domingo, 21 de noviembre de 2010

QUIERETE



 QUIERETE

Dime lo que quieres y te diré lo que te mereces. Tú no te mereces nada, nada, nada. No eres trigo limpio ni agua clara. No eres sol de la mañana ni ventana de par en par. Mi despecho, mi pesar han hecho de mí un ser en constante penumbra. Me dices que sí, luego que no. Me dices que soy tuya y luego que adiós. ¿Por qué no me matas de una vez? ¿Por qué no acabas con este teatro? Prefiero una puñalada de frente que mil latigazos detrás. Muestra tu verdadera faz. Muestra tu verdadero curso. O es que quizás ni tú lo conoces.
Calva, gorda, fea me quedé. Cientos de noches en desvelo. Miles de horas tomando té y estrujándome el cerebro. ¿Por qué el pensar tanto? ¿Por qué el darle vueltas? Si quizás ya ni de mí te acuerdas. El signo del zodiaco no es una excusa. La falta de empleo no es otra. La falta de cariño sí es una excusa. ¡Tu propia locura es la excusa!
Te saqué de la bebida. Te ofrecí cobijo eterno. Te ayudé a buscar sustento. Te guardé de las mentiras. Te llevé hacia lo más alto que mi posición podía: cenas, fiestas, contactos. Tú pudiste aprovecharte de esos años lujuriosos. Pero en cambio desechaste un gran tiempo provechoso. Y caíste en lo más bajo. Me insultaste y me escupiste delante de todos. Mi nombre comenzó a emborronarse y me dejaron de llamar. Pero yo renuncié a todo. Contigo me quedé.
Ahora vuelves a casa. Cabizbajo y engolado. ¿Cómo tienes tanta cara? ¡Con los bolsillos vacíos! Yo he rehecho mi vida. Ya vuelve a sonar el teléfono. Pero los años no perdonan. Mi corazón está deshecho. El poco tiempo que me queda lo aprovecharé al máximo. Sola y fuerte ante mareas. Pero al menos digna y sana.
Dáte la vuelta y vete. Vete de mi vida y no vuelvas. No estropees estos años. Este tiempo pequeño a ciencia cierta. Por dentro vuelvo a sentir lo que nunca he olvidado. El amor que aquí ha permanecido dormido y aletargado. Pero no, no puede ser. ¡Vete, vete y vete! Lloro por dentro y por fuera. Grito, jadeo y pataleo. Esta vez es para siempre. Ya no hay vuelta de tuerca.
Dime lo que quieres y te diré lo que te mereces. Te mereces lo mejor. Como todo ser humano. Dios nos ha puesto en la Tierra para abrir ojos y manos. Para mover los pies sin parar, para tirar fuerte del carro. Unos tiran siempre con fuerzas, otros se caen y se levantan por el camino. Pero otros sueltan la soga y a la deriva navegan. Esos no tienen ganas. Esos no se quieren bien. Son todos aquéllos que en lo oscuro se han quedado.

2 comentarios:

Graziela dijo...

Bonito texto, un buen estreno para este blogs, en el que espero publiques muchos cuentos y poemas, para hacernos reír como solo tu sabes hacer con esas historias tan personales.

Pilar dijo...

Bueno, aunque un poco oscuro, ya tienes blog. Te seguiré.