“La prohibición de amar”.
Teatro Real. Hasta el 5 de marzo.
Auténtica rareza
dentro del catálogo de óperas de Richard Wagner porque los escándalos que
envolvieron su estreno en el Teatro de Magdeburgo en 1836 bajo el título “La
novicia de Palermo” para sortear la censura la convirtieron en una
ópera maldita de la que se tuvo que distanciar incluso su autor. La segunda
ópera de Wagner se estrena en España (tras una versión de cámara presentada en
el Festival de Peralada en 2013) en una nueva producción del director danés
Kasper Holten, coproducida por la Royal Opera House. Tras una carrera centrada
en los títulos más conocidos de Wagner, Holten debutará en España con la puesta
en escena de esta ópera cómica, como el propio Wagner la denominó, basada en la
comedia Medida por medida de Shakespeare. Escuchar esta
partitura, de claras influencias italianas, francesas y weberianas, invita a
pensar en un genio todavía joven y que busca una voz propia, aunque ya destella
rasgos de originalidad. La adaptación de la historia por parte de Wagner recoge
las inquietudes rebeldes de una Alemania revolucionaria, que reivindica el amor
sensual y ataca la represión fanática de la sexualidad por una autoridad
puritana e hipócrita. Como dice el texto "¡Mal haya el que arranca vidas
por pecados que él codicia!". Una de las adaptaciones musicales más
extraordinarias sobre un texto de Shakespeare, especialmente digna de ser
reivindicada con motivo de los cuatrocientos años de la muerte del escritor.