viernes, 16 de septiembre de 2011

Espectáculos

Temporada de otoño
La vuelta de vacaciones siempre significa renovarse y, en lo que a esta sección de espectáculos se refiere, también se aplica la máxima, aunque, como hay crisis, renuevan temporada, en nuestra cartelera, algunos montajes de éxito, como “Burundanga” o “Toc, Toc”, por poner dos ejemplos significativos y altamente recomendables para los amantes de la buena comedia. Y en musicales, vuelte, también con Manuel Bandera en el papel principal, “Chicago”, un éxito inenarrable de los últimos años (Nuevo Teatro Alcalá, desde el 27 de octubre). Ironía, jazz del mejor y atrevidas coreografías para un musical más cabaretero que otra cosa.
Musicales
Pero como de lo que se trata es de informar de las novedades, en musicales la principal es el estreno de la super-producción “El Rey León” (Teatro Lope de Vega, 21 de octubre). Se trata de una sorprendente, cálida y colorista versión de la película clásica de dibujos animados de la factoría Disney, que llega avalada por cincuenta millones de espectadores, en todo el mundo, y, nada más y nada menos, que setenta premios…
Otro de los nuevos musicales, en este caso, para los espectadores infantiles, es “Shrek” (Teatro Nuevo Apolo, desde el 21 de septiembre), basado en la película homónima, y “Bob Esponja” (Teatro Coliseum, desde el 5 de noviembre), en este caso, basado en la popularísima serie española de dibujos animados. Dos títulos muy a tener en cuenta para que los “peques” se lo pasen en grande…
Para los amantes de la copla de siempre, el eterno Miguel de Molina es el protagonista del musical “Ojos verdes”, que ya estuvo entre nosotros hace años con notable éxito (Teatro Fernán Gómez, hasta el 2 de octubre).
Y otro musical, en este caso, en el Teatro Rialto (desde el 6 de octubre): “Más de cien mentiras”. Este es un montaje construido a partir de las mejores y más conocidas canciones de Joaquín Sabina.
Y en plan cabaret, el popularísimo cómico televisivo Paco León debuta en las tablas, por todo lo alto, con “The Hole” (Teatro Häagen-Dazs-Calderón, toda la temporada). Un montaje donde la música y el striptease son los protagonistas. Para no perdérselo…
Buen teatro
En lo que a teatro se refiere, la cartelera madrileña de este otoño no va a desmerecer a los musicales que acabamos de comentar porque tendremos un montaje de la sobresaliente directora Helena Pimenta de “Macbeth”. Ella es especialista en Shakespeare y estará con dicha obra en los Teatros del Canal, a partir del 30 de noviembre.
El clásico Molière fue uno de los mejores dramaturgos de todos los tiempos. Su “Tartufo” no tiene parangón y rompió con todos los cánones de la época. En España, le podemos comparar con otro clásico, “Quevedo”, aunque con estilos diferentes. “Tartufo” podremos verlo en el Teatro Fernán Gómez, desde el 22 de septiembre.
Otra obra reseñable es “El Pisito”, con la divertida e histriónica Teté Delgado, y el surrealista y fabuloso actor Pepe Viyuela. También les acompaña la veterana actriz Asunción Balaguer, que, según ella misma ha declarado, está tan nerviosa “como el primer día en que pisé unas tablas” (Teatros del canal, hasta el 25 de septiembre).
“Yo, el hederedo” es otra obra a no olvidar. Fue escrita, a mitad del siglo pasado, por el maravilloso “Eduardo de Filippo” (“Llama un fantasma”, “El arte de la comedia”, y está protagonizada por Ernesto Alterio y Concha Cuetos en los principales papeles (Teatro María Guerrero, desde el 16 de septiembre).
El dramaturgo Premio Nobel de Literatura Harold Pinter “El amante”) arriba a la capital con un montaje de su popular e interesante obra “Traición” (Teatro Español, hasta finales de octubre), donde los celos y las difíciles relaciones personales hacen las delicias de los amantes del teatro de ideas. Lo mismo que “Agosto”, también en el Teatro Español, en noviembre, del director y dramaturgo español contemporáneo Gerardo Vera, con la insuperable Carmen Machi.
Y otro de los montajes obligados es “Llama un inspector”, del dramaturgo J.B. Priestley, dirigido el actor, dramaturgo y director José María Pou, en el Teatro La Latina, hasta el 9 de octubre.
Para celebrar su 50º aniversario, Els Joglars retoman “El Nacional”, montaje mítico en la era franquista (Teatros del Canal, hasta principios de noviembre).
Y, para finalizar (porque no tenemos más espacio), destacar a una de las obras más conocidas de Tennesse Williams, “El zoo de cristal”, posiblemente, la más conocida, en la pequeña Sala Karpas Teatro (hasta fin de temporada).

domingo, 11 de septiembre de 2011

“Yo, el heredero”. Teatro María Guerrero. Desde el 16 de septiembre.
“Yo, el heredero” es una comedia amarga del dramaturgo Eduardo de Filippo (“El arte de la comedia”, “Llama a un fantasma”) sobre la herencia y la caridad cristiana, sobre todo el patrimonio de falsos valores que una familia de jóvenes, ya envejecidos en su papel, transmite y conserva de generación en generación. Es la historia de un extranjero venido del mar, cuya llegada alcanza en casa de los Selciano las proporciones de un acontecimiento revolucionario, como un viento de tramontana que altera y corroe la fachada respetable y bien educada de la burguesía.
Eduardo De Filippo somete su dramaturgia a la métrica del teatro puro. Tiene plena conciencia de los sentimientos humanos y pasa con soltura del registro dramático al cómico. Lo hace prestando a los personajes que representa la sonrisa agria del desencanto y su sabiduría de gran actor. Más que un autor de escritorio es un analista cáustico y feroz, irónico y descarado, que registra con precisión obsesiva las contradicciones y las paradojas del género humano, dándole la vuelta al sentido común, detrás del cual se esconde una verdad que nunca resulta consoladora.. En definitiva, es un escritor psicólogo del comportamiento humano.
Así, ha concebido esta obra de 1942 su director, Francesco Saponaro, quien ha elegido a los actores Ernesto Alterio y Concha Cuetos para dos de sus principales papeles.
De Filippo es considerado como un autor “amargo” porque toca temas fundamentales de la vida con un humor agridulce. Lo pudimos comprobar, también en el Teatro María Guerrero, con “Llama a un fantasma”, y anteriormente, en el Teatro La Abadía, con un estupendo montaje de la deliciosa “El arte de la comedia”. Pero yo no le creo un dramaturgo amargo, en absoluto, sino plenamente lúcido, inteligente y, cuando se lo propone de verdad, muy, muy divertido (sus teatro humorístico, por decirlo de algún modo, pertenece a la denominada “alta comedia”) y, ante todo, un profundo analista de la psicología del Hombre.
De modo que es casi obligado ir a ver este montaje de “Yo, el heredero”…

sábado, 10 de septiembre de 2011

Teatro

“Carcajada salvaje”. Teatro Bellas Artes. Hasta el 6 de noviembre.

Una actriz archi-premiada y un artista polifacético histriónico coinciden en un escenario para hacer una obra en la que la soledad y, al mismo tiempo, el encuentro son los protagonistas. Además, claro está, del humor como telón de fondo.
No es el el argumento de una obra dentro de otra, sino la realidad de este montaje, que Charo López y Javier Gurruchaga protagonizan. Se trata de un texto de Christopher Duran (maestro contemporáneo del teatro del absurdo, también autor de “Titanic”, entre otras muchas obras).
Estamos frente a un homenaje al teatro del absurdo, que narra la historia de un hombre y una mujer en una ciudad. No se conocen, pero, después de un encuentro casual poco afortunado, acaban respirando juntos, riéndose de sí mismos y de todo, e intentando hacer reir con ellos.
Hace dieciocho años, Charo López ya representó este texto. La función, según la actriz, cuenta la historia de "dos seres humanos que suben a un teatro para hablar de sus problemas, a hacer una suerte de terapia, algo muy habitual en Nueva York y en otros muchos lugares del mundo. Hablan de su patología pero, en el fondo, hablan de la de todos".
Trabajar junto a Javier Gurruchaga en esta obra ha sido estupendo para ella. "Es un actor que tiene una enorme energía para dar a todo el equipo y al público. Posee un talento enorme, es muy simpático, muy bondadoso y me siento feliz con él. Es un niño grande, y de pronto le dan ataques de pasión y quiere que le beses muchísimo", desvela.
Por otro lado, en opinión de la López, el mundo actual "va evolucionando, creciendo y progresando pero también va para atrás y uno no asiste a todo esto porque está en sus pequeñas cosas, miserias y egoísmos". En este sentido, cree que, en España, "necesitamos llorar, callarnos, escuchar, dormir y comer bien... algo que, por suerte, podemos hacer. En otros países, no es así, como África. Y reírnos es parte de la condición humana, dicen que es muy sano. Creo que la personalidad no cambia por la crisis, aunque claro, hay familias que se ríen ahora mucho menos. Pero la obra no va por ahí", aclara.
Si esta obra es interesante es, aparte de por el hecho de contar con dos monstruos de la escena y del texto, por el hecho de que es muy actual porque las cosas que, hace veinte años, eran anunciadas como problemas, ahora se han hecho realidad. En este sentido, es un tanto agorera. Pero, sobre todo, destila una gran inteligencia, al utilizar el humor como parte esencial de su estilo. Y es que la risa, dicen, lo cura todo…

Crítica de Teatro

“Burundanga”. Teatro Maravillas. Hasta fin de temporada.
Está claro que lo que busca el teatro comercial es ganar dinero. Pero si lo hace bien, pues, mejor. Y en tiempos de crisis lacerantes y, ya casi, estructurales, -como, desgraciadamente, nos está tocando vivir ahora por culpa de unos cuantos tiburones delincuentes sin escrúpulos-, la comedia es lo que más vende porque el público la necesita, la necesitamos como agua de mayo, que dirían nuestros abuelos de pueblo.
El dramaturgo Jordi Garcelán, padre de esta obra, así como de los éxitos “El método Grolhöm”, “Palabras encadenadas”, “Fuga”, es muy listo y sabe lo que el público pide, en cada momento. Pero a través de sus textos no nos ofrece simplemente vaselina, sino que también nos hace pensar…y mucho. Y en este caso, ha elegido un tema muy arriesgado –yo diría que, incluso, escabroso- como es cómo acabar con la banda terrorista ETA. ¡Nada más y nada menos!
Dirigida por Daniel Olivares con gran certeza y maestría, esta comedia trata sobre una pareja en la que ella necesita saberlo todo de su novio y, por iniciativa de su alocada compañera de piso, le da una droga que ocasiona que aquél quien la toma se ve obligado a contar toda la verdad.
Con un reparto que cuenta con los televisivos Eloy Arenas, César Camino y Antonio Hortelano, y que se complementa con la maravillosa Mar Abascal (“Mi primera vez”) y la efectiva Marta Póveda (“Ni con el pétalo de una rosa”), sorprende a todos los que la hemos visto con sus mil artimañas y tretas dramáticas, que ya forman parte inevitable del sello Garcelán.
Puestos a comparar, por el tipo de teatro del que en este comentario estamos hablando, podríamos hacer una cierta similitud con “Toc, Toc”, también comentada en estas páginas y otro gran éxito de la cartelera actual. Pero mientras que ésta tiene un humor libre de ideologías, “Burundanga” se moja de pies a cabeza y, sin dejar de hacernos reir a barriga hinchada, al mismo tiempo, nos está transmitiendo un mensaje que, admitámoslo también, es fácilmente aceptado por todo tipo de públicos, por lo que su éxito está prácticamente asegurado.
Lo más difícil de este texto es eso, tocar un tema tan espinoso como el terrorismo con humor. Nunca se había hecho en este país (ni, por supuesto, en teatro, ni en cine ni en televisión, que yo recuerde), ni en otros países. Es decir, la forma de tratar el tema es muy original y de ahí, su enorme mérito.
A ello también ayuda mucho una notable dirección de actores y una interpretación sobresaliente de todos ellos. Y puestos a elegir a nivel personal, me quedo con el trabajo de Mar Abascal, tan pizpireta y deliciosamente payasa.
Una delicia de diálogos, situaciones y de obra, en su conjunto.
¡No os la perdáis…!

Crítica de Teatro

“La asamblea de mujeres”. Teatro Compac Gran Vía. Hasta el 11 de septiembre.
El clásico del teatro griego Aristófanes escribió “La asamblea de mujeres” para realizar una crítica mordaz del sistema machista predominante en la política y sociedad de la época. Pese a que los griegos inventaron la democracia, las mujeres eran relevadas a un segundo lugar, en lo que a la toma de las decisiones políticas se refería. De este modo, en las asambleas populares, estaba prohibido que acudieran y, por ende, que emitieran el correspondiente voto sobre decisiones que afectaban a los usos y costumbres de la vida diaria.
En esta obra, dicha situación pone a su fin, mediante una divertida treta de las féminas que, ganan la batalla contra los hombres, aunque para ello, han de hacerse pasar por tales para poder acudir a una de las asambleas y, así, poder votar para hacerse con el poder.
Llama la atención cómo, ya por entonces, autores como el que nos ocupa tuvieran unas ideas puramente feministas y, en este sentido, son totalmente rompedores y unos reales avanzados a su tiempo.
Por lo que respecta al montaje actual de la obra, ya que se trata de una comedia en la que se ridiculiza hasta el hartazgo al macho dominante, la directora (la conocida Laila Ripoll) y los actores (encabezados por Isabel Ordaz (“Aquí, no hay quien viva”), Gracia Olayo (del dúo Las Veneno) y Secun de la Rosa (“Aída”, “Siete vidas”) nos sirven en forma de gran astracanada unos diálogos y situaciones que, a su vez, son ridiculizados, con lo que resulta que nos enfrentamos a un vodevil chirriante y fuera de lugar. Se han exagerado los gags, las escenas cómicas y se llega hasta un punto de grosería (los pedos y la caca de uno de los protagonistas masculinos) que, aunque estuvieran plasmados en el texto original, de seguro que a su autor no le hubiera hecho mucha gracia verlos montados de esta guisa.
Por ello, el resultado final es muy desigual: así como la obra es buena y muy divertida, la directora no ha sabido darle el toque de comedia fina que se merece y la ha hecho caer en uno de los montajes más vulgares de las últimas temporadas en Madrid.
Una pena…

Crítica de Teatro

“Toc, Toc”. Teatro Príncipe-Gran Vía. Hasta fin de temporada.
¿Qué puede hacer un grupo de maniáticos juntos en la sala de espera de la consulta de un psicólogo? ¿Cómo impedir el aparentemente inevitable conflicto entre ellos? ¿Se curarán por sí mismos, durante el largo tiempo de espera? ¿Por qué nunca aparece el psicólogo..?
Estas y otras preguntas son respondidas en esta desternillante comedia del inenarrable director y actor Esteve Ferrer (“Fugadas”, “Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré”), cuyo sello inconfundible queda bien plasmado en este texto. El tipo de humor blanco e inteligente, la dirección de actores y su propia interpretación (guste o no guste) siempre han tenido el beneplácito de un público que lo que prácticamente busca es divertirse y olvidarse de sus problemas cotidianos. Y en este cometido Ferrer es un maestro.
No obstante, hay que reconocer que existen en esta obra escenas y situaciones un tanto tontorronas pero, en su conjunto, se merece un notable alto, sobre todo, porque no da tregua y siempre mantiene el ritmo de la acción. Y mantener el ritmo, sea en teatro, cine o televisión, es harto complicado y se consigue en contadas ocasiones.
Bravo por los actores, todos merecedores de un sobresaliente, y también felicidades a la puesta en escena, sencilla pero, al mismo tiempo, efectiva y como estamos en crisis y la cultura es el sector más perjudicado en estos casos, no queda otra que realizar escenografías minimalistas e inteligentes para que las obras no resulten montajes cutres o pretenciosos con pocos medios.
En fin, que, después de haberla visto, comprendemos por qué “Toc, Toc” ha llegado, en la cartelera madrileña, a su tercera temporada…