Perteneciente a las llamadas
comedias de figurón, es una de las obras maestras de Agustín Moreto,
cronológicamente el último de los dramaturgos del teatro barroco español.
Escrita entre 1654 y 1662 recoge, como es habitual en su autor, materiales del
teatro anterior, dotándolos de una completa revitalización, de tal forma que
crea una obra diferente y original, acorde con la nueva sensibilidad de su
público.
El figurón, en este caso, el lindo, ocupa el eje de la acción y el centro de la feroz crítica del autor y del auditorio. Víctima de una pasión; la vanidad, su comportamiento excesivo, presuntuoso, desordenado, grosero y ciego ante la realidad que le rodea, impregnan todo su entorno que deviene caótico y busca recuperar el orden ideal, provocando así dinamismo dramático. La obra censura además, a través de la figura de su protagonista, la búsqueda exacerbada del provecho propio y la ambición desmesurada.
El lindo don Diego tuvo, desde su estreno, un éxito inmediato que traspasó fronteras: Molière la adaptó en su Princesse d´Elide y se pueden encontrar similitudes en obras de autores ingleses de finales del siglo XVII.