“La flauta mágica”. Teatro Real. Del 16, al 30 de enero.
“Los rayos de sol cazan a la noche,
desbaratando los poderes de los impostores”: así termina la ópera más
misteriosa de Mozart, “La flauta mágica”,
estrenada el 30 de septiembre de 1791, en Viena, tan sólo unos meses antes de
su muerte. El carácter dual de la obra, en la que Beethoven veía la cima que
reunía todas las formas del canto, desde la fuga, al lied –no en vano, concilia la música culta con
el singspiel, la comedia y el drama–, encierra un mensaje
que resume todos los ideales de la Ilustración. Ópera sobre el amor común y el
amor sublime, cuento maravilloso, comedia popular, fábula filosófica,
confrontación entre el Bien y el Mal encarnados por la luz y las tinieblas…, el
mosaico que crea el músico de Salzburgo encaja piezas tan dispares con genial
maestría. La insólita puesta en escena del director australiano Barrie Kosky
supone un intento de volver a codificar la obra con el lenguaje de los inicios
del cine, en un homenaje a Buster Keaton y su generación. Kosky devuelve
a esta ópera su
carácter de espectáculo popular, divertido y, al mismo tiempo, estimulante.
Recordemos que, dentro de la temática, y al ser el compositor masónico,
éste incluye en el argumento los principales temas de esta organización: el
bien sobre el mal, la moral, la “obligación” del ser humano de ser feliz, las
pruebas para lograr la perfección moral.
Respecto a la escenografía, está únicamente basada en un maravilloso
audiovisual que ha debido de costar años realizar. Pero no solo esto, sino lo
que de trabajo mastodóntico esto significa para los cantantes, que tienen que
adaptarse a dicha escenografía, en muchas ocasiones, cantando estáticamente
sobre pequeñas plataformas elevadas. Y salen airosos del empeño. Razón de más
para alabar su trabajo.
En relación a la orquesta, es impecable y nos regala un sonido y ejecución
del más alto nivel. Y finalmente, sobre la calidad artística de los cantantes,
destacamos las interpretaciones de las sopranos Ana Durlovski y Sophie Bevan,
así como del tenor Joan Martín-Royo y del estupendo barítono Christof Fischesser.
En
definitiva, una delicia para los sentidos y la intelectualidad.
Singspiel en dos actos
Libreto de Emanuel Schikaneder
Estrenada en el Theater auf der Wieden de Viena, el 30 de septiembre de 1791
Estrenada en el Teatro Real de Madrid, el 11 de enero de 2001
Producción de la Komische Oper de Berlín
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intemezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)
Pequeños cantores de la ORCAM
Directora: Ana González
·
Dirección
musical:Ivor
Bolton
·
Dirección
de escena:Suzanne
Andrade & Barrie Kosky
·
Concepto:1927 (Suzanne Andrade
& Paul Barritt) & Barrie Kosky
·
Animador:Paul Barritt
·
Escenografía
y figurines:Esther
Bialas
·
Iluminación:Diego Leetz
·
Dramaturgia:Ulrich Lenz
·
Dirección
del coro:Andrés
Máspero
· - ·
·
Sarastro
/ Orador:Christof
Fischesser (Ene. 16, 19, 22, 24, 26, 28, 30)
Rafal Siwek (Ene. 17, 20, 23, 25, 29)
·
Tamino:Joel Prieto (Ene. 16,
19, 22, 24, 26, 28, 30)
Norman Reinhardt (Ene. 17, 20, 23, 25, 29)
·
La
Reina de la Noche:Ana
Durlovski (Ene. 16, 19, 22, 24, 26, 28, 30)
Kathryn Lewek (Ene. 17, 20, 23, 25, 29)
·
Pamina:Sophie Bevan (Ene. 16,
19, 22, 24, 26, 28, 30)
Sylvia Schwartz (Ene. 17, 20, 23, 25, 29)
·
Papageno:Joan Martín-Royo (Ene.
16, 19, 22, 24, 26, 28, 30)
Gabriel Bermúdez (Ene. 17, 20, 23, 25, 29)
·
Papagena:Ruth Rosique
·
Tres
damas:Elena
Copons, Gemma Coma-Alabert, Nadine Weissmann
·
Monostatos:Mikeldi Atxalandabaso
·
Dos
hombres con armadura:Airam
Hernández, David Sánchez
·
Tres
niños:Patricia
Ginés
María Guzmán
Chandra Henderson
Celia Martos
Catalina Peláez
Lucía Seriñán
