El Circo del Sol (Cirque du Soleil) ha estrenado, en la capital, la ópera de rock acrobática “Zarkana”, directamente llegado del Radio City Music Hall, de Nueva York.
Esta es la primera producción exclusivamente creada por la compañía para grandes teatros, al estilo de los espectáculos permanentes de Las Vegas (“Ka”, “Mystére”, “O”, “Love” o “Viva Elvis”). Es una superproducción de estética enigmática y barroca equipada con tecnología punta con la que se crean espectaculares proyecciones audiovisuales y efectos especiales.
Escrita y dirigida por el reconocido director François Girard (“Seda”, “El violín rojo”), “Zarkana” nos introduce en el mundo fantástico de Zark, un mago que ha perdido a su amada y, con ella, sus poderes. Mientras suspira por su regreso, se sumerge en un mundo habitado por criaturas surrealistas. Más de 71 artistas internacionales dan vida al espectáculo, en el que se mezcla lo real con lo imaginario.
Girard se ha inspirado en parte del paisaje de la Gran Manzana, en la que es su segunda incursión en el universo de la compañía, tras “Zed”, un espectáculo permanente en Tokio. El polifacético cineasta ha viajado en el tiempo, concretamente a los años treinta del siglo XX, para rendir homenaje a la época durada del circo y a los personajes que protagonizaban los espectáculos de entonces.
“Zarkana” se diferencia de los anteriores trabajos por una música más rockera. El nombre es una fusión de las palabras bizarre (extraño) y arcana (misterio, secreto). Este mundo fantástico es extraño, a su vez. El nombre hace referencia al aura irresistiblemente insólita y distinta de este lugar y sus habitantes.
El descomunal escenario tiene 25 metros de largo, o de ancho y 16 de alto.
Todo ello hacen de este show el más espectacular que la compañía haya traído nunca a la capital. Cada número está medido al milímetro, en todos los aspectos. La música, con un sonido impecable y una letra que no entiende nadie para hacer, si cabe aún, más enigmático el espectáculo.
En cuanto a los números circenses, de gran calidad, como siempre ocurre con Cirque du Soleil. Y la escenografía, despampanante y arrolladora.
Todavía estamos con la boca abierta: y eso que hace una semana que lo vimos.
Para no perdérselo bajo ningún concepto…si no fuera por el precio de las entradas, que consideramos excesivo.