domingo, 6 de noviembre de 2011

Teatro

“Perséfone”. Teatro María Guerrero. Hasta el 4 de diciembre.

La ya clásica compañía Comediants siempre ha escogido temas universales para sus creaciones: La fiesta, el sol, el fuego, la noche, el agua, los sueños, el tiempo, el mar, el juego, la vida y la muerte.
La muerte ha ido apareciendo en sus trabajos de forma intermitente y a la que ahora, movidos por la reflexión del paso del tiempo y por la constatación de que es algo ineludible, sus integrantes le quieren dar el protagonismo que se merece, abordándola como su lenguaje escénico y su manera de concebir el arte.
Para ello, han escogido a Perséfone, que fue raptada del Olimpo por Hades (dios de la muerte) cuando era la bella Core obligándola a casarse con él y convirtiéndola en la reina del inframundo.
A través de Perséfone, Comediants viaja por un desfile de personajes, acciones y situaciones que nos muestran costumbres, creencias, mitos y leyendas sobre la muerte.
Según ellos, a través de este trabajo, han llegado a constatar “con ironía” cómo nuestra civilización, obsesionada por alargar la esperanza de vida, mata más que nunca y , se niega a mirar a la muerte cara a cara, porque es un tema tabú.

Teatro

“Infinita”. Matadero Madrid. Hasta el 13 de noviembre.
Esta obra habla de los primeros y últimos momentos en la partida final entre la vida y la muerte. El tiempo de la vida, en el que ocurren sorprendentes y numerosas maravillas: la primera aparición en el mundo, los primeros pasos llenos de valentía, el primer duro accidente.
Una pieza teatral con cuatro fabulosos actores de máscaras, refinados juegos de sombras y una hermosa música. Una obra sobre la fragilidad del envejecer y del nacimiento. El éxito de una comedia rica en ritmo escénico sobre el devenir y la decadencia del cuerpo. El papel principal es interpretado por la vida misma, cuya energía creativa nos hace triunfar y fracasar.
Por ello, este montaje es un mosaico físico de la vida, compuesto con simpleza y virtuosismo, un breve vistazo en la inmensidad del nacimiento, del sexo y de la muerte, y en todo aquello que resulta, además, cómico.
La Familie Flöz hace teatro con medios que “preceden” al lenguaje oral. Cada conflicto previamente se manifiesta en el cuerpo. El conflicto físico es el origen de toda situación dramática. Todas las piezas se fundamentan en un proceso de creación colectiva, en el que los intérpretes actúan también como autores de las figuras y situaciones. Al no existir un grupo fijo, cada pieza encuentra un nuevo conjunto de actores, quienes, junto a la obra, deben desarrollar también sus propios métodos de trabajo a lo largo del proceso de prueba.
Los fundamentos artísticos y artesanales del grupo están determinados por el estudio en la Folkwang--Hochschule de Essen, siendo uno de sus principios unir entre sí, de modo fructífero, las diferentes disciplinas artísticas.
Las características máscaras de la compañía también son una herramienta importante para el desarrollo del material dramático y de las figuras. De modo similar a un texto, una máscara no sólo aporta una forma, sino también un contenido. El proceso de desarrollo de una máscara, -desde el juego de las primeras pruebas, hasta llegar a la simbiosis entre actor y máscara-, es literalmente decisivo para el resultado. El actor tras la máscara escribe la escena con su cuerpo, en el aire.
En definitiva, una forma de hacer teatro diferente y una sensibilidad artística sublime.

Teatro

“Juicio a una zorra”. Teatro Abadía. Hasta el 20 de noviembre.

La inigualable actriz Carmen Machi interpreta a la más hermosa de las mujeres, Helena, de la que dicen que desencadenó la más famosa guerra de la Antigüedad: diez interminables años de muerte y destrucción. Pero "¿quién podía creerse que todo ese despliegue era realmente por mí?", dice, en un momento determinado, su personaje.
Entrañable, apasionada y dolida, sin pelos en la lengua, la única hija de Zeus con una mortal reivindica su dignidad y suspira por el olvido en este juicio a la luz de la eternidad.  
Con resonancias desde Homero, hasta “La bella Helena”, de Offenbach, el autor y director Miguel del Arco nos cuenta una historia conocida con nueva lucidez, en este espectáculo ideado por encargo del último Festival de Mérida.  
El texto y la dirección de Miguel del Arco y la interpretación de Carmen Machi son trabajos brillantes, provenientes de dos profesionales únicos en el panorama de la escena actual.
El personaje es deslenguado, viperino, putón, pero, al mismo tiempo, conmovedor y trágico.
Del Arco, sostiene que las palabras han repartido más inmortalidad que el propio Zeus. “Hombres y mujeres, reales o no, viven eternamente conformados con un ADN de palabras. Pero pasa a menudo que las palabras que dan forma a estos seres no son de su agrado. Todos sabemos que la Historia depende de quién la cuente, y en este espectáculo jugamos a cambiar el punto de vista: Una de las mujeres más famosas de la historia y, posiblemente, una de las más vilipendiadas, reclama el derecho a elegir las palabras que conformen su Historia”.
“Purgatorio”. Matadero Madrid. Hasta el 18 de diciembre.
Los actores Viggo Mortensen (“El capitán Alatriste”) y Carme Elías (“Camino”, “Turno de oficio”) interpretan en esta magnífica y sesuda obra a un hombre y una mujer en una habitación. Quizá un psiquiátrico, quizá una cárcel, quizá un reformatorio, quizá el más allá...
La obra habla del perdón y de cómo las personas vivimos con una carga sobre nuestras espaldas motivada por aquellas cosas que hemos hecho mal en la vida. Pero, según el autor, novelista, poeta, articulista y dramaturgo Ariel Dorfman (“Terapia”, “Rumbo al Sur”).
"Imagínate la persona que más daño te ha hecho en la vida; imagínate que tienes a esa persona a tu merced; le puedes dar el pase para que se reencarne, se redima o se olvide de todo eso. Pero imaginemos que esa persona es a la que tú más daño has hecho. Enciérralo en una habitación y tienes “Purgatorio”, comenta el autor sobre esta pieza.
“Cuando empecé a escribir Purgatorio, sólo tenía un hombre y una mujer…. Sabía cómo hablaban, se movían, se miraban: sus ritmos íntimos, pero de repente me di cuenta de quiénes eran y desde ahí pude ir armando algunas ahí, preguntas fundamentales: ¿Es posible la redención?. ¿El amor sobrevive a la tragedia…? ¿Cómo son las reglas del más allá? ¿Cómo se dobla y desdobla el tiempo en un lugar purgatorial? También me interesaba la historia del colonialismo, de cómo los guerreros encuentran a una mujer que acaba traicionando a los suyos para abrir el país al extranjero. Casi indefectiblemente, esa pareja tiene hijos, y casi inevitablemente, el hombre la abandona. Esto pasa una y otra vez en la Historia. Cuando el guerrero conquistador quiere establecerse con sus hijos legítimos, se casa con una aristócrata de su propia sangre, y abandona a la que no es de su estirpe. Esto le da a la obra un raigambre en la historia de nuestra especie, nos hace preguntas respecto al encuentro de diferentes culturas, pero siempre desde una perspectiva oblicua y no abiertamente política, sin imponer un punto de vista de condena o denuncia.", añade Dorfman.
Pero el texto también se refiere a la justifica porque, según el autor, una persona puede ser castigada y, a la vez, recibir el perdón.
¿Los grandes asesinos de la Historia merecen un perdón? ¿Quién les tiene que perdonar? ¿Todo hombre, por mostruoso que sea, merece su perdón? Este interesante y profundo tema es el eje central de la obra más aclamada que tenemos, en estos momentos, en la capital, una obra de un autor al que le gusta analizar los grandes temas de la vida y, sobre todo, cuestionarnos continuamente con preguntas a las que cada uno de nosotros les dará su propia respuesta.

viernes, 21 de octubre de 2011

“Locas”. Casa de Vacas. Hasta el 30 de octubre.
En la aséptica sala de un psiquiatra, dos mujeres se desnudan por dentro y aunque, aparentemente, tienen vidas totalmente opuestas, al final, descubren que la locura les sirve para sobrevivir.
Este montaje fue estrenado, con gran éxito, en la Sala Nudo, de Malasaña, y anteriormente, en el Teatro Versus, de Barcelona.
El montaje muestra, en tono tragicómico, la fragilidad del ser humano y su necesidad natural de meterse en la piel de otras personas, de inventarse personajes, para afrontar la realidad cotidiana. De lo contrario, moriría.

Circo

“Donka, una carta a Chéjov”. Teratro Compac Gran Vía. Hasta el 30 de octubre.

Daniele Finzi Pasca, responsable de espectáculos para las compañías Cirque Eloize o Cirque du Soleil, es el alma creativa de “Donka, una carta a Chéjov”, un show con toda la magia del circo, que rinde homenaje a la figura del famoso dramaturgo ruso Antón Chéjov. A través de una puesta en escena de gran belleza, la obra pone en movimiento los escritos del famoso autor ruso, pero también sus silencios. Una suerte de poema visual donde los objetos cobran vida al mismo ritmo de los cuerpos en suspensión.
Y todo ello, a través de un hilo conductor: la historia de un pescador que faena en el río de la fantasía circense.
El origen de este espectáculo es la fascinación que los diario de Chéjov han ejercido sobre Finzi: éstos recogen minuciosamente la relación del dramaturgo con su familia, sus pacientes, con el teatro…Es en estas páginas donde buscó detalles escondidos del mundo tan extraño que habitaba en el escritor, que consideraba a la medicina como su esposa legal y a la literatura, como su amante.

Crítica de Musical

“El Rey León”. Teatro Lope de Vega. Hasta fin de temporada.

El musical “El Rey León”, en el que la productora Stage Entertainment lleva tres años trabajando, es un espectáculo que, paradójicamente, ha vuelto a las técnicas teatrales del siglo XVII para llenar de belleza y emoción el escenario.
Adaptado por el dramaturgo de éxito Jordi Galcerán (“El método Grönholm”), en él puede apreciarse el esfuerzo y la entrega de todo el elenco (53 actores, 21 músicos, 16 personas dedicadas al vestuario, 6 de maquillaje y peluquería y así hasta un total de 130).
La productora ha invertido diez millones de euros en este proyecto (incluida la necesaria renovación del teatro Lope de Vega) y en el que ha tenido un papel decisivo Julie Taymor, responsable de la dirección, el vestuario (hecho a mano y a medida) y las máscaras.
En realidad, el musical es una alegoría en la que están presentes el animal y el ser humano, según sus responsables.
 El argumento es una gran historia en la que hay emoción y aventura, el optimismo, el sentido de pertenencia a una comunidad, la magia y la superación personal".
Por otro lado, y a nivel artístico, el musical auna las más sofisticadas disciplinas de las artes escénicas africanas, occidentales y asiáticas. Así, junto a la realización de máscaras africanas, tallas y esculturas animadas, también se ha aplicado la técnica Bunraku (los artistas visibles para el público controlan unas figuras de gran tamaño mientras el narrador cuenta la historia) o el teatro de sombras balinés.
La música es otra de las grandes bazas de “El Rey León”. A las canciones compuestas por Elton John y Tim Rice se une el álbum inspirado en la película de animación, “The Rhythm of the Pride Lands”, con canciones del cantautor sudafricano Lebo M, Mark Mancina, Jay Rifkin y Hans Zimmer. Estas letras han sido reescritas para la versión escénica pero mantienen el sonido sudafricano. La influencia española también está presente en este montaje en el que se ha querido que los espectadores se identifiquen con los personajes y mostrar lo que “El Rey León” significa en España.  
 También es de destacar el desarrollo de la técnica de "doble evento", consistente en que las máscaras que llevan los artistas mantienen su parte animal y, por otro lado, dejan ver la interpretación actoral.
En realidad, nunca, hasta ahora, habíamos asistido a un musical con una escenografía y vestuario tan grandiosos. En el fondo, es lo mejor de él, junto a los bailes locales. Porque en lo que a la historia se refiere, es la misma que la de la película, por lo que se queda en un cuento infantil o, como mucho, para toda la familia. Algo que no está nada mal, pero que se queda corto para un público adulto más amplio.
Y respecto a la música, falla la carencia de un tema recurrente, como ha de tener todo musical que se precie, y otros temas complementarios pegadizos y que emocionen. Por eso, y porque no se ha elegido bien al actor que interpreta a Simba adulto (que, sorpresivamente, es blanco, cuando de niño, es interpretado por un actor negro), “El Rey León” no emociona. Y es una pena porque podría llegar a hacerlo. Se queda en una gran muestra de arte y puesta en escena, pero nada más…