“El cantor de México”. Del 6, al
29 de octubre. Teatro de la Zarzuela.
Opereta en dos actos. Música de Francis
López.
Libreto de Félix Gandera y Raymond Vincy, en versión
libre de Emilio Sagi
Cantables de Raymond Vincy y Henri Wernert
Traducción al español de Enrique Viana
Estrenada en el Théâtre du Châtelet de París, el 15 de diciembre de 1951
Nueva producción del Teatro de la Zarzuela en coproducción con la Ópera de Lausanne
Cantables de Raymond Vincy y Henri Wernert
Traducción al español de Enrique Viana
Estrenada en el Théâtre du Châtelet de París, el 15 de diciembre de 1951
Nueva producción del Teatro de la Zarzuela en coproducción con la Ópera de Lausanne
La opereta “Le chanteur de Mexico” (“El cantor de México”) fue
compuesta por Francis López para el célebre y celebrado artista vasco Luis
Mariano, y se estrenó, con un éxito arrollador, el 15 de diciembre de 1951 en
el Théâtre du Châtelet, de París. Para la ocasión fueron programadas numerosas
funciones del espectáculo de López, que, aunque francés de cuna, era de origen
hispanoamericano con ancestros también vascos. El músico fue especialmente
pródigo en la composición de operetas que saltarían a la fama en la voz del
tenor español.
La propuesta que presentamos muestra un escenario fantástico, al más puro estilo kitsch, donde se recrea un mundo tropical, sofisticado, en tecnicolor como corresponde a ese tipo de cine que persigue el gran espectáculo y que es precisamente el universo en el que se suceden todas las tramas de la historia. Una escena repleta de situaciones cómicas entre elementos del folclore mexicano; llena de grandes flores y frutas, de colores necesariamente llamativos y, sobre todo, de buena música.
La propuesta que presentamos muestra un escenario fantástico, al más puro estilo kitsch, donde se recrea un mundo tropical, sofisticado, en tecnicolor como corresponde a ese tipo de cine que persigue el gran espectáculo y que es precisamente el universo en el que se suceden todas las tramas de la historia. Una escena repleta de situaciones cómicas entre elementos del folclore mexicano; llena de grandes flores y frutas, de colores necesariamente llamativos y, sobre todo, de buena música.