jueves, 21 de abril de 2011

Teatro

“La omisión de la familia Coleman”. Matadero/Naves del Español. Hasta el 24 de abril.
Claudio Tolchair (actor, director y dramaturgo argentino) es el nuevo genio del teatro actual. Así, lo corrobora la crítica y el público, quienes, en los últimos años, lo han ensalzado hasta el podio más alto. Ahora, los madrileños tenemos la suerte de disfrutar de su último montaje, “La omisión de la familia Coleman”, con el que ha visitado la friolera de ¡treinta países!, a través de su compañía independiente, Timbre 4.
La pieza –que, hace años, ya tuvimos ocasión de ver en la capital, en un montaje absolutamente maravilloso- cuenta la historia de una familia que vive al límite de una disolución evidente pero, al mismo tiempo, secreta; este punto es lo que la hace tan intrigante porque sus miembros conviven en una casa que los encierra y en la que crean espacios personales, dentro de los espacios compartidos, cada vez, más difíciles de conciliar. En este sentido, se nos antoja de un cierto modo a la gran película de Buñuel “El ángel exterminador”, donde los protagonistas se ven abocados a un encierro en una iglesia, que en el fondo, es un encierro psicológico.
En este caso, el texto no es metafórico, como en la película, sino realista, escrito por el mismo Tolchair, con detalles que relatan las características de la familia, la acumulación de objetos y la superposición de estilos, que sirven para retratar esa convivencia imposible de la que se sienten tan presos.
En definitiva, un drama extensible a la vida de todos nosotros, que, de una forma u otra, teniendo en cuenta alguna etapa de nuestras vidas, nos podremos ver reflejados en los personajes y sus dolorosas situaciones.

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