta producción viene adapta y protagonizada por el popular actor madrileño en compañía del exintegrante del dúo cómico Cruz y Raya, Juan Muñoz, y el humorista Sergio Fernández “El Monaguillo”.

Su historia narra la doble vida que lleva un taxista. Y es que el protagonista está casado con dos mujeres con las que vive en dos barrios diferentes de la ciudad. Esto le obliga a mantener una ajustada y muy bien planificada tabla de horarios para que ninguna de sus dos esposas sospeche nada.

Sin embargo, todo se va al traste el día que tiene un accidente y es ingresado en el hospital. Es entonces cuando el informe llega por partida doble a la comisaria de cada distrito. Ahora, la policía comienza investigarle, mientras que él trata de ocultar por todos los medios posibles su poligamia. 

Circo

“Slava’s Snowshow”. Teatros del Canal. Hasta el 9 de octubre.
Slava’s Snowshow es un impresionante espectáculo de teatro-circo interpretado por el prestigioso clown del Cirque du Soleil, Slava Polunin. Un show de extraordinaria belleza que ha sido disfrutado por cuatro millones de espectadores durante los 20 años que lleva representándose.
Esta obra desarrolla conmovedoras y sorprendentes historias partiendo de elementos tan simples como una gabardina, una cama, una escoba o unas maletas.

Con una escenografía minimalista, la función despierta la imaginación de los asistentes sin que importe la edad, trasladándoles a un universo mágico de humor y emotividad.

Slava Polunin (Novosil, Rusia, 1950) es un actor ruso creador de grandes espectáculos, como “Diabolo oAsisyai-revue”. Gracias a ello, está considerado como uno de los mejores payasos en activo de todo el mundo.


Cabaret

“Pasión por el cabaret”. Teatro Fernán Gómez. Del 4 de octubre, al 18 de diciembre.
“Pasión por el cabaret”  es un espectáculo que expone tres show que juegan con el cabaret y el teatro musical: “La reina del swing”, de Pía Tedesco, “La clandestina”, de Cristina Bernal y “Casi en blanco y negro”, de Alessia Desogus. 

Cada función cuenta con una representación de cinco días en el íntimo y acogedor ambiente que genera la sala Jardiel Poncela. Echando una mirada al pasado, cada actriz representa una sesión de cuplés y canciones picantes que emulan aquellas fiestas clandestinas del siglo XX. Así, lo moderno y lo antiguo se dan la mano por medio de las notas musicales y la más fina ironía.

Opera

Otello”. Teatro Real. Hasta el 3 de octubre.
El amor de Desdemona por Otello se considera arte de magia, sin embargo el amor de Otello por Desdemona se considera como lo más lógico del mundo: Desdemona es tan refinada, tan blanca y tan aristocrática que cualquiera comprende que Otello no pueda menos que amarla. Se aman, pero la diferencia direccional del amor de ambos es innegable. Y es sobre estas diferencias que un personaje resentido y diabólico, el alférez Iago, acabará logrando tejer su venganza contra el general Otello por no haberlo ascendido a capitán, como esperaba. La venganza necesita de un resorte mínimo, porque en esencia consiste en hacer creer a Otello lo que ya cree todo el mundo: que no es posible que una dama así se pueda haber enamorado de alguien como él. Así que pese a que Otello tiene un alma noble y Desdemona está realmente enamorada de él, pese a que Cassio es leal e intachable, la insinuación de Iago da sus frutos y Otello realmente cree que Desdemona le engaña.

El conflicto de Otello es interior y tiene un nombre: inseguridad, que es lo que a tantos hombres ha llevado a cometer las mayores atrocidades. Otello nos coloca ante uno de los miedos más inconfesables del ser humano: no sentirse merecedor de lo que más se ama.
Argumento
¿Qué lleva a Otello a creerse traicionado por Desdémona, una esposa que nunca ha dejado de amarlo? William Shakespeare capturó de manera genial el poder demoledor de la inseguridad. Lo hizo otorgando al gran guerrero unos rasgos raciales insólitos en su entorno, que actúan como una suerte de poderoso talón de Aquiles. Sin embargo, el Otello que concibe el director de escena David Alden –como ya sucede en el libreto que Arrigo Boito escribió para Giuseppe Verdi– sitúa el objeto de conflicto menos en el aspecto físico del moro de Venecia y más en los intricados laberintos psicológicos en que se pierde. Acosado por los celos, Otello asiste impotente a la desintegración de sus propios ideales y se ahoga en la obsesión por encontrar pruebas de una traición conyugal consumada únicamente en su mente. El guerrero sanguinario engulle al hombre de paz y le aboca a la destrucción de su entorno y a la suya propia. Bajo su sombra, Iago, uno de los villanos más venenosos de la historia, espolea con un certero sentido de la oportunidad los fantasmas de su señor. Perdiendo la dignidad, los papeles y el juicio, Otello nos enfrenta a uno de los miedos más inconfesables del ser humano: no sentirse merecedor de lo que más se ama.
En este montaje, la acción se traslada al siglo XIX. Este Otello no es moro, sino blanco. El único escenario bien podría ser los soportales de una plaza de cualquier ciudad europea, no sólo Venecia. La interpretación del barítono que encarna a Iago es un tanto hierática. No obstante todo lo dicho, la producción es buena, si queremos, un tanto recia, pero compensada por la calidad de los cantantes, en especial, los barítonos, que le otorgan esa intensidad dramática que el texto y la música requieren.

En definitiva, una buena producción para la apertura de la nueva temporada del Real, que realmente promete…