lunes, 30 de enero de 2012

Teatro

“El Montaplatos”. Naves del Español. Hasta el 11 de marzo.
Los creadores y directores de la célebre y sobresaliente compañía Animalario, Alberto San Juan y Guillermo Toledo, protagonizan la obra teatral “El montaplatos”, una reflexión irónica sobre la servidumbre y el poder con la que su autor, Harold Pinter (“El portero”, “El amante”), se ríe del ser humano y que Andrés Lima dirige en esta ocasión.
La comedia, el histerismo e, incluso, la tragedia se mezclan en este montaje sobre las relaciones entre los seres humanos y la autoridad. Se trata de una "pesadilla cómica" porque aunque Pinter "se ríe de sí mismo y del hombre, la situación no deja de ser terrorífica", según San Juan.
Ambos actores interpretan a Ben y Gus, dos hombres que permanecen en un sótano a la espera de órdenes de la organización para la que trabajan. La posibilidad de la solidaridad y de la rebelión están latentes en este texto, donde se aprecia también, en palabras de Lima, un trasfondo de Caín y Abel, con ofrendas y sentimiento de culpa.  
En este sentido, "El Montaplatos” puede simbolizar el jefe de Gobierno, el jefe de la mafia, Dios, tu padre o tu madre", explica Lima. Lejos de resolver dudas, Pinter plantea una incógnita: "¿Seguirán asumiendo las órdenes del poder o se rebelarán?", se pregunta.
La tensión de la obra roza "el histerismo" y, para ello, el espacio escénico ha sido adaptado para invitar al espectador a "sentarse y sentirse" dentro de un "zulo, un sótano misterioso y mortal, una ratonera en la que también se verá sometido a la tensión y al poder".
Pinter pensaba que la vida era absurda, una visión bastante realista, y esta función se adapta a esa definición, según Lima.
 En este sentido, San Juan, quien repite con una obra de Harold Pinter, tras estrenar la obra “Traición”, destaca la vigencia de este texto. "En estos tiempos que vivimos, en los que hay un asalto del poder contra la ciudadanía, no viene mal una obra así". subraya.
Toledo, por su parte, explica que "los personajes están entregados a su trabajo en beneficio del poder", algo "fundamental para perpetuar en el poder a quienes lo ostentan". A diferencia de otras adaptaciones, en las que hay una preferencia entre la visión más cómica o más trágica, el actor sostiene que "hay que medir bien entre las dos", porque "escoger una de ellas no es hacer bien la obra".
Un texto y montaje más necesarios que nunca…ahora.

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