miércoles, 7 de agosto de 2013

Flamenco




 “Cuadro flamenco Las Tablas”. Del 5, al 11 de agosto. Tablao Las Tablas Madrid

Con Jesús Fernández y Lucía de Miguel, éste es un espectáculo íntimo sin ningún hilo argumental en el cual se reúnen todos los elementos necesarios como cante, guitarra y baile. Este último se expone de manera individual por los dos bailaores Jesús Fernández y Lucía de Miguel que a su vez desarrollan diferentes coreografías de su propia cosecha acompañado por la voz de Juan Debel y la guitarra de Juan José Ramos "Niño Manuela".

Danza-Teatro



“Vaca!”. Sala Tú. 29 de agosto y del 5, al 12 de septiembre

Nos enfrentamos a un espectáculo unipersonal de danza-teatro en el que Alberto Velasco hace una defensa de la libertad corporal en medio de una sociedad esclava de la imagen, una lucha donde el alma pueda ser transparente y el disfraz de la carne solo eso, un disfraz.

viernes, 12 de julio de 2013

Musical



“Frankenstein, el musical”. Teatro Nuevo Apolo. Hasta el 18 de agosto.

Lo gótico y lo filosófico se mezclan en este particular musical
La Butaca Vacía lleva a cabo esta reflexión sobre el ser humano y su condición en la que la historia del conocido monstruo sirve como punto de partida para legar a un retrato de la sociedad aplicable a cualquier persona.
Más de cuarenta personas en escena forman parte de esta obra que sobrecoge al espectador debido a lo identificado que se siente con algunas de las historias que les ocurren a los diferentes personajes.
La historia de Frankenstein, conocida en todo el mundo, se cuenta de manera original en esta ocasión yendo más allá del puro terror y de la mera caricatura del monstruo para retratar aspectos de la sociedad comunes a todos aquellos que acuden al teatro.

Teatro-Comedia



Kafka enamorado”. Teatro Galileo. Hasta el 7 de septiembre.

“Kafka enamorado” presenta una historia real y compleja que terminó de forma dramática ante la imposibilidad de realización del amor que sentían Franz Kafka y Felice Bauer. Felice, una mujer muy moderna en su época, directiva de una firma comercial de Berlín, en continuo viaje de negocios, económicamente independiente, conoció a Franz en casa de Max Brod, amigo común que daría a conocer a Kafka al mundo. Franz, bajo la influencia traumática de la autoridad paterna e incapaz de liberarse del influjo familiar y de su trabajo de funcionario, buscaba desentrañar los enigmas de la existencia humana a través de la escritura literaria. Y a pesar de que ambos estaban de verdad enamorados, su relación se convirtió en un constante malentendido en el que, insatisfechos ambos, se hicieron sufrir hasta abandonar sus planes de matrimonio, tras tres sucesivos compromisos y rupturas. Kafka llegó a la conclusión de que una vida matrimonial, burguesa, familiar y ordenada era incompatible con su anhelo artístico, y acabó sacrificándola –sacrificándose él mismo– para legarnos su obra, ese monumento literario que inaugura la modernidad y define de modo exhaustivo la sensibilidad existencial del hombre contemporáneo.

Hoy, cuando todo producto artístico es un bien de consumo, una mercancía de compraventa, el trabajo de este autor es un aldabonazo que, tal como él pretendía, «abre extensas heridas en nuestra conciencia». Kafka enamorado intenta traer a escena la imbricación de su experiencia personal y su obra, el correlato constante de una en otra, ese espacio intermedio entre realidad y ficción, absurdo y lógica, que es la verdad del mundo percibida y expresada por Franz Kafka.

Teatro-Comedia



“Maribel y la extraña familia”. Teatro Infanta Isabel. Desde el 17 de julio.
 
Gerardo Vera lleva a las tablas esta historia escrita por Miguel Mihura sobre una prostituta de barra americana que va a parar a una familia tradicional madrileña en la que Lucía Quintana es la protagonista.
Marcelino es un chico provinciano que llega a Madrid con la esperanza de encontrar a una mujer que le haga olvidar un desagradable episodio de su pasado. A quien encuentra es a Maribel, una prostituta de barra americana a la que introducirá en su familia presentándole a dos ancianas encantadoras que la acogerán con cariño y preguntas.
Esta comedia, marcada por la complicidad con el público, ya ha cosechado un gran éxito de público y crítica desde que Miguel Mihura la estrenase en el año 59 obteniendo el premio Nacional de Teatro.