Una comedia picantona

“Oh, mamy!

Tres amigas deciden abrir una pastelería, pero la cosa no acaba de funcionar y una de ellas propone ampliar el negocio ofreciendo a las clientas masajes con final feliz en la trastienda del local… un poco como la historia del musical Sweeney Todd -que hace años, pudimos ver en el Teatro Albéniz, con Vicky Peña, pero con un resultado nada truculento… Como os podéis imaginar, la comedia con los malentendidos a ritmo de vodevil moderno, ¡está bien servida!

Pero además de una comedia de enredos y situaciones divertidas, “Oh! Mamy” nos presenta un mundo de mujeres y de hombres en busca de la identidad personal, de la felicidad y del placer.

La obra tiene tintes de alta comedia americana de los años 40 y 50 del siglo pasado, pero con un estilo muy español de comedia alocada, un poco a lo Almodóvar o Woody Allen.

Es divertida. Está bien dirigida y los actores se salen.

Totalmente recomendable para pasar un rato agradable con un humor pícaro.

La podemos ver, durante toda la temporada, en el Teatro Amaya.

El Hombre con Europa

El actor, director y dramaturgo belga Cédric Eeckhout presenta The Quest, una investigación teatral tragicómica en inglés con sobretítulos en castellano que indaga en las uniones ideales.

The Quest es una mezcolanza entre un monólogo de stand-up comedy, una comedia absurda y un drama existencial que analiza las similitudes entre las relaciones humanas y la Unión Europea. Se trata de una historia que tiene como protagonista al propio Cédric, un hombre de cuarenta años que busca el amor eterno, al tiempo que señala las semejanzas de su destino con las perceptivas políticas y económicas del viejo continente.

Este personaje está marcado por la separación de su madre valona y su padre flamenco cuando era pequeño. Es un hecho que también acarrea analogías políticas ya que su propio país se encuentra en una ruptura entre el sur francés y el norte flamenco.

Por otro lado, la obra, incluye estas concepciones y reflexiones dentro del contexto de la Unión Europea cuyos cimientos se resquebrajan ante la amenaza del auge de los nacionalismos. Así, vestido como un antiguo caballero y acompañado por su madre y su gato Jesús, viaja a Holanda, Suecia, Hungría, Flandes o Valonia para hablar con políticos, artistas y ciudadanos de a pie sobre la importancia de la familia y lo que supone la Unión Europea.

Con ello se delibera acerca del futuro de Europa, los efectos ambiguos del neoliberalismo y cómo se consiguen las relaciones y uniones sanas y equilibradas.

Cédric Eeckhout es un intérprete galardonado con el Premio de la Unión de Artistas Belgas 2001. También fue nominado al Premio Belga de Teatro 2005 como mejor actor masculino por La gaviota de Antón Chéjov y ha trabajado en el cine en películas tan importantes, como Gauguin, Le petit Nicolas o Ça rend heureux.

La podemos ver, en el madrileño Teatro Valle-Inclán, del 10, al 19 de septiembre.