“Muerte en Venecia”. Teatro Real. Del 4, al 23 de diciembre.
Desde la Antigüedad clásica, con Fedro de Platón en el vértice, artistas e
intelectuales han perseguido el canon de belleza ideal. En el siglo XIX, Thomas
Mann plasma sus inquietudes al respecto en el relato “La muerte en Venecia”. Sumido en un profundo vacío
creativo, el escritor Gustav Aschenbach se debate entre las fuerzas contenidas
de lo apolíneo y la pasión de lo dionisíaco. El catalizador será el adolescente
Tadzio, con el que coincide en su último viaje a una decadente Venecia asolada
por una epidemia de cólera, presagio del derrumbamiento de un mundo que ya no
volverá (el libro se publica en 1912). En su última ópera, con un nuevo
universo sonoro de colores y texturas, Benjamin Britten, el gran heredero de
Purcell, refleja la crisis existencial y estética del protagonista a lo largo
de 17 escenas en las que se desarrolla un atormentado monólogo interior. La
estilizada puesta en escena de Willy Decker –quien califica la obra de “fascinante, llena de ambigüedad y
equívocos”– subraya la tensión intelectual y erótica que consume al
protagonista, resaltando su lado más onírico.
Ópera en dos actos y diecisiete escenas
Libreto de Myfanwy Piper, basado en el relato Der Tod in Venedig (1912) de Thomas Mann
Estreno en el Teatro Real
Coproducción del Teatro Real y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona
Coro y Orquesta Titulares del Teatro
Real
(Coro Intemezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)