“La erótica”. Sala Triángulo. Hasta el 14 de agosto.
A través de Verónika, vamos a presenciar, en primera línea, todo el universo de locuras, paranoias, filias y fobias sexuales que azota el mundo moderno de la mujer de hoy. Esta comedia retrata el sexo como obsesión, alegría, peligro y tortura, como necesidad compleja y sencilla a la vez y siempre con voz de mujer.
Estamos ante es una comedia unipersonal, muy divertida, aunque con alguna dosis de amargura que pretende ser un relato esperpéntico de todas las neuras, fobias y paranoias sexuales de hoy. Cargamos de mil obstáculos algo tan sencillo, natural y harmónico como podrían ser el sexo o las relaciones personales si no las lastráramos con nuestras neurosis obsesivas.
Natalia Domínguez da vida a este montaje unipersonal escrito y dirigido por Chema Rodríguez y Gerard Clua en el que veremos comedia ácida, drama, danza, erotismo y un espectacular vestuario diseñado por Maya Kaloyanova.
Después de la gran aceptación de Llantos femeninos y otras torturas perversas Gerard Clua y Chema Rodríguez tenían ganas de afrontar un nuevo texto con voz de mujer. Y esta vez el tema debería ser el sexo, siempre retratado con el estiló ácido, gamberro y crítico de estos dos autores.
Este montaje viene de la mano de un nuevo grupo joven Dilemek Teatro. Este es un grupo con un marco de producción labrado sobre una trayectoria de apoyo a jóvenes creadores y experimentación en artes escénicas. El equipo de este exquisito montaje está escogido entre jóvenes creadores bien formados en teatro y con un fuerte perfil creativo. Dilemek Teatro quiere abrirse un hueco con la finalidad primera de apoyar a los jóvenes artistas, o a los no tan jóvenes pero que todavía necesitan buscar una posición estable en el panorama teatral. Artistas con experiencia y jóvenes creadores se unen en un esfuerzo por crear un marco de mutuo apoyo.
Este proyecto es el primer trabajo escénico en solitario de Dilemek Teatro, apoyado por diversas compañías como Martelache Espectáculos y
otras organizaciones que han colaborado y aportado mucho desde que comenzara su trayectoria de investigación teatral en 2004. Se trata de un montaje cuidado hasta el último detalle, tanto vestuario como escenografía y dirección pretenden crear un universo artístico que no empañe su mensaje directo y ácido, siempre divertido, aunque a ratos sensual y trágico.
miércoles, 3 de agosto de 2011
Teatro
"Burundanga”. Pequeño Teatro Gran Vía. Desde el 24 de agosto.
Después de haberse estrenado con notable éxito, en el Teatro Maravillas, “Burundanga” se reestrena en el Pequeño Teatro Gran Vía, de la capital. El dramaturgo Jordi Galcerán, bien conocido por sus éxitos teatrales con “El método Grönholm” y “Fuga”, regresa a los escenarios con este texto en el que aborda el final de la banda terrorista ETA en tono de comedia romántica.
Hace tres años que el autor catalán comenzó a escribir este texto, que tiene como protagonista a una joven pareja, Berta y Manel. Ella está embarazada pero no sabe si decírselo. Antes, quiere saberlo todo sobre su amado. Silvia, su compañera de piso, le da la solución: utilizar una dosis de burundanga, el suero de la verdad, una droga (escopolamina), que hace perder la voluntad a quien la toma y provoca la sinceridad más absoluta. El problema llega cuando Manel, tras ingerir esta sustancia, confiesa ser colaborador de ETA.
A partir de aquí comienza la comedia de enredo, con el secuestro además de un empresario. Se trata una comedia con mucho riesgo –no dramático, sino real, por el tema que trata y, sobre todo, por el tono de comedia que le imprime. Pero, según el autor, la obra en el fondo habla de lo que estamos dispuestos a perdonar por amor.
Galcerán confiesa que incluir a ETA en la trama de esta historia no fue algo premeditado sino que surgió durante el proceso de escritura. "No me lo planteé inicialmente pero pensé que no había nada más fuerte y espectacular que se miembro de ETA y si encontraba el tono adecuado podía incluir este elemento en una comedia", apunta, añadiendo que "cuando haces teatro tienes que intentar algo especial".
El reto del dramaturgo estaba, precisamente, ahí, en "terminar la obra sin perder ese tono romántico" y, por supuesto, "sin ofender a nadie", precisa. "ETA lo he utilizado como elemento dramático. Está claro que cuando estas tres letras aparecen tienen una carga tremenda. He querido utilizar elementos que toquen la sensibilidad del espectador y lleguen a interesarle", añade.
El quid de la cuestión ha sido poder conseguir "la distancia suficiente" para lograr esa perspectiva cómica, algo que, según el autor de la obra, es mucho más común en el teatro anglosajón. "Es verdad que esto resulta arriesgado pero no está mal distanciarse de las cosas", concluye insistiendo...
Teatro
“El castigo sin venganza”. Teatro Alcázar. Hasta el 4 de septiembre.
“El castigo sin venganza”, de Lope de Vega, es considerada como la culminación de su variada obra dramática. Es de los últimos textos dramáticos en su vida, y en ella, el autor por excelencia del Siglo de Oro español realiza un despliegue de toda su técnica, talento y sabiduría al servicio de una función donde el espectador disfruta dejándose llevar por el curso de los acontecimientos de la historia, y por el encanto de las palabras que emergen de la lucha interna a la que están sometidos los personajes, en la que se plantea una simple cuestión: ¿Cómo actuar o proceder cuando lo que uno desea hacer se contradice con lo que debe hacer?
Con un reparto altamente efectivo, una puesta en escena sencilla pero adecuada al pequeño teatro donde se representa –el Alcázar- y una notable Dirección, ésta es una de las apuestas teatrales más interesantes de estos calurosos Veranos de la Villa.
miércoles, 6 de julio de 2011
Danza
“El lago de los cisnes”. Jardines de Sabatini. Hasta el 10 de julio.
Los Jardines de Sabatini (Madrid) acogen el primer montaje totalmente al aire libre de uno de los ballets más populares de la Historia, “El lago de los cisnes”, en este caso, sobre hielo, de la compañía internacional The Imperial Ice Stars, tras su paso por escenarios como el Royal Albert Hall (Londres) y la Ópera de Sydney.
El espectáculo gira en torno al conocido ballet de Tachikovski, con la peculiaridad de convertir la obra, según los promotores, en una pieza de "teatro sobre hielo" con un nivel de patinaje "olímpico".
Para mantener el hielo la productora ha instalado una máquina refrigeradora, máquinas gigantes de aire acondicionado y un iglú tipo carpa durante el día, encima del hielo, para que no le dé el sol. Hasta media hora antes del comienzo de la función, no se retira. En la pista, cuenta con un microclima de aproximadamente 10º.
La pieza, producida por James Cundall y Tony Mercer, rescata la historia del príncipe Sigfrido, empujado por su madre a elegir esposa en una fiesta preparada para la ocasión. Sigfrido, llevado por la melancolía, sale de caza con sus amigos, antes de su inevitable elección y descubre, en un misterioso lago, a un grupo de chicas convertidas en cisnes que recuperan su forma original cuando llega la noche. Allí, se enamora de la reina cisne, Odette, encantada por el mago Rothbart, que llega justo antes de que Sigfrido rompa el hechizo.
La compañía cuenta con el trabajo de 25 patinadores que, entre todos, tienen en su haber aproximadamente 250 medallas en campeonatos europeos y olímpicos. Muchos siguen en activo y fuera de su competición se dedican a esto, porque no podrían vivir solo del deporte. Tony Mercer, el creador, trabaja con estos deportistas antes de ponerlos en el escenario para conseguir que sean actores, que sean deportistas y actores a la vez.
La compañía, que ya ha actuado ante más de tres millones de espectadores, ejecuta movimientos inéditos que, dada su dificultad, no se habían intentado ni en competición ni sobre un escenario. Para ello, necesita de cerca de catorce toneladas de hielo.
Los Jardines de Sabatini (Madrid) acogen el primer montaje totalmente al aire libre de uno de los ballets más populares de la Historia, “El lago de los cisnes”, en este caso, sobre hielo, de la compañía internacional The Imperial Ice Stars, tras su paso por escenarios como el Royal Albert Hall (Londres) y la Ópera de Sydney.
El espectáculo gira en torno al conocido ballet de Tachikovski, con la peculiaridad de convertir la obra, según los promotores, en una pieza de "teatro sobre hielo" con un nivel de patinaje "olímpico".
Para mantener el hielo la productora ha instalado una máquina refrigeradora, máquinas gigantes de aire acondicionado y un iglú tipo carpa durante el día, encima del hielo, para que no le dé el sol. Hasta media hora antes del comienzo de la función, no se retira. En la pista, cuenta con un microclima de aproximadamente 10º.
La pieza, producida por James Cundall y Tony Mercer, rescata la historia del príncipe Sigfrido, empujado por su madre a elegir esposa en una fiesta preparada para la ocasión. Sigfrido, llevado por la melancolía, sale de caza con sus amigos, antes de su inevitable elección y descubre, en un misterioso lago, a un grupo de chicas convertidas en cisnes que recuperan su forma original cuando llega la noche. Allí, se enamora de la reina cisne, Odette, encantada por el mago Rothbart, que llega justo antes de que Sigfrido rompa el hechizo.
La compañía cuenta con el trabajo de 25 patinadores que, entre todos, tienen en su haber aproximadamente 250 medallas en campeonatos europeos y olímpicos. Muchos siguen en activo y fuera de su competición se dedican a esto, porque no podrían vivir solo del deporte. Tony Mercer, el creador, trabaja con estos deportistas antes de ponerlos en el escenario para conseguir que sean actores, que sean deportistas y actores a la vez.
La compañía, que ya ha actuado ante más de tres millones de espectadores, ejecuta movimientos inéditos que, dada su dificultad, no se habían intentado ni en competición ni sobre un escenario. Para ello, necesita de cerca de catorce toneladas de hielo.
martes, 5 de julio de 2011
Teatro
“Los Persas”. Teatro Español. Hasta el 24 de julio.
La Sala Pequeña del Teatro Español (Madrid) acoge una versión de “Los Persas”, del escritor clásico Esquilo, adaptada por el poeta Jaime Siles y dirigida por Francisco Suárez. En esta ocasión, la obra clásica conecta con la contemporaneidad y lo hace a través de la llamada “Primavera Árabe”, el levantamiento popular contra regímenes totalitarios del Norte de África.
El director de este montaje, Francisco Suárez, confronta la tiranía y la democracia, la antigüedad y la actualidad, remitiendo al espectador a los acontecimientos de la ribera del Mediterráneo. Para ello, se ha rodeado de actores como Albert Vidal, Miguel Palenzuela y Críspulo Cabezas.
Por otro lado, en la representación, Suárez cuenta con un pequeño espacio en el teatro madrileño, un escenario repleto de ceniza en medio de dos gradas y adornado, austeramente, con un par de botas de soldado, una mesa y unas copas de cristal.
Para el Director, los griegos siguen siendo el fundamento del teatro. Según él, "la metáfora aquí utilizada es el mar como símbolo de la leyes que tenemos que acatar para vivir en convivencia. Ahora, está ocurriendo de todo. La naturaleza nos está castigando, nos dice, como Esquilo, que tengamos cuidado con lo que hacemos".
En otro orden de cosas, el texto se presenta como un alegato antibelicista, en contra del expansionismo y contra la guerra en sí misma, que Esquilo consideraba "innecesaria de no ser por los perversos deseos de los gobernantes". Además, el autor original tiene un gran sentimiento de piedad frente a los perdedores.
Durante la obra, construida a partir del enfrentamiento entre dos consejeros, uno belicista y el otro pacifista, los espectadores tendrán la oportunidad de juzgar a Jerjes I, el rey persa que luchó contra una alianza de polis griegas cinco siglos antes de Cristo.
La Sala Pequeña del Teatro Español (Madrid) acoge una versión de “Los Persas”, del escritor clásico Esquilo, adaptada por el poeta Jaime Siles y dirigida por Francisco Suárez. En esta ocasión, la obra clásica conecta con la contemporaneidad y lo hace a través de la llamada “Primavera Árabe”, el levantamiento popular contra regímenes totalitarios del Norte de África.
El director de este montaje, Francisco Suárez, confronta la tiranía y la democracia, la antigüedad y la actualidad, remitiendo al espectador a los acontecimientos de la ribera del Mediterráneo. Para ello, se ha rodeado de actores como Albert Vidal, Miguel Palenzuela y Críspulo Cabezas.
Por otro lado, en la representación, Suárez cuenta con un pequeño espacio en el teatro madrileño, un escenario repleto de ceniza en medio de dos gradas y adornado, austeramente, con un par de botas de soldado, una mesa y unas copas de cristal.
Para el Director, los griegos siguen siendo el fundamento del teatro. Según él, "la metáfora aquí utilizada es el mar como símbolo de la leyes que tenemos que acatar para vivir en convivencia. Ahora, está ocurriendo de todo. La naturaleza nos está castigando, nos dice, como Esquilo, que tengamos cuidado con lo que hacemos".
En otro orden de cosas, el texto se presenta como un alegato antibelicista, en contra del expansionismo y contra la guerra en sí misma, que Esquilo consideraba "innecesaria de no ser por los perversos deseos de los gobernantes". Además, el autor original tiene un gran sentimiento de piedad frente a los perdedores.
Durante la obra, construida a partir del enfrentamiento entre dos consejeros, uno belicista y el otro pacifista, los espectadores tendrán la oportunidad de juzgar a Jerjes I, el rey persa que luchó contra una alianza de polis griegas cinco siglos antes de Cristo.
Opera
“San Francisco de Asís”. Madrid Arena. Del 6 al 13 de julio.
La versión escénica de “San Francisco de Asís”, del compositor francés Olivier Messiaen, transformará el Madrid Arena en un templo de la ópera. El Teatro Real ha instalado una cúpula de grandes dimensiones para albergar el estreno en España de esta pieza.
El espacio, situado en el recinto de la Casa de Campo y con cabida para 21.500 personas, acogerá una puesta en escena monumental con una duración de más de 4 horas. La plantilla coral y la orquestal está compuesta por casi 250 intérpretes, mientras que en el plano instrumental destacan los 5 instrumentos de teclado (xilofón, xilorimba, marimba, glockenspiel, vibráfono), una enorme sección de percusión y la presencia de tres ondas Martenot.
En concreto, el elenco está formado por 9 solistas, 120 cantantes del Coro Titular del Teatro Real (Coro Intermezzo) y del Coro de la Generalitat Valenciana, 3 intérpretes de ondas Martenot y 111 músicos de la Orquesta Sinfónica de la Radio Baden-Baden - Friburgo, que interpretarán esta ópera, bajo la dirección de Sylvain Cambreling, experto en la obra de Messiaen.
El espacio, situado en el recinto de la Casa de Campo y con cabida para 21.500 personas, acogerá una puesta en escena monumental con una duración de más de 4 horas. La plantilla coral y la orquestal está compuesta por casi 250 intérpretes, mientras que en el plano instrumental destacan los 5 instrumentos de teclado (xilofón, xilorimba, marimba, glockenspiel, vibráfono), una enorme sección de percusión y la presencia de tres ondas Martenot.
En concreto, el elenco está formado por 9 solistas, 120 cantantes del Coro Titular del Teatro Real (Coro Intermezzo) y del Coro de la Generalitat Valenciana, 3 intérpretes de ondas Martenot y 111 músicos de la Orquesta Sinfónica de la Radio Baden-Baden - Friburgo, que interpretarán esta ópera, bajo la dirección de Sylvain Cambreling, experto en la obra de Messiaen.
Esta producción, concebida por Emilia e Ilya Kabakov, consta de una inmensa cúpula de 22 toneladas, 13 metros de diámetro, 14 metros de altura y 1.400 fluorescentes, que cambiará de luz y color acompañando el camino de redención de San Francisco a lo largo de la ópera.
Olivier Messiaen trabajó durante 8 años en la composición de 'San Francisco de Asís', entre 1976 y 1983, que le había sido encargada por el director de la pera de París, Rolf Liebermann, con la mediación posterior del presidente francés Georges Pompidou.
El compositor francés, fascinado desde joven por la figura de San Francisco, redactó un libreto sencillo y poético, donde evocó diferentes pasajes de la vida del santo, aunque evitó todos los aspectos escabrosos y anecdóticos de su juventud antes de que emprendiera su camino de santidad.
La ópera está estructurada en 3 actos y 8 cuadros y acompaña la evolución espiritual del protagonista, retratando su lucha interna, encaminada a superar las debilidades humanas y a encontrar la gracia y la plenitud divinas.
El compositor francés, fascinado desde joven por la figura de San Francisco, redactó un libreto sencillo y poético, donde evocó diferentes pasajes de la vida del santo, aunque evitó todos los aspectos escabrosos y anecdóticos de su juventud antes de que emprendiera su camino de santidad.
La ópera está estructurada en 3 actos y 8 cuadros y acompaña la evolución espiritual del protagonista, retratando su lucha interna, encaminada a superar las debilidades humanas y a encontrar la gracia y la plenitud divinas.
lunes, 4 de julio de 2011
Crítica de Cabaret
“Crazy Love”. Teatro Circo Price. Hasta el 7 de agosto.
El Teatro Circo Price lleva varios años proponiéndonos, en verano, un espectáculo de cabaret de alta calidad. La idea de este año es dar rienda suelta a la imaginación con un puntito de locura. De ahí, el título del espectáculo, “Crazy Love” (“Amor loco”). Es un espectáculo descarado, vital, que nos invita a abandonar, por un momento, esta ola de cordura colectiva que amenaza con hacernos olvidar lo bonito de la vida: su imprevisibilidad, según los responsables de su puesta en escena artística.
De entrada, la conocida actriz Petra Martínez, haciendo de maestra de ceremonias, ejerce de jefa de la Brigada Anti-Vicio, compuesta por un grupo de cantantes que más que policías parecen prostitutas. Ella misma va vestida de una guisa similar pero, claro está, de negro, que para eso es la jefa. Su descaro al dirigirse al público, insultándonos y provocándonos es indicativo de lo que vamos a ver a continuación: originalísimos números de magia realizada por un artista que se disfraza como un dibujo animado, un malabarista que con tan solo un sombrero parece que se da vueltas a sí mismo, una artista negra del burlesque (ahora, se le llama así al streep tease) que tiene que ser una bomba sexual, una drag-queen (la conocidísima Psicosis Gonsalez) que canta tangos subidos de tono y provoca al público para que la llamemos guarra, una especialista del juego de aros, dos funambulistas cuyos cuerpos pertenecen más a las serpientes que al género humano…
Todo ello, aderezado por una gran orquesta, que suena como los ángeles, y por una escenografía mágica, con farolillos rojos, cortinas orientales y una luz tenue que nos sugiere “Las mil y una noches”.
Por todo eso y mucho más hay que ir a ver “Crazy Love” porque, desgraciadamente, el cabaret prácticamente ha desaparecido de nuestra ciudad y porque es un género creativo y de donde han salido, a través de la historia, grandes artistas.
Cabaret es sinónimo de irreverente, de creatividad, de contracorriente y en los tiempos que corren, todo esto no es sino poca mecha para tanta llama manipulante desde las instancias oficiales.
Parece ser que el Teatro Calderón (en este caso, gestionado por una empresa privada) va a programar, a partir de la temporada que viene, cabaret puro y duro. Esperemos que éstos no sean sino los inicios del renacer de uno de los géneros más antiguos y auténticos del mundo del espectáculo.
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