miércoles, 4 de abril de 2012

Danza

“Baile Flamenco”. Teatro Compac Gran Vía. Hasta el 22 de abril.

Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, vuelve a subirse a los escenarios con su nuevo espectáculo,” Baile Flamenco”, que llevará al Teatro Compac Gran Vía de Madrid. La gira continuará por Japón, China, USA, Francia y Holanda, además de por toda la geografía española.
 Este show está compuesto por seis piezas de su trabajo, que pudieron verse en montajes que el bailaor ofreció en anteriores coreografías. En esta ocasión, concentra la solidez de su trayectoria profesional para construir un espectáculo contundente.
Farruquito debutó en la escena internacional a los cinco años en Broadway con el espectáculo 'Flamenco Puro', donde compartía cartel con otras figuras importantes del mundo del flamenco. Con ocho años presentó su primera temporada en Madrid, a los 11 intervino en el vídeo-clip “Camarón nuestro” y, al año siguiente, en la película “Flamenco”, de Carlos Saura, frente a frente con el patriarca de la saga, El Farruco.
Con tan solo quince años, el bailaor creó su primer espectáculo, “Raíces flamencas”, y, en 2001, presentó “La len varo”, en el I Festival Flamenco USA. Entre otros, ha participado en el Festival Flamenco de Madrid en el Teatro Albéniz o el de Jerez en el Villamarta.
En cuanto al vestuario –tan importante en cualquier tipo de danza, aparte, claro está, de las coreografías, que, en este caso, son muy originales e impactantes-, en esta ocasión, Farruquito viste diseños de Berluti y Louis Vuitton para bailar la farruca “Alma vieja” y zapatear “Lluvia de ilusión”.
En definitiva, todo un río de arte para los sentidos…

Teatro


“Una luna para los desdichados”. Matadero Madrid. Hasta el 27 de mayo.

Matadero Marid continúa con su programación de máxima calidad. Esperemos que, con la marcha de su director, Mario Gas, antes del verano (al tiempo, también director del Teatro Español), la nueva Dirección continúe en esta línea. Ahora, el neoyorquino John Strasberg, regresa a la capital, donde ya presentó en 2007 su “Cyrano de Bergerac” (concretamente, en el Teatro Español) para dirigir a Eusebio Poncela y Mercè Pons en “Una luna para los desdichados”, de Eugene ONeill (1888-1953), la última obra de este dramaturgo norteamericano del siglo pasado.
El Premio Nobel de Literatura O’Neill sitúa la acción en una granja de Pensilvania, en torno a tres personajes: un granjero irlandés borracho, oportunista y manipulador; su hija, Josey, y el propietario de la granja, Jim Tyrone, dado también a la bebida y de quien sospechan que tratará de echar al granjero y a su hija del lugar.
Esta historia de amor, pasión destructiva, frustraciones y esperanzas, titulada originalmente “A moon for the misbegotten”, es una de las obras menos representadas de O’Neill, pues no cobró reconocimiento como uno de sus mejores textos hasta una década después de su estreno en Broadway.

Crítica de Teatro


“El apagón”. Hasta fin de temporada. Teatro Alcázar.

La compañía Yllana produce la hilarante comedia “El apagón”, del dramaturgo británico Peter Shafer que lleva a uno de nuestros cómicos más aclamados, Gabino Diego, a meterse en la piel de un hombre que se ve envuelto en un enredo enorme cuando tiene lugar un corte de luz. El reparto lo completan Eva Santolaria, Aurora Sánchez, Diego Molero, Paco Churruca, Ramón Merlo y Ana Arias. La visita de una antigua novia del protagonista, una vecina que tiene miedo a la oscuridad y un vecino al que le han robado unos cuadros son algunos de los personajes que representan.
La obra es una adaptación de “Black Comedy” del autor, que ya se representó en los escenarios españoles, en 1968, de la mano de Paco Morán.
Estamos frente a una comedia disparatada en la que interpreta a un tipo simpático y romántico que se ve envuelto en un enredo de grandes dimensiones a consecuencia de un corte de luz.
La obra presenta algunas peculiares complicaciones para los intérpretes, ya que los personajes están a oscuras y no se miran a los ojos.
Gabino Diego da vida a un joven escultor que invita a casa a un influyente coleccionista de arte con la esperanza de que este encuentro relance su carrera.
Esa misma noche, su novia, papel que interpreta Eva Santolaria, ha invitado a su padre, un severo exmilitar que encarna Ramón Merlo, para que conozca a su prometido.
La obra muestra al espectador varias acciones que pasan al mismo tiempo, “como cuando el electricista está arreglando la avería en el tejado, mientras el resto de personajes están en los pisos de abajo”
Una avería eléctrica sumirá en las tinieblas a unos invitados que verán como las cosas se complican con la llegada de una antigua novia del protagonista, interpretada por Ana Arias, una vecina que tiene miedo a la oscuridad, representada por Aurora Sánchez, y un vecino anticuario a quien el protagonista le ha robado temporalmente unos cuadros valiosos para causar buena impresión a los invitados.
El texto es sumamente divertido y ocurrente. Los actores procuran dar lo mejor de sí mismos, pero la dirección falla: no hay tiempo para un respiro –aunque es de lo que precisamente, se trata, llevar al espectador por un precipicio de situaciones surrealistas y carcajadas estridentes. Y es que la Dirección de Yllana ha querido imprimir su propio estilo, cuando los actores no son los suyos. Por lo tanto, falla en uno de los principales elementos: que no son adecuadamente llevados de la mano.
Con todo, el público llena la sala a diario y aplaude a rabiar porque, en estos tiempos de crisis, cualquier excusa es buena para una sonrisa.

domingo, 25 de marzo de 2012

Teatro

“Hedda Gabler”. Teatro Abadía.  Hasta el 8 de abril.
"A veces, me dan esos prontos, no sé por qué lo hago.",dice, en un momento determinado, la protagonista de la obra, Hedda Gabler. Es la frase que mejor la define, una mujer que necesita escapar imperiosamente…
Cuando, a finales del XIX, se estrenó esta obra clave del repertorio universal del dramaturgo Henry Ibsen (“Casa de muñecas”), la gente consideró a Hedda como una mujer fría y excéntrica. Hoy, la protagonista resulta fascinante por ser una mujer fuerte y un personaje complejo. Hija del general Gabler, recién casada con el académico Tesman, regresa de su luna de miel y se da cuenta del error que ha cometido: ser como los demás esperan que sea y llevar una vida que no puede ni quiere asumir. Pero Hedda pagará ese error a un precio muy alto.  
Esta Hedda (interpretada por la notable actriz Laila Marull), inmóvil en el centro de su pequeña sociedad, atrapada en su estéril soledad, es un rol destinado a Marull en esta versión dirigida por uno de los actores de referencia del actual teatro catalán, David Selvas.
Hace varias temporadas, pudimos ver otro montaje de esta obra en el Teatro Bellas Artes de la capital. Fue sobresaliente. Este no le desmerece, pues lleva impreso el sello de La Abadía y eso siempre nos retrotrae a pensar en calidad…

Teatro

“Roma”. Azarte. Hasta el primero de abril.
“Roma” es un texto inédito del director de escena Paco Mir, que trata del inexorable paso del tiempo de una vida en pareja.
Dos parejas, que son la misma, cuentan el inicio y el ocaso de su vida en común. Visitando Roma, por primera y, quizás, última vez, comparten un hotel intemporal, que permite simultanear presente y pasado y dejarnos ver el contraste entre la esperanza y la realidad, la ilusión y la resignación, la felicidad y lo que no lo es…

Teatro

“Quitt”. Teatro Valle Inclán. Hasta el primero de abril.

El reconocido directo de escena Lluis Pasqual  ha elegido al magnífico actor Eduard Fernández para montar esta esplendorosa y crítica obra sobre la perversidad del capitalismo.
El propio director explica la obra con estas declaraciones: “En primer lugar, hay demasiados productos, el mercado se ha vuelto incontrolable. ¿Quién produce demasiado? ¿Uno de nosotros? Rídiculo. ¿Quién, entonces? Los demás, naturalmente. Haremos que el mercado vuelva a ser dominable. En segundo lugar: ya no hay demasiados productos, sino demasiadas unidades de menos productos. Los almacenes frigoríficos rebosan de mantequilla. Lo he leído hoy desayunando. ¿Nuesta oferta es demasiado grande? No, la demanda es demasiado pequeña y este es el hallazgo que debe hacernos vivir. En tercer lugar: ¿la demanda es demasiado pequeña porque los precios son demasiado altos? Sin duda. Y los precios son demasiado altos porque los salarios son excesivamente elevados, ¿no es así? Por lo tanto, tendremos que pagar salarios más bajos. (...) La demanda crecerá y podremos reajustar nuestros precios. En cuarto lugar: podremos ir a menudo a pasear por el bosque para sentirnos, mientras tanto, seres humanos en plena naturaleza”.
La obra es del prolífico dramaturgo alemán Peter Hadke (“Don Juan”, “El Teatro”, entre otras muchas obras) y aúna economía y literatura en un texto duro e interesante, que nos hace pensar y que no deja títere con cabeza. Desde luego, el casting no podía haber sido mejor, con Fernández a la cabeza de un equipo interpretativo que define a Handke como un autor “mucho más difícil que Shakespeare”, que ya es decir…
Una obra ¡absolutamente necesaria hoy día!

Crítica de Musical

“El crimen de Lord Arthur Savile”. Teatro Fernán Gómez, de Madrid. Hasta el 15 de abril.
Nos encontramos frente a una versión libre de la obra del mismo título de Oscar Wilde de la Compañía Egos Teatre. Es una producción del Teatre Nacional de Cataluña y Egos Teatre

El argumento trata de la pesadilla de Lord Arthur empieza, cuando, poco antes de casarse, decide ir al teatro a ver el espectáculo del Gran Séptimo, un ilusionista y quiromántico que le augura un terrible destino: ¡asesinará a un familiar! Para evitar que su futura esposa entre en el grupo de posibles candidatos, Lord Arthur decide anticiparse a su destino y quitarse el muerto de encima antes de la boda. Lo que Arthur no sospecha es lo difícil que puede llegar a ser cometer un crimen cuando uno no es un asesino vocacional.
Hay que decir que éste es un musical de pequeño formato, pero, no por eso, desmerece el género. Todo lo contrario…La producción es de una calidad sobresaliente. La dirección e interpretación de actores, ídem. La orquesta suena estupendamente y la historia es divertida e inteligente. La compañía, del estilo de la inigualable La Cubana (lo cual ya le otorga una notable fiabilidad por adelantado). El único pero es que la música, desde mi punto de vista, no es demasiado apropiada para un musical. Es decir, no es la típica partitura que podríamos esperar en un espectáculo de este tipo. Esto no significa que sea mala o deficiente (todo lo contrario), sino que es otro tipo de música más de autor y, por lo tanto, menos comercial que los musicales al uso nos tienen acostumbrados.
Con todo, y aprovechando esas numerosas escenas cabareteras de “El crimen…” –tan necesarias en el teatro madrileño, donde prácticamente este género desgraciadamente ya ha desaparecido, podemos decir que es un musical tan original, como divertido y que –ya es decir mucho- nos hace salir con buen cuerpo y una sonrisa que nos dura un buen rato. Como, por otro lado, no podía ser de otra manera tratándose de Wilde...